Entrevista con Rubén Ruiz | Director del CIALC-UNAM

Por Nora Rodríguez Aceves

No sólo es el grupo que encabeza el cardenal Norberto Rivera al interior de la Iglesia católica el que se opone a los matrimonios igualitarios, lamentablemente hay otras organizaciones religiosas que también se oponen, y tiene que ver con esta idea de que la práctica sexual tiene una finalidad específica que es la reproducción y, por supuesto, en una unión de esa naturaleza, la práctica sexual no podría tener por definición una consecuencia reproductiva.

“Plantean su condena hacia la práctica sexual, cualquiera que no tenga como finalidad la reproducción del género humano”, señala Rubén Ruiz Guerra, director del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la Universidad Nacional Autónoma de México (CIALC-UNAM).

Aun cuando la Arquidiócesis Primada de México se deslindó de la convocatoria a la manifestación del próximo 10 de septiembre, lo que hay atrás es una defensa de un modelo de práctica sexual, reproductiva y un modelo de familia único. Son los grupos conservadores los que hacen el llamado, los que tradicionalmente no han mostrado gran fuerza en el conjunto de la sociedad, hay varios ejemplos de que estos grupos se han manifestado de manera importante y a la hora de la verdad, no tienen la fuerza que argumentan.

El partido del Presidente

La Iglesia trata de demostrar que tiene músculo para hacer estas movilizaciones y enfrentarse al gobierno, a los distintos gobiernos, no creo que lo puedan hacer. Sin embargo, hay que reconocer que el PRI ya se hecho para atrás, mostraron que ese tema no avanzará en la agenda legislativa.

Además, “hay fuertes disensos al interior de la Iglesia Católica, vemos las primeras manifestaciones públicas de estos diferendos, que tienen que ver con el ejercicio de poder al interior de la iglesia y el manejo de los recursos. Tenemos que entenderlo dentro de una serie de reivindicaciones que hace la Iglesia católica y tiene que ver con otras temáticas como educación religiosa en escuelas públicas, el voto activo —ya lo tienen—, el voto pasivo. Una serie de reivindicaciones más que hace la Iglesia católica frente al Estado”.

“Esta revitalizada pugna entre la Iglesia y el Estado, que ha sido alentada en buena medida porque muchos de los representantes del Estado en sus diversas expresiones, ha claudicado frente a las presiones de la Iglesia católica en particular y han abandonado un pilar fundamental: el Estado laico”.

La Iglesia católica no tiene ni la fuerza ni la capacidad para poner en jaque a las instituciones políticas. Lo que sucede es que los representantes de las instituciones políticas han cedido por un cálculo electoral, que es poco acertado, no estoy tan seguro que haya sido el tema de esta iniciativa de los matrimonios entre personas del mismo sexo lo que causó las derrotas que sufrió el partido en el gobierno en las elecciones del 5 de junio, fueron otros temas.

 

3300norbertoNo es necesaria más confrontación

El historiador y experto en Estado laico advierte el riesgo de “tensar más las relaciones dentro de la sociedad que ya vive tensiones muy fuertes ideológicas, políticas y problemas económicos serios. Se acerca la sucesión presidencial que ya adquiere un cariz fuerte en términos de las disputas no solo entre los distintos partidos de oposición, sino al interior del PRI”.

Lo que se tiene que hacer es reivindicar la laicidad del Estado y una de sus grandes virtudes es que no obliga ni fuerza a nadie, a vivir de acuerdo a las convicciones de otras personas o de otros grupos sociales.

 

Un derecho y una opción de vida

El matrimonio igualitario “es un derecho de mucha gente y no hay ninguna razón racional para negárselo, es una opción de vida. Tienen todo el derecho para recibir los beneficios que da la ley a ese tipo de sociedades”.

En este momento —dice— no tenemos un escenario halagüeño, porque hay demasiadas reticencias para fortalecer la laicidad del Estado, ahí el Estado, como en otras áreas, ha decidido dejar el campo y esto no augura nada bueno porque estamos viendo se están empoderando, o cuando menos están pensando que se está empoderando, ciertos grupos que habían estado detenidos, que no habían tenido tanta fuerza tanta presencia ni en los medios ni en el conjunto de la sociedad.

Esa es la tarea, “la laicidad del Estado como un elemento central para asegurar unos parámetros de convivencia racional, pacífica de respeto a las distintas expresiones de la identidad y del ser humano”.