Los desatinos están ahí en el tablero, listos para ser cometidos. Horowitz

Nos equivocamos quienes creímos que el periodo de “intercampaña” sería aburrido, pues en más de un sentido resultó más animado que las precampañas y, de alguna manera, pudo definir el rumbo de la campaña formal, la que culminará el próximo 1 julio de 2018.

Sé que muchos, ya atrapados en las inercias de encuestas que son deseos, y en los escenarios que esbozan los sueños y delirios de muchos “analistas”, están seguros de que para términos prácticos la campaña ya está resuelta.

Personalmente creo que, como en democracia nada es más seguro que la incertidumbre, la segunda quincena de marzo pudo ser un parte aguas que influirá en el resultado de la elección presidencial.

Para bien o para mal ha hecho evidentes las fallas de aquellos que le disputan a Andrés Manuel López Obrador la Presidencia de la República.

Ha hecho evidente la urgencia de cambios en la campaña presidencial de la coalición que encabeza el PRI, pues si bien, como es natural, el primer círculo de José Antonio Meade lo integran sus más allegados, antiguos colaboradores, muy inteligentes, pero poco fogueados en el laberíntico y acelerado carrusel de la política electoral y, sobre todo, de una campaña por la Presidencia.

Aunque hicieron nombramientos de políticos políticos, tal parece que fue solo un gesto simbólico, pues el primer círculo de Meade tiene desconfianza de los políticos políticos, por eso actúan todavía como si la campaña no fuera una lucha por el poder, como si la campaña fuera solo para elegir al presidente de la sociedad de alumnos del ITAM.

En la campaña de la coalición que encabeza el PAN, parece que Anaya y los suyos no entienden que la formación de la coalición fue la tabla de salvación para dos fuerzas políticas que irremediablemente se difuminarían en la elección.

Anaya ha permitido que los astutos perredistas y el mañoso Movimiento Ciudadano le impongan condiciones, sin darse cuenta de que el PAN es quien tiene fuerza real y se ha ubicado en indefiniciones que ni consolidan el voto duro de militantes y simpatizantes panistas, pero tampoco atraen a muchos dizque de izquierda.

Debe revisar la estrategia de su “club de asesores”.

En cambio, Andrés Manuel López ha tocado por nota con la experiencia de doce años en campañas por la Presidencia, sin embargo, ha empezado a mostrarse tal cual eso. Y podría confirmar el pronóstico de quienes sostienen que el tabasqueño es su peor enemigo.

Como sea, al arranque de los 90 días finales de la campaña, digan lo que digan, no hay nada, aunque algunos se hayan tragado la leyenda fabricada por el ilusionista de las percepciones.

Como dicen los maestros de ajedrez, la partida empieza y ahí, en el tablero, están todos los errores, listos para ser cometidos.

 jfonseca@cafepolitico.com