Entrevista con Gerardo Rodríguez Sánchez Lara/Profesor de la UDLA-P

Armando Reyes Vigueras

Las declaraciones de Andrés Manuel López Obrador en contra de las Fuerzas Armadas —primero por el operativo de la Marina en Nayarit y luego ante la insistencia de Antonio Tizapa en Nueva York respecto a su relación con José Luis Abarca— sorprenden a analistas, quienes recordaron la manera en que se expresó del Ejército en sus dos últimas campañas electorales.

Gerardo Rodríguez Sánchez Lara, especialista en temas de seguridad nacional y catedrático en la Universidad de Las Américas-Puebla, sostiene que no entiende la actual línea discursiva del tabasqueño y que la gran pregunta es qué tipo de relación tendría con las Fuerzas Armadas en caso de ganar las elecciones de 2018.

 

Su asesor militar sería el general Gallardo

“Recuerdo que López Obrador había tenido posiciones mesuradas hacia las Fuerzas Armadas en sus dos últimas campañas electorales, me sorprende ampliamente que haya decidido lanzar este tipo de declaraciones agresivas contra el Ejército”, señala en entrevista con Siempre!, para completar: “él había sido bastante agradecido en su momento, en 2005 y en 2006, cuando el general Clemente García Vega fue contundente ante el presidente Fox en el sentido de que el Ejército mexicano no iba a participar en ningún acto de represión en contra del movimiento de López Obrador en el marco del desafuero y de las elecciones de 2006. Es algo que debe recordar y que, si gana la presidencia en 2018, tendrá que tener mayores niveles de reconocimiento e interlocución con las Fuerzas Armadas”.

Para Rodríguez Sánchez Lara, al abordar el tema de la relación entre el Ejército y la Marina con el aspirante presidencial de Morena, existen varios puntos de preocupación que se manifiestan en la falta de información acerca de qué tipo de datos y asesores rodean a López Obrador.

En principio, plantea que la gran pregunta es qué tipo de relación tendría con este sector del país en caso de ganar la presidencia en las elecciones del año entrante, pues se convertiría en el comandante supremo de las Fuerzas Armadas, cuestión que, de acuerdo con nuestro entrevistado, no tiene respuesta por el momento.

“No encuentro quién le esté sirviendo de puente, de lazo de comunicación con las Fuerzas Armadas, y él como presidente de un partido político nacional debería tener interlocución al más alto nivel con las Fuerzas Armadas en marco de respeto y de relaciones cívico militares. Me preocupa que esté rodeado por asesores que le estén mal informando sobre la situación que viven las Fuerzas Armadas”, completó Rodríguez Sánchez Lara.

Una especulación acerca de quién podría asesorar a López Obrador en este tema apuntaba en el sentido de que podría ser el general José Francisco Gallardo Rodríguez, famoso por estar preso por —según el militar retirado— proponer la creación de un ombusdman militar–, tema que fue rechazado por nuestro entrevistado al comentar que no ha encontrado quienes se hagan cargo de este tema en el equipo del dirigente de Morena.

 “No lo sé, porque dentro de Morena y de su equipo no conozco a nadie cercano que pueda dar la cara para explicar cuál es la posición oficial del partido o de López Obrador al respecto, creo que esto denota un aislamiento, una falta de contacto con los integrantes de las Fuerzas Armadas, y las Fuerzas Armadas no solamente son generales en retiro”, indicó Gerardo Rodríguez Sánchez Lara.

Trasfondo electoral en la polémica

Tanto el gobierno federal, en voz del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, como la propia Secretaría de la Defensa Nacional respondieron a los señalamientos del tabasqueño. El primero le exigió que se haga responsable de sus palabras y que “salga de su zona de confort y asuma con responsabilidad sus declaraciones, y si tiene pruebas, que vaya al ministerio público”, en tanto que por la Sedena, el general José Carlos Beltrán, director de Derechos Humanos, fue enfático en señalar que “recientemente han afirmado y publicado señalamientos de que integrantes de las Fuerzas Armadas violan indistintamente los derechos humanos”, lo cual “genera una percepción equívoca de la realidad”, dijo.

Para Gerardo Rodríguez Sánchez Lara, también hay un trasfondo electoral en esta polémica. “Este gobierno (federal) sí está aprovechando el desliz —los dos deslices de las declaraciones de López Obrador— con fines políticos para impactarlo en su popularidad rumbo a las elecciones del Estado de México y a las elecciones de 2018”.

Por lo anterior, nuestro entrevistado considera que López Obrador debe “moderar el discurso y ser más serio al respecto”, ya que “son declaraciones desafortunadas; si quiere ser jefe supremo de las Fuerzas Armadas debe tener un discurso más serio sobre estas porque sí ha habido ocasiones en las que se han visto involucradas en casos de violaciones de derechos humanos, pero en ningún caso han sido sistemáticas, y el aparato de justicia militar ha sido eficaz en castigar estos hechos cuando han sido denunciados cuando las Fuerzas Armadas han tenido conocimiento de ello”.

Cambio de opinión

Luego de arremeter en contra del Ejército y la Marina, López Obrador cambió de discurso y expresó —en un video publicado en sus redes sociales—, que en realidad las Fuerzas Armadas lo han apoyado en las dos últimas elecciones presidenciales.

“Reitero: respetamos a las Fuerzas Armadas. Los soldados son pueblo uniformado (…) que están con nosotros; así lo expresaron en la elección de 2006 y de 2012, y así va a ser en 2018″, dijo en un video disponible en su cuenta de Facebook.

Ese contrasta con la declaración que hizo en febrero pasado, en relación con el operativo que llevó a cabo la Marina para detener a un miembro del cártel de Los Zetas, en que se había asesinado a menores de edad, y a la que hizo ante la insistencia de Antonio Tizapa, padre de uno de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, en el sentido de que para conocer lo ocurrido con los jóvenes debía preguntar a las Fuerzas Armadas, para completar con lo dicho posteriormente en el sentido de que, en caso de llegar a la presidencia, no utilizaría el Ejército para reprimir al pueblo.

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