En los últimos cinco años, más de dos decenas de periodistas han sido abatidos en México, lo cual pone al país como el más peligroso para ejercer la profesión en un contexto en el que no existe una guerra interna. Una de las víctimas fue la periodista Miroslava Breach.

La protección al gremio en México y en América Latina es una promesa de los gobiernos de la región, pero una promesa que está lejos de cumplir su objetivo: que los periodistas puedan informar e investigar sin tener que temer que sus vidas corran peligro.

Este mes de octubre la Revista Argumentos de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, de México, el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, la Facultad de Cultura y Cultura Comunicación de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo, de Argentina, y los diarios La Jornada, de México; Página 12, de Argentina y Público, de España, anunciaron la creación del Premio Periodístico “Miroslava Breach”.

El galardón busca reconocer los trabajos académicos y periodísticos que se dediquen al tema “Sistemas de poder y violencia contra periodistas en América Latina”.

El premio fue creado como un homenaje a la periodista Miroslava Breach, asesinada en Chihuahua, México, el 23 de marzo de 2017, al igual que una larga lista de periodistas mexicanos y latinoamericanos, por sacar a la luz las ilegalidades de grupos criminales y del poder público en la región.

En especial, los periodistas caen por investigar cuestiones inherentes al narcotráfico, las pandillas, el contrabando, la trata de personas y, desde luego, por reportajes o indagaciones que incomoden al poder público.

El certamen convoca a comunicadores, investigadores y activistas de todos los países de América Latina y el Caribe a inscribir hasta el 27 de diciembre artículos periodísticos o académicos sobre los temas “Quehacer periodístico, violencia e impunidad”, “Diversas formas de agresión a las garantías comunicativas de los ciudadanos”, “Intereses económicos y políticos de los medios por encima del interés social y del bien común” y “Academia, violencia y la enseñanza de la comunicación”.

El Premio Miroslava Breach “pretende ser un llamado de atención a la absoluta impunidad que reina en este campo: nunca son investigados estos crímenes ni condenados sus culpables, transformándose el Estado en cómplice y, no pocas veces, en promotor e instigador de esta brutal forma de violencia que crece y se multiplica en nuestra región”, según la convocatoria.

Esta “brutal forma de violencia” ha ido desangrando la democracia incipiente en la región y sigue siendo caldo de cultivo —el miedo— para autoritarismos de todo signo político.