La semana previa comenzó la negociación para modernizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Las pláticas de los equipos negociadores del acuerdo comercial giran en torno a un menú de temas que van desde agricultura, mano de obra, derechos de autor, industria hasta déficit en la balanza de comercio.

Para Arturo Magaña Duplancher, jefe de la Unidad de Estudios y Análisis Internacionales del Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques del Senado de la República, “es una discusión, básicamente, entre proteccionismo y apertura comercial”.

En entrevista con Siempre!, Magaña explicó que “en términos generales, deberíamos ser capaces de transmitir la idea de que es una negociación con muchos aspectos técnicos, pero que al final de cuentas es una negociación política”.

Consideró que también estarán sobre la mesa las distintas interpretaciones de para qué sirve el comercio internacional. “En Estados Unidos ha cambiado dramáticamente una percepción que durante muchas décadas fue positiva del comercio internacional, hacia una negativa y nacionalista de este tema”, añadió.

Arturo Magaña Duplancher.

Aspecto político

Uno de los argumentos de nuestro entrevistado para exponer que se trata, antes que otra cosa, de una negociación política, es el hecho de que la administración de Donald Trump tiene interés de que la discusión con México y Canadá no se cruce en el camino a las elecciones que tendrá a finales del año entrante para renovar su Congreso.

 “Es interés de Trump hacerlo antes de que termine la autoridad comercial que le dio el Congreso, que termina a mediados del año entrante, pero también a México le interesa no llevar la negociación al año próximo por las elecciones presidenciales”, señaló.

Otro elemento a considerar, apuntó Magaña Duplancher, es que si hay éxito en las pláticas, la aprobación la realizará el actual Poder Legislativo en ambos países o las nuevas cámaras, algo que sin duda preocupa a los titulares del Ejecutivo de ambas naciones.

Negociación exitosa

“Para el caso de México”, explicó Arturo Magaña, “una negociación exitosa sería mantener todos los espacios abiertos previamente en el tratado original que tienen que ver con no poner aranceles, y mantener la liberalización del comercio, actualizando a los nuevos contenidos del Acuerdo de Cooperación Transpacífico (TPP) y, posiblemente incorporar algunos temas de preocupación, como la movilidad laboral; para Estados Unidos, en cambio, lo exitoso sería revisar reglas de origen, remedios comerciales y la reducción del déficit. No son convergentes estos propósitos, así que debe haber una propuesta que armonice esto”.

Hizo énfasis en el tema del déficit que ha acusado Donald Trump en múltiples ocasiones en que ha criticado el Tratado, por lo que aseguró que enfocar toda la atención en buscar reducirlo sería inaceptable para México y Canadá.

 “Tendría que encontrarse un equilibrio respecto a lo que busca Estados Unidos, pues no hay negociación comercial posible que tenga como objetivo reducir un déficit comercial. Tendría que haber un equilibrio en las propuestas. Canadá ha presentado las suyas y parecen cercanas a las nuestras, por lo que se esperarían coincidencias para enfrentar los temas centrales para Estados Unidos: déficit, reglas de origen y salvaguardas comerciales”, añadió Arturo Magaña.

Pidió revisar los avances tenidos en los tres países para comprender la importancia de la negociación del TLCAN en el tiempo en el que ha estado vigente, en materia de exportaciones, generación de empleos y otros.

 “México es más beneficiado en algunos rubros, pero en otros, Estados Unidos y Canadá han obtenido resultados provechosos, no hay que olvidar que de lo que hablamos es de la renegociación de un instrumento vigente que podría mantenerla sin la renegociación. Perdemos de vista que si esta fracasa, tendría que haber un esfuerzo adicional para ver si se mantiene o no el marco actual”, explicó.

De igual manera, apuntó que no será una operación fácil por las demandas de la administración de Trump. “Parece que el equipo estadounidense, al igual que su presidente, están pensando en las dimensiones políticas y no tanto en las técnicas, comerciales, estrictamente, por tanto no hay que esperar demasiado de las primeras rondas de negociación, pues va a tomar mucho tiempo acercar posiciones”, completó.

Alertó acerca de las dos visiones que prevalecen en el equipo negociador de la Unión Americana. Una de ellas la representa el encargado de la negociación, Robert Lighthizer, más cercano a las posiciones de Trump y defensor del proteccionismo; la otra, representada por miembros de más experiencia, buscan la modernización de aspectos como energía y otros.

 “Este choque en el equipo de Estados Unidos, debería preocuparnos. Lighthizer ha dicho que va a acordar directamente con Trump, pues en cualquier momento podría cambiar de opinión o encontrar méritos para hacer política interna con el Tratado, lo peor que nos podría pasar es que el TLC se volviera la piedra de toque para la campaña de las elecciones intermedias de 2018 y, posiblemente, para la reelección del propio Trump, porque si es así estaríamos en un carril muy distinto al de una negociación comercial”, sostuvo Arturo Magaña.

Para concluir, dijo que hay que poner atención a temas como el arancelario, porque Estados Unidos busca imponer este tipo de cargos aun sin que se les llame por ese nombre, al igual que salvaguardas o cuotas compensatorias ocultas que funcionan con discrecionalidad, como podría ser en el tema fitosanitario.

 “Hay que revisar la letra chiquita en temas como derechos laborales o ambientales, porque si bien podemos simpatizar con la idea, eso puede abrir la puerta a una condicionalidad unilateral que busque imponernos castigos si no se cumple con un estándar, que terminarían siendo aranceles”, cerró Arturo Magaña.

@AReyesVigueras

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