Unas horas antes de que el PREP diera a conocer al posible ganador de las elecciones mexicanas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, felicitó a Andrés Manuel López Obrador y lo daba como el virtual ganador de los comicios. Su mensaje en su tradicional cuenta de redes sociales fue el siguiente: “Felicitaciones a Andrés Manuel López Obrador por convertirse en el próximo presidente de México. Tengo muchas ganas de trabajar con él. ¡Hay mucho que hacer que beneficie tanto a los Estados Unidos como a México!”.

El mensaje del mandatario estadounidense fue considerado como uno de los más generosos y amables de los últimos tiempos hacia nuestro país, luego de atravesar por el abismo que ha significado la renegociación del Tratado de Libre Comercio para América del Norte.

El encargado de contestar el mensaje fue Marcelo Ebrard, quien de hecho ya fue designado como el próximo titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores en el gobierno lopezobradorista, diciendo: “Nosotros, los mexicanos, también esperamos una relación fructífera y mutuamente beneficiosa . Buen mensaje del presidente de Estados Unidos”.

Trump negocia con ventaja

Expertos como el internacionalista José Calderoni interpretan esta situación como un hecho realmente alarmante, pues lo que parecería una amistad cordial del mandatario estadounidense, en realidad puede ser una estratagema para presionar al nuevo gobierno mexicano.

En opinión de Calderoni, Trump actúa más como lo que ha hecho en su vida: un empresario que negocia con ventaja. En estas circunstancias, el gobierno de López Obrador nacerá desde su primer segundo bajo la lupa de lo que en inglés se le conoce como leverage, que se puede interpretar como una palanca que ayuda a levantar algo muy pesado. Trump está acostumbrado a negociar mediante esta vía, que también se puede considerar como una presión o incluso hasta como una amenaza.

Trump ni siquiera se molesta en avisar o pedir una opinión o consenso sobre lo que se propone hacer, aspectos como estos han sido la cuestión del muro fronterizo con México, el refuerzo de las medidas antimigratorias, la imposición de aranceles, sin importar que estos inicien una guerra comercial con China y con la Unión Europea.

Otro aspecto que caracteriza al inquilino de la Casa Blanca es que no le gusta esperar por resultados, sino que impone sus condiciones. Ante esto, decidió enviar a su intimidante secretario de Estado, Mike Pompeo, quien se reunirá con López Obrador para tratar temas específicos bilaterales la próxima semana.

Al cierre de esta edición —jueves 5—, Ebrard dejó en claro que él y su equipo de trabajo iniciarán actividades enfocadas en recibir al enviado de Trump, quien por cierto viene de reunirse con el presidente Kim Jong-un, desde Corea del Norte.

“Ebrard me va a ayudar a preparar el encuentro que tendré el 13 de julio con el secretario de Estado del gobierno estadounidense, Mike Pompeo. El nos va a visitar, nos vamos a entrevistar, esto fue parte de la conversación telefónica que tuvimos con el presidente Donald Trump”, dijo López Obrador.

Esta es la entrevista que el también analista político José Calderoni, con más de veinte años como consultor internacionalista, concedió a Siempre! vía telefónica.

La felicitación de Donald Trump a Andrés Manuel López Obrador  pareció que tenía una tónica amable y cordial y hasta parecía amistosa. ¿Qué es en realidad lo que Trump trata de mostrar?

En un diálogo que sostuve hace dos meses en la UNAM, le pregunté a varios expertos cuál de los candidatos era el más apropiado para el presidente Trump, y una doctora internacionalista me dijo que era José Antonio Meade, yo le respondí que lo que el presidente de Estados Unidos está buscando es más bien un enemigo y el enemigo ideal para él es López Obrador.

Esto quiere decir que el presidente Trump está acostumbrado a negociar y siempre tiene una opción de ventaja cuando lo hace. Lo hace teniendo una intimidación obligada, eso se llama leverage. Es una palabra que surgió en este siglo, y que ahora es más común en los medios políticos y literarios a nivel mundial. Leverage quiere decir una palanca contra el enemigo con el que uno está discutiendo. Se aplica a muchos casos, sobre todo en aspectos comerciales. Desde la compra de un auto usado hasta un departamento nuevo, en muchas cosas. Tiene que ver con la manera de actuar y de presionar al comprador para que adquiere el producto que estamos vendiendo. No siempre es una presión directa como colocar un machete en la mesa para que el rival se sienta amedrentado, también se hace escondiendo las fallas del auto que se va a vender actuando de manera hipócrita o con una simpatía engañosa. Todo se vale con tal de tener la ventaja y de que la negociación no se salga de ese parámetro.

Trump lo ha aplicado para negociar con el TLCAN y es base de su actuación para tratar cuestiones políticas. Trump siempre negocia con ventaja.

Primero, acomodar la casa

¿Cuál sería el proceder de Trump respecto al nuevo gobierno mexicano?

En el momento en que el nuevo gobierno mexicano tome posesión, si Trump ve un indicio de que López Obrador asume parámetros similares a los de Cuba, Nicaragua, Venezuela, es decir, la corriente bolivariana, se le va ir a la yugular. No tengo la menor duda de esto. Son hechos reales que hablan de cómo actúa Trump.

Es muy importante que López Obrador meta reversa a estos temas internacionales que puedan afectar la economía o política de lo que quiere Trump. Esa amistad exagerada que todos vimos, incluso antes de que se terminara el proceso electoral, Trump ya estaba dándolo por ganador y le expresaba su apoyo. Eso es un tema clave en la internacionalización del país; un tema en que he trabajado mas de 50 años.

Creo que no sólo el nuevo gobierno sino todos los mexicanos debemos estar pendientes de esto y no exigirle a López Obrador que cumpla cosas que dijo y que pueden ser muy negativas para la relación México-Estados Unidos.

Por lo que estamos viendo, López Obrador está metiendo reversa a muchos temas que había dicho. Para empezar, la conformación de su gabinete demuestra que es muy neutral; serio.  No metió a gente que lo apoyó y que están en otros campos que pueden ser susceptibles de una mala interpretación. Hay que tener presente la vieja historia de que ser vecino de Estados Unidos es dormir con el elefante que, cuando se mueve, nosotros nos caemos de la cama y se nos acaba el sueño.

Es un tema muy delicado y esa palabra leverage es muy difícil comprenderla, se le puede conocer como influencia, palanca, ventaja, no hay una traducción exacta y clara. Es una condición tan clara que nadie se sienta a negociar algo y menos alguien de la estatura de hombres de negocios como el presidente de Estados Unidos, si no hay una ventaja de por medio.

 

Trump no negocia, impone

¿Cuál es su percepción respecto al tratamiento de estos temas en el nuevo gobierno?

Gran parte de cómo va a tratar esto en el nuevo gobierno será a partir de quién será designado para la Secretaría de Relaciones Exteriores. De hecho, todo el gabinete que ha presentado López Obrador es muy centrado, no se ve a ningún disparatado que pueda perjudicar al nuevo gobierno.

En mi visión es mejor tener una política interior clara para poder influir de manera internacional y no al revés. Es decir, hay que acomodar la casa, que es México, y de ahí partir a competir de manera internacional en las áreas económicas, políticas y comerciales.

El estilo de Trump es aplicar todo el poder de su país, que es enorme en un momento en que no le favorezca algo por parte del nuevo gobierno de México.

Por ahora, Trump no tiene forma de contraatacar a López Obrador, pero en el momento en que éste tome el poder ahí empezará el conteo de sus presiones, porque no podemos hablar de negociaciones. Trump nunca negocia; impone. Nunca se nos preguntó si queríamos un muro de más de diez metros de altura y todavía pagado por nosotros. Ese es el estilo de gobernar del presidente de Estados Unidos, el país que más nos debe interesar por la tremenda interacción que tenemos con ellos.

El leverage lo tiene en especial con López Obrador, por eso hay que cuidar que el equipo internacional de la nueva presidencia tome todo esto muy en cuenta. Trump tiene a López Obrador en la mira, es como si le dijera: ”Yo te voy a dejar gobernar, pero en el momento en que haya algo que no me guste, yo te consideraré como un izquierdista, un revoltoso”. Si nos damos cuenta, esos han sido los argumentos que los otros partidos le argumentaban a López Obrador en la campaña.

Un inicio difícil: Luis Huacuja

De cara al nuevo gobierno que habrá de encabezar Andrés Manuel López Obrador, no se advierten cambios abruptos. Los primeros cien días de gobierno son clave para dar señales a los interlocutores nacionales e internacionales. Hasta el momento, los signos son de una transición ordenada y con estabilidad. Eso se advierte con las reuniones con empresarios y la respuesta de los mercados.

La relación con Estados Unidos se ha vuelto, sin embargo, muy compleja. Requiere de algo más que buenas intenciones. Las primeras señales son de prudencia mutua. Donald Trump sabe que su nuevo interlocutor no será tan fácil de seducir y llega con un importante capital político; lo que también es un factor importante para ponderar para alguien que, como el inquilino de la Casa Blanca, se mueve en el terreno de la negociación empresarial.

También es indudable que habrá un giro a la política exterior, en particular con Estados Unidos. No hará esa obsesión con el vecino del norte y la expectación del momento también puede atraer a socios de todo tipo en el ámbito internacional. Es un gran reto para el nuevo gobierno. México se convierte en un actor estratégico en los foros regionales y multilaterales, más allá del ámbito puramente comercial.

La apuesta por una alianza regional que incluya la cooperación internacional y el desarrollo habla de la introducción de nuevos temas en la agenda con los Estados Unidos.

La cautela mutua también está determinada por los tiempos electorales en los Estados Unidos. Las elecciones de medio término en el país vecino, que implica una reconfiguración en el poder legislativo, serán un buen termómetro para medir la fuerza o debilidad de Trump en su país.

El muro  fronterizo con México y el rechazo al TLCAN han sido parte de la agenda interna del presidente estadounidense. Un tema a tomar en cuenta.

Internacionalista por Universidad La Salle