El gobierno federal del presidente Andrés Manuel López Obrador presentó el paquete económico para 2019. Se trata, más allá de las cifras, de una prueba de la manera en que esperan cumplir con las promesas de campaña del ahora mandatario, además de promover el crecimiento y diferenciarse de sus antecesores.

Siempre! consulto a Enrique Díaz-Infante Chapa, director especialista en sector financiero y seguridad social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, así como a Hernán Ahuja Domínguez, investigador del área económica de la Fundación Miguel Estrada Iturbide (FMEI) de la Cámara de Diputados, para conocer su evaluación en este tema.

Que no se mueva ni una coma

“El presidente de la Comisión de Presupuesto en la Cámara de Diputados y el propio titular del Ejecutivo Federal declararon que no se le tenía que mover muchas comas al paquete, pero creo que hay muchas comas que moverle”, señaló Hernán Ahuja.

“Es un presupuesto que luce prudente, equilibrado, en se sentido tengo una opinión positiva, pero el problema no lo que está en el presupuesto sino lo que no está, que es todo el contexto internacional y el precedente; este presupuesto es prudente y equilibrado, pero un tanto optimismo”, indicó por su parte Díaz-Infante.

Y es que se trata de un paquete económico que la nueva administración federal presentó, el cual mantiene muchos rasgos similares con ejercicios realizados en el anterior sexenio.

“Las primeras impresiones que nos genera este paquete económico, es que es uno muy inercial, y con eso me refiero a continuar con esta política económica y de las finanzas públicas muy similar a la de la administración anterior, además de que parece, de inicio, no estar generando las condiciones para incentivar no sólo la inversión de capitales nacionales y extranjeros sino la generación de empleos, algo sumamente importante”, mencionó el investigador de la FMEI.

Otra característica criticable, en opinión de Enrique Díaz-Infante, es que se trata de un paquete optimista que no toma en cuenta algunos riesgos presentes y futuros.

“El paquete económico 2019 parte de supuestos un tanto optimistas dada la circunstancia interna de México; por una cuestión del gobierno entrante, se le complicó sin necesidad y perdió la confianza de los inversionistas por el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, porque fue una decisión no esperada; desde el punto de vista económico y de proyecto de país no fue una decisión racional y sembró mucha desconfianza, así que se arrancó con esa situación”.

Nuestro entrevistado abunda al respecto al apuntar que hay dudas acerca de si realmente se podrán alcanzar los objetivos planteados.

“Esto lo traigo a colación porque ahora se presenta el paquete económico con unas premisas en la cual la parte de ingresos espera tener cierta recaudación vía ISR, IVA, IEPS, y para eso se necesita que haya crecimiento en la economía, ¿habrá el crecimiento del 2% que ellos prevén? Puede ser que sí, que no, quien sabe”.

Adicionalmente, completó Díaz-Infante, hay que considerar el contexto internacional, al decir que “viene el pleito comercial que sigue vigente entre China y Estados Unidos, y la normalización de la política monetaria de la Unión Americana, esas dos variables, sobre la segunda, la tasa de interés aquí en México, del otro lado de la frontera se está subiendo y el jueves 20 de diciembre se dio una reunión del Banco de México para subir la tasa de interés”.

Pérdida de confianza

Uno de los elementos que más preocupación despierta respecto al nuevo gobierno y su manejo de las finanzas públicas, es la confianza que despierta entre inversionistas las acciones que recientemente ha tomado.

Para el investigador del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, esto puede ser un factor importante en materia de crecimiento.

“También está llegando Estados Unidos a una terminación de su ciclo económico de crecimiento, es probable que haya una desaceleración y eso nos va a pegar en nuestro crecimiento. Si la economía crece menos por la desconfianza dado el grave error del NAIM, y que lo vimos inmediatamente en las consecuencias por la iniciativa para prohibir algunas comisiones de parte de Ricardo Monreal, y el impacto en la caída de la Bolsa, además del despropósito legislativo de Benjamín Robles en el tema de las reservas internacionales para usarlas para financiarlas en el desarrollo, que fue antes de lo del NAIM, pero antes el mismo diputado Robles presentó una iniciativa para tener una sola Afore y también se cayó la Bolsa; esos indicadores muestran como la cancelación del Aeropuerto pegó en la confianza y en ese contexto el nuevo gobierno presenta su paquete económico, y si no hay confianza de los inversionistas mi pregunta es ¿irá a crecer la economía cómo esperan que crezca, con las inversiones que se requieren, y si no se crece cómo se requiere y, además, no se abaten los niveles de informalidad, crecerá el ISR como lo tienen proyectado? Lo veo difícil”.

Hernán Ahuja completa la crítica al indicar que a pesar de la crítica al neoliberalismo, esto no quedó excluido del paquete económico 2019.

“Después de la experiencia que tuvo México con una economía cerrada, en una visión muy particular que quiero aclarar, en la cual la visión de gobierno era producir todo lo que necesitamos al interior del país, fortalecer la industria y, posteriormente, abrirnos al exterior para comercializar, fue algo muy duro para México, porque con esto vinieron muchas situaciones de crisis no solamente en las finanzas del gobierno, sino con la población. Qué sucede posterior a eso, que la visión empezó a cambiar y se aplicó una política de corte neoliberal que ha sido muy criticada porque las condiciones o la mayor parte de las variables económicas se dejan al libre mercado; no encuentro una coincidencia entre el discurso que trae el presidente López Obrador y el discurso en contra del neoliberalismo con los criterios económicos enviados en el paquete económico 2019”.

Neoliberalismo presente

Para el investigador de la FMEI, el paquete económico 2019 no refleja la crítica que durante la campaña electoral se hizo en contra del neoliberalismo.

“No encuentro ninguna diferencia, hace una crítica el presidente a la política neoliberal que ha implementado México a través de sus gobierno en los últimos años, pero si se revisan las variables macroeconómicos te darás cuenta que en los criterios generales esa crítica no se refleja, tenemos un tipo de cambio de 20 pesos por dólar, que es muy similar al enviado hace un año por el entonces presidente Peña Nieto, tenemos una proyección petrolera baja, tasas de interés objetivo que son las que rigen el mercado bancario y comercial altas, una tasa de crecimiento muy similar al producido por el neoliberalismo, incluso menor a los promedios registrados y así puedo ir listando variable por variable para darnos cuenta que en la crítica es cierto, no están de acuerdo con el neoliberalismo, pero en los datos duros es muy similar a la administración pasada”.

Para Enrique Díaz-Infante, en este mismo tema, ha faltado una definición clara acerca de qué se entiende por neoliberalismo.

“Vayamos definiendo términos y todo el mundo habla de neoliberalismo, pero nadie lo define. Las políticas neoliberales son las establecidas por el Consenso de Washington en la década de los 90 que significa finanzas públicas sanas; mucho de las finanzas públicas sanas pasaba por una privatización de activos que estaban en manos del Estado con un uso ineficiente, y esas finanzas públicas sanas las están tratando de mantener Carlos Urzúa y el gabinete económico, algo que yo celebraría”.

El investigador completó la idea al mencionar que si por neoliberalismo se entiende el concepto de políticas públicas sanas, se va por buen camino.

“Es correcto que se mantengan políticas neoliberales si a eso lo definimos como orden en las finanzas públicas; si van a hacerse intervenciones del Estado siendo propietario de los bienes o inyectando recursos, va a tener que ser de forma muy ordenada”.

De lo que se tiene que estar al pendiente, completó, es en el tema de la deuda.

“Ahora, la intervención del Estado no se está vislumbrando, pudiera ser vía soltar más el gasto financiado con deuda, pero se está tratando de mantener los niveles de deuda. Que bueno que la deuda como proporción del PIB se está buscando mantenerlo en 45 puntos porcentuales, algo ya muy elevado porque con Peña subió 9 puntos respecto a como entregó el gobierno Calderón”.

La estructura del gasto

“Si se están dando cambios en el gasto, en los programas sociales, están buscando gastar más en infraestructura, un país como México debe estar invirtiendo 7% del PIB en infraestructura y ahora, a duras penas, invertimos 3%, ahora se está tratando de levantar este rubro, también el nivel de gasto a estados y municipios se está tratando de mantener bajo control y que no crezca al menos, creo que hay cambios sustantivos y se está tratando de mantener el orden en las finanzas, pero se parte de una premisa que es cuestionable, tratar de crecer a esos niveles con un contexto internacional complicado: guerra comercial EU-China y aumento de tasas de interés, probablemente los niveles no se vayan a dar y eso va a pegar necesariamente en el ISR, en el IVA y, quizá, en el IEPS, por lo que eventualmente se tendrán que hacer recortes”, explicó Enrique Díaz-Infante.

De acuerdo al análisis de nuestro entrevistado, aumentó el gasto social, aunque permanecen las dudas acerca de cómo se obtendrán los ingresos para llevarlo a cabo.

“Parece un presupuesto un tanto inercial, aunque sí hay reasignaciones. El monto de los ingresos en el paquete económico, se calcula en 22% del PIB y eso se distribuye en un presupuesto como tradicionalmente se ha hecho, aunque se hace énfasis a los proyectos de López Obrador, como el Tren Maya, como el proyecto de Santa Lucía –que tengo mis dudas acerca de si se va a hacer, porque una de las condiciones de los tenedores es que no se construya otro aeropuerto a 70 kilómetros a la redonda–, está contemplado el Tren Transismico, y evidentemente los programas sociales de becas y pensiones para adultos mayores, estos dos últimos me preocupan especialmente porque es gasto recurrente que llega para quedarse y para financiar un gasto recurrente necesitas un ingreso recurrente, es decir impuestos, pero el gobierno entrante se autoimpuso la camisa de fuerza de no subir impuestos, al menos en tres años, creo que eventualmente va a cambiar esa promesa porque no va a encontrar suficiente financiamiento y no lo va encontrar, ni ingresos vía ISR porque no va a haber suficiente crecimiento entonces va a tener que hacer una reforma fiscal para poder financiar sus programas”.

Hernán Ahuja completa el análisis al decir que las dependencias que recibirán más recursos son las que están vinculadas a los programas sociales.

“En lo particular, estoy de acuerdo en que haya una visión mucho más cercana a la sociedad de parte del gobierno, desde administraciones pasadas la crítica fundamental es que el gobierno no ha sido sensible a las necesidades de una gran parte de la población que se encuentra en estado de invulnerabilidad, pero nos da la impresión al revisar las modificaciones que trae el proyecto, hay una orientación o un mayor peso a programas que tienen que ver con la visión que trae el presidente López Obrador de inversión, hay modificaciones puntuales en programas de medio ambiente, modificaciones en programas de agricultura, algunos incluso tienen recortes del 100%, hay modificaciones muy puntuales en educación, en especial en educación para adultos, y así podríamos ir haciendo una revisión para darnos cuenta que las reasignaciones y modificaciones de programas son para alimentar tres secretarías, Energía vinculado a este gran proyecto de construcción de la refinería; Sedesol vinculado al programa para apoyar a jóvenes sin empleo, y tres, el tema de salud”.

¿Reforma fiscal en puerta?

Una de las conclusiones que nuestros entrevistados señalaron a Siempre! Es que el punto flaco del paquete económico 2019 es el tema de los ingresos. Se trata de un presupuesto que contempla varios programas sociales que necesitarán recursos en un contexto de una posible baja recaudación y reducido crecimiento económico.

“El gobierno es un poco reservado en esos pronósticos, pero dados los cambios que están proponiendo, no es suficiente para generar empleo, mejores salarios, para mejorar el sector productivo, y si quiero aclarar que me da la impresión que uno de los factores que debió ser de peso en este paquete económico fue hacer una revisión inicial de la reforma fiscal que se aprobó en 2013, esta reforma afectó no solamente los bolsillos y los ingresos de los mexicanos, sino también las condiciones financieras de muchas empresas y mientras no generemos esas condiciones internas, que traen aparejadas políticas de cobro de impuestos el país va a seguir en este crecimiento que no pasa del 2.5% y si no hay crecimiento e inversión, no hay ingresos para el gobierno federal y no hay inversión ni mucho menos beneficios para la población.

Insisto, la visión no es tan fatalista, pero tampoco va a cambiar mucho respecto a los dos últimos años de la administración anterior”, apuntó Hernán Ahuja.

“Becas y pensiones son un gasto constante, corriente y todo, no puedes financiar un gasto constante sino tienes ingresos constantes, eso sólo lo logras con impuestos; hasta ahora han dicho que van a utilizar los recursos que están en los fideicomisos que creó el gobierno anterior para excedentes que no se ejercieron en años anteriores, pero esos son ingresos extraordinarios, no puedes depender de ellos para financiar un gasto recurrente. En ese sentido sí tiene un problema estructural el paquete económico en ese sentido, que está aumentando el gasto recurrente con pensiones y becas, y no está aumentando el ingreso vía impuestos”, concluyó Enrique Díaz-Infante.

@AReyesVigueras