En los países del Primer Mundo como Alemania, Francia, Estados Unidos, Suiza y Canadá se consume entre un 70 y 80 por ciento del mercado de medicamentos genéricos. De acuerdo con el reporte “Acceso y Ahorros en Fármacos Genéricos en Estados Unidos”, elaborado por la Asociación de Medicamentos Accesibles (AAM, por sus siglas en inglés), en ese país un total de 9 de cada 10 recetas médicas son surtidas con medicamentos genéricos.

En ese contexto, otro dato interesante es que gracias a la adquisición de medicamentos genéricos entre el 2008 y el 2018 el gobierno de los Estados Unidos generó un ahorro de 1.6 billones de dólares. Tan sólo en el año 2003, la dispensación de medicamentos genéricos alcanzaba el 55 por ciento contra los de marca o patente y para el año 2017 esta cifra se había incrementado al 90 por ciento.

En México, la creación del Instituto de Salud para el Bienestar es una propuesta que requiere de un análisis mucho más complejo a partir de ampliar el acceso y la cobertura de atención, con base en la compra de medicamentos a bajo costo, siempre que se garantice calidad y seguridad. En ese terreno los medicamentos genéricos son una buena opción y hay antecedentes interesantes.

De 2013 a 2018, en las llamadas compras consolidadas que coordina el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el 70 por ciento del ahorro fue producido por fármacos genéricos; 3 de cada 10 pesos ahorrados se obtenían de los medicamentos de patente y fuente única, y 7 de cada 10 pesos de los medicamentos genéricos. En ese periodo el gobierno logró ahorrar un total de 17 mil 592 millones de pesos, de los cuales alrededor de 6 mil millones correspondieron a medicinas de patente.

Como podemos darnos cuenta, a través de los datos duros y los beneficios concretos y tangibles, aquí en México se vuelve necesario impulsar un debate sobre este tema para lograr más atención y tomar modelos de otros países, toda vez que en lugar de abordar el tópico con una mentalidad de atender un segmento de mercado, lo que en realidad debemos considerar es que las ventajas para la población serían varios, sobre todo aquellas que vienen aparejadas con cuestiones de salud (las principales) y en su economía. Además, cabe destacar que en México el gobierno gasta aproximadamente el 27.2 por ciento de su presupuesto para salud en medicamentos, lo que representa el segundo gasto más alto de entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Esto puede deberse a que se compran muchos medicamentos o a que se compran caros. Al comparar con otros países, los especialistas sugieren que en México los precios de los medicamentos son altos. Por lo tanto, bien vale la pena atisbar en este tema para redefinir una nueva estrategia que genere múltiples beneficios a todos los actores involucrados. Vale la pena.

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