Por Manuel Nava

Un impuesto a las remesas que los connacionales envían a sus familias en Guerrero, implicaría una merma en los recursos que por esa vía ingresan a la economía estatal y, por lo que se estarían buscando otras formas para hacer llegar ese dinero. El primer caso implicaría menos circulante y limitaciones en la mejora de vida, recursos que significan un monto de consumo inmediato.

Las remesas mexicanas no se distinguen por ser las más cuantiosas, ya que nuestros paisanos sólo envían entre el 8 y el 10 por ciento de su sueldo, mientras que los de otros países alcanzan hasta el 16 por ciento.

Remesas y narco

El cambio en las condiciones materiales de vida de quienes habitan las regiones marginadas de Guerrero tiene como puntos de origen, el dinero del narcotráfico y el envío de las remesas.

En ambos casos, el destino de los recursos monetarios ha significado la transformación de la vivienda de láminas y adobe a ladrillo y losa; de la televisión tradicional a la pantalla de plasma y hasta la disponibilidad de un smartphone sobre el convencional.

También se han modificado algunos aspectos de ciertas poblaciones. Se han construido rodeos e iglesias y en muy contadas ocasiones, se destinaron a la pavimentación de accesos a las comunidades y redes hidrosanitarias o de servicios de salud.

Esa forma diferente de vivir ha tenido otro efecto: el envejecimiento de las comunidades rurales, ya que los jóvenes encuentran un atractivo en la migración mientras que los ancianos se quedan a cargo de los niños.

 

Inseguridad, factor de éxodo

En ciertos momentos, Guerrero ha recibido más recursos monetarios por las remesas a diferencia de los montos de inversión. Desde luego en el periodo comprendido entre 2011 y 2015, la inseguridad fue un factor inhibición y éxodo.

Las remesas, son un gran alivio para las familias de compatriotas que en muchos de los casos viven en condiciones de pobreza extrema, y lo son también para la planta productiva, los comercios y la sociedad en general e incluso los gobiernos han llegado a capitalizarla en términos de imagen ofertando éxitos de sus programas de combate a la pobreza.

Guerrero, octava entidad con más ingresos por remesas

Según datos del Banco de México, de enero a septiembre de 2016 ingresaron a Guerrero mil 47 millones 606 mil 952 dólares por concepto de remesas. Es decir, 20 mil 40 millones 720 mil 991 pesos, colocándose como la octava entidad en el país con más ingresos en este rubro. Ese monto equivale al 40.69 por ciento del presupuesto que ejerce el estado en el actual ejercicio fiscal, que es de 49 mil 246 millones 711 mil 100 pesos.

Siguiendo con datos del Banco Central, del total de las remesas que ingresaron al estado en los primeros tres trimestres del año, el 64.6 por ciento, 676 millones 822 mil 644 dólares —12 mil 947 millones 617 mil 179.72 pesos— se concentran en 10 municipios: Acapulco, Tlapa, Pungarabato, Iguala, Chilpancingo, Chilapa, Ometepec, Arcelia, Teloloapan y Huitzuco.

El municipio que más remesas recibió en los primeros nueve meses del año fue Acapulco, con 135 millones 191 mil 138 dólares —2 mil 586 millones 206 mil 469.94 pesos—.

El segundo es Tlapa, de la región Montaña, con un ingreso de 109 millones 702 mil 109 dólares —2 mil 98 millones 601 mil 345.17 pesos—; le sigue Pungarabato, de Tierra Caliente, con 106 millones 225 mil 939 dólares —2 mil 32 millones 102 mil 213.07 pesos—.

Acapulco y Tlapa resultan contrapuestos en cierto sentido, el segundo municipio forma parte de la Región de la Montaña donde el nivel de desarrollo humano y por ende económico es bajo, no obstante de que es un centro comercial de una región que abarca municipios de Puebla; mientras que Acapulco, que alcanza niveles superiores en la zona urbana, ha sido afectada por el cierre de empresas a causa de la inseguridad.

Desde el año 2013, el envío de remesas a Guerrero se ha mantenido en crecimiento y en 2016 no fue la excepción. Según la estadística del Banco de México el estado recibió mil 371 millones de dólares el año pasado y superó el promedio de mil 200 que tuvo por tres años consecutivos.

En 2013 los guerrerenses radicados en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, país del que según el Banco de México llegan el 97 por ciento de las remesas, enviaron mil 205 millones de dólares; en 2014 fueron mil 203 y en 2015 mil 277.