Con el llamado a los pueblos indígenas a participar en la reconstrucción del país, María de Jesús Patricio Martínez se convirtió en la primera candidata indígena que competirá por la presidencia de México en 2018.

Tras dos días de debates en el Cideci-Uinitierra ubicado en San Cristóbal de las Casas, indígenas delegados y concejales de 58 pueblos originarios, así como delegados del EZLN, entre ellos los subcomandantes Moisés, Galeano o Marcos y el comandante Tacho, participaron en la reunión de elección en la que además de designar a Patricio Martínez como su candidata para el proceso presidencial, también la nombraron vocera del  Consejo Indígena de Gobierno (CIG).

Durante la reunión, Carlos González, portavoz del CNI, señaló: “no es que nos interese el proceso electoral, los votos, ganar la presidencia. Eso nos vale una chingada. Queremos volver a visibilizar la lucha indígena, como lo logró el EZLN en 1994”.

A partir de esta elección, la nueva tarea del movimiento indígena y de la candidata será la de reunir cerca de un millón de firmas a fin de conseguir el registró de su candidata y lograr participar en las elecciones.

El Consejo Indígena informó que los siete principios por los que deberá de regirse la candidata serán: “Servir y no servirse, construir y no destruir, obedecer y no mandar, proponer y no imponer, convencer y no vencer, bajar y no subir, representar y no suplantar”.

¿Quién es Marichuy?

La médico tradicional de la lengua nahua, Patricio Martínez, de 57 años de edad, es madre de tres hijos es originaria de la comunidad de Tuxpan, en el occidente del estado de Jalisco. Mejor conocida como “Marichuy”, trabaja con habitantes de su localidad a quienes les brinda atención médica.

Desde 1992 ofrece atención a grupos vulnerables de su comunidad a través de los conocimientos de  de herbolaria que heredó de su abuela en el centro de salud Calli Tecolhuacateca Tochan, que ella misma fundó.

Patricio Martínez quien tiene la vocación de ayudar, es parte de la Unidad de Apoyo a las Comunidades Indígenas (UACI) en la universidad de Guadalajara desde hace aproximadamente 20 años.

En 2015, fue condecorada con el Galardón al Mérito por el Ayuntamiento de Tuxpan por preservar la medicina tradicional y la herbolaria, así como por su vinculación con las comunidades indígenas del país.

Una candidatura esperada

En octubre pasado, los zapatistas dieron a conocer su intención de nombrar a una mujer para participar en el proceso electoral de 2018. Un mes más tarde, el EZLN negó tener intenciones de presentarse con una candidata indígena en las elecciones, y acusó a los medios de comunicación de tergiversar sus palabras, por lo que aclararon que únicamente darían su respaldo a una candidatura que eligiera el CNI.

A través del Congreso Nacional Indígena –en el que se designó a Patricio Martínez– los pueblos indígenas se organizan para tomar decisiones, buscando otra forma de hacer política, así como delinear sus planes de acercamiento a la sociedad civil.

Hay que recordar que los zapatistas encabezaron una insurrección armada en 1994 justo el mismo día que entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio. Tras más de dos décadas y a unos días de renegociar el TLC, hoy vuelven a la política al impulsar la candidatura de María de Jesús Patricio Martínez.