Por Estela Bocardo

 

El retiro estadounidense del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés), que se esperaba desde hace tiempo, ocurre luego de años de una disputa no resuelta en torno al cumplimiento ruso del pacto firmado en 1987 por el presidente de Estados Unidos Ronald Reagan y Mijail Gorbachov, entonces secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética.

El tratado fue ratificado por el Congreso estadounidense el 27 de mayo de 1988 y entró en vigor el 1 de junio de ese mismo año, y tuvo como principal objetivo velar por la paz y la seguridad internacional, reforzar la estabilidad estratégica global y disminuir el peligro de guerra, además de eliminar los misiles balísticos y de crucero nucleares o convencionales, cuyo rango operativo de alcance estuviera entre 500 y 5,500 kilómetros (denominados euromisiles), instalados en bases militares de países miembros de la OTAN, como Alemania, Francia, Inglaterra y Noruega.

En la fecha límite del tratado para destruir los misiles, fueron destruidos 2,692 en total, 846 misiles por parte de Estados Unidos y 1,846 por parte de la Unión Soviética.

Por su parte Alemania, Hungría y la República Checa destruyeron sus misiles de rango intermedio en la década de 1990 y Eslovaquia desmanteló los misiles de rango intermedio que aún tenía en octubre de 2000.

Y en 2002, el último país en posesión de misiles de medio alcance en Europa del Este, Bulgaria, firmó un Tratado INF, señaló la Asociación por el Control de Armas.

Bajo el tratado INF, Estados Unidos y Rusia tenían permiso para inspeccionar las instalaciones militares del otro y para comprobar los trabajos de destrucción de misiles. El acuerdo es un compromiso entre las partes para evitar construir más misiles en el futuro.

Fue la primera medida de control de armas que prohibía toda una clase de armamento: los misiles crucero lanzados desde tierra con el alcance mencionado líneas arriba. Moscú niega haberlo incumplido.

El presidente Donald Trump y altos funcionarios señalaron durante varios meses que estaban listos para retirarse del Tratado INF, el cual Estados Unidos acusa a Moscú de violar desde 2014, pero Moscú ha rechazado siempre esas acusaciones. La suspensión del tratado durará seis meses y se convertirá en permanente si las negociaciones con Rusia no logran resolver las diferencias.

Aunque Vladimir Putin enfatizó que no quería comenzar una carrera armamentista, anunció su apoyo a una propuesta para dar inicio a la construcción de un nuevo misil nuclear supersónico de alcance medio.

Con la suspensión de la participación en este tratado —anunciado por Estados Unidos el pasado 1 de febrero y por Rusia al día siguiente—, las dos potencias tienen ahora las manos libres para desarrollar misiles terrestres hasta ahora prohibidos.

El dirigente ruso había amenazado con adaptar los misiles de alcance  medio desplegados en el mar o el aire —como lo permitía el INF—, para que pudiesen ser lanzados desde tierra si Estados Unidos se retiraba del acuerdo.

Por su parte Serguéi Shoigú, ministro de Defensa ruso informó sobre el sistema Kalibr, que fue utilizado por primera vez en operaciones militares por Rusia en 2015 contra los rebeldes sirios y que ahora será adaptado a su variante terrestre en el periodo 2019-2020. Estos misiles, equivalentes a los Tomahawk estadounidenses, podrían cubrir buena parte de Europa.

 

Ambas potencias se acusan

En días pasados el secretario de Estado del país norteamericano, Mike Pompeo, anunció que Estados Unidos suspendía sus “obligaciones en el marco del tratado INF”. Rápidamente el presidente ruso anunció que Moscú “suspende” su participación en el acuerdo y no impulsará nuevas negociaciones sobre desarme.

Desde hace tiempo Estados Unidos ha estado acusando a Rusia de violar el tratado INF. En particular apuntaba al misterioso misil llamado Novator 9M729, también conocido como SSC-8 que se basa en los proyectos Kalibr, conocidos por su uso en la operación rusa en Siria.

Estados Unidos insiste en que Rusia, incumpliendo el acuerdo, desarrolló este nuevo misil, el cual le permitiría lanzar un ataque nuclear a los países de la OTAN en muy poco tiempo. Por su parte la OTAN señaló que Rusia podría estar incumpliendo las reglas del acuerdo.

 

Fue la primera medida de control de armas que prohibía toda una clase de armamento: los misiles crucero lanzados desde tierra.

 

A principios de 2018, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, presentó las innovaciones armamentísticas de su país, exhibición que preocupó sumamente a Estados Unidos y varios países occidentales.

La semana pasada Trump abrió la posibilidad de negociar un nuevo acuerdo nuclear tras la salida de la nación norteamericana del tratado INF que incluya a Moscú, China y “otros” países.

Tras el anuncio de la salida de este tratado, el secretario de Estado de Estados Unidos Mike Pompeo dijo que el gobierno presidido por Trump “esta listo para entablar conversaciones con Rusia en las negociaciones sobre el control de armas que cumplan” con esos requisitos.

Por su parte Rusia aseguró que no pretende desplegar misiles “ni en Europa, ni en otras regiones del mundo” si no lo hace antes Estados Unidos.

En días pasados Trump señaló que no descartaría negociar un nuevo acuerdo sobre el control de armas nucleares en el que se incluya a China y otros países.

En cuanto a China, este país advirtió de las “graves consecuencias” que podría desencadenar la retirada de Estados Unidos del tratado de desarme nuclear INF. Así, el país asiático alertó a través de su portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Geng Shuang, que esto afectaría la seguridad mundial e hizo un llamado a Estados Unidos y a Rusia  a mantener el acuerdo.

China. por su parte, ha avanzado mucho en el desarrollo de sus propias armas nucleares en los últimos 30 años, su estructura de seguridad regional se apoya, en gran medida, en los misiles nucleares. El Departamento de Defensa de Estados Unidos, estima que el Ejército chino posee entre 1,000 y 1,200 misiles de corto alcance. Estos constituyen la mayor parte de los misiles chinos y caerían dentro del Tratado INF.