Nicaragua atraviesa por una fuerte crisis que ha obligado a la comunidad internacional a condenar los actos que tienen lugar en ese país. La Organización de las Naciones Unidas pidió el cese de ataques contra la población civil y la desmovilización de grupos de choque, responsables de más de 300 muertes en casi tres meses de conflicto. Al pedido internacional también se han unido Estados Unidos y 13 países latinoamericanos, entre ellos México.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, hizo un llamado al presidente Daniel Ortega para que ponga fin a las hostilidades contra su propio pueblo, que exige que se adelanten las elecciones, en un intento por acabar con un gobierno que dura ya más de de doce años. Incluso Guterres señaló a Ortega como responsable, al menos en parte, de la cruenta situación por la que atraviesa la nación nicaragüense.

Se pensaba que Venezuela era un caso alarmante, pues en lo que va del año se han registrado 150 personas muertas en disturbios y protestas, pero Nicaragua ha superado la cifra en tan sólo una cuantos meses. El sábado pasado, un grupo de más de 200 jóvenes se atrincheraron en una iglesia durante más de 20 horas, arrinconados por fuerzas gubernamentales. El domingo murieron al menos 12 personas en un ataque efectuado por policías y paramilitares en la ciudad de Masaya, a 35 kilómetros de Managua.

“El número de muertos ya es un número totalmente inaceptable. Es evidente que hay un uso letal de la fuerza por entidades ligadas al Estado que no es aceptable. Por eso mismo es tan importante que termine la violencia y que el diálogo político permita encontrar una solución inclusiva”, afirmó Guterrese, durante una visita para participar en la conmemoración de los 40 años de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

La crisis ya comienza a afectar a otros países vecinos. Costa Rica ha comenzado a ser receptor de migrantes nicaragüenses que solicitan asilo al gobierno del presidente Carlos Alvarado, quien exigió a su contraparte que ponga fin al conflicto antes de que éste se desborde en la región.

Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay respaldaron el llamado del mandatario tico, respaldado en una carta coordinada por el Ministerio de Relaciones Exteriores argentino, que denunció la “violación de los derechos humanos y las libertades fundamentales” en Nicaragua y exigiendo “la celebración de elecciones libres, justas y oportunas, en un ambiente libre de miedo, intimidación, amenazas o violencia”.