Por supuesto que sí. Es posible que México pueda construirse un mejor futuro y ser una potencia global en 2030. Esto es, más allá de que varias proyecciones internacionales señalan que para 2050 México será una potencia que estará ubicada entre las primeras nueve del mundo, esto podría lograrse antes si se tomas las medidas adecuadas y se implementan correctamente.

Es posible que México logre construir una sociedad con bienestar y prosperidad para todos con pleno respeto a los derechos y las libertades fundamentales. México celebrará elecciones presidenciales, así como para el Congreso de la Unión, entre otras muchas, el 1° de julio de 2018. El país enfrenta numerosos problemas que deberá resolver pero también el rumbo de mediano y largo plazo que desea construir. Existen problemas ancestrales, algunos de ellos se han agravado y muchos otros nuevos que debemos solucionar. Pero es importante que la solución de problemas de corto plazo no nos hagan perder el rumbo de un mejor futuro para todos en el mediano y en el largo plazo.

Algunos de los problemas que enfrentamos son de carácter externo y otros son internos. Los hay coyunturales y estructurales, de corto y de largo plazo. De los primeros, los internacionales, podemos referir un entorno global de una complejidad extrema. Una breve descripción de los mismos, para 2018, siguiendo a Antonio Guterres, el secretario general de la ONU, son que el mundo vive en un creciente riesgo de un conflicto nuclear, como no se había visto en décadas; la lucha contra el cambio climático, una de las mayores amenazas contra el futuro de la humanidad se está perdiendo; se registra un peligroso incremento de las desigualdades en casi todo el mundo, así como graves violaciones a los derechos humanos, el nacionalismo y la xenofobia. Además, según Ian Bremmer, 2018 presenta el escenario con mayores riesgos geopolíticos desde 1998.

El año inicia con el escalamiento de las tensiones de Estados Unidos con Irán y Corea del Norte, así como con el mundo árabe por el “reconocimiento” de Jerusalén como la capital de Israel, en contra de la posición de la mayoría de la comunidad internacional.

El “triunfo” de Trump con la aprobación por parte del Congreso de su proyecto de reforma fiscal, más allá de sus efectos de corto plazo, puede ser el acto público más irresponsable en materia de finanzas públicas en décadas, que agravará el déficit presupuestal y el endeudamiento público estadounidense, lo cual generará inestabilidad interna y desorden internacional.

Esto es, más allá de la persistente agresión de Trump a México en todos los órdenes: comercio, inversión, migración, entre otros, ahora hay que enfrentar las posibles repercusiones de la reducción tributaria en Estados Unidos.

En cuanto a la problemática interna, el país deberá hacer frente a problemas como la seguridad pública, la corrupción e impunidad, el crecimiento económico sostenido, el empleo digno y la sustentabilidad ambiental a través de la consolidación de un Estado democrático de derecho, con instituciones fuertes.

Es viable el cumplimiento de los objetivos del desarrollo sostenible establecidos por la ONU para el año 2030, los cuales van desde la erradicación del hambre y la pobreza; la salud; educación y bienestar para todos y el aprovechamiento de los avances científicos y tecnológicos, el crecimiento económico y la igualdad de género, hasta la sustentabilidad ambiental en todas sus dimensiones del cuidado y la preservación de la naturaleza.

El país deberá retomar el camino del crecimiento económico basado en la preservación del ambiente, lo cual conlleva entre otros aspectos acelerar la transición energética hacia fuentes limpias, participar en el dinámico proceso de innovación científica y tecnológica global, y aprovechar plenamente sus ventajas competitivas en cuanto a su dinámica poblacional, tradición cultural, recursos naturales y situación geográfica.

México debe aprovechar en su favor las tendencias globales que apuntan hacia el fortalecimiento creciente de los mercados emergentes. Debemos participar activamente en la discusión intelectual global que apunta hacia una nueva “Ilustración” y efectuar nuevos planteamientos teóricos. No podremos resolver nuevos y crecientes problemas con fórmulas diseñadas para entornos diferentes.

Buena parte de nuestras ideas y creencias vienen de planteamientos efectuados para un mundo vacío, no para uno saturado y en grave riesgo. En suma, México tiene todas las condiciones para salir adelante y más fortalecido a pesar de la problemática inmediata y del creciente protagonismo de los populismos. Para mí es claro que lo mejor del país está en su futuro.