La Reforma Laboral aprobada en el Congreso inicia su periplo hacia una nueva cultural sindical luego de publicarse en el Diario Oficial de la Federación los lineamientos para aplicar el protocolo de la Secretaría del Trabajo, convocándose a todos los sindicatos a acompañar su puesta en marcha a través de una mesa permanente de trabajo.

Indudable que para muchos sindicatos blancos y sus contratos de protección, las nuevas disposiciones son un duro revés a sus intereses creados, lo mismo que para aquellas organizaciones fantasmas que negociaban contratos sin afiliados y que lesionaron gravemente los intereses de los trabajadores al escamotearles un salario decoroso y prestaciones de acuerdo a la ley.

Los cuatro ejes sobre los que descansarán las nuevas leyes en la materia, establecen tiempos y plazos bien definidos para cumplirlas.

El primero es la legitimación de los Contratos Colectivos de Trabajo que requerirán del voto mayoritario de los trabajadores, anulando los acuerdos bajo la mesa de los que muchos líderes se valían para negociar a espaldas de los directamente interesados. Al igual que la elección democrática de las dirigencias, mediante el voto libre, directo y secreto, de igual manera los agremiados votarán si están a favor o no del contenido del contrato que firmen sus representantes con la parte patronal.

La ley establece ahora también obligaciones ineludibles para los patrones en este sentido, como el facilitar espacios y tiempo para que los trabajadores organicen sus consultas y voten en las mismas, como también la entrega de un ejemplar de su contrato a cada uno de los agremiados, cuyo costo deberá ser absorbido por la empresa.

Los sindicatos que en sus estatutos no contemplaban el método de elección libre, directa y secreta para elegir a sus comités, deberán modificarlos para que con la presencia de funcionarios del trabajo, cumplan por primera vez con este requisito. Y dentro de esta nueva cultura sindical será importante orientar al trabajador para que ejerza este nuevo derecho, pues muchos de ellos nunca supieron siquiera el nombre de su Secretario General y menos acudieron a una urna a votar por él.

Otro de los temas que ya no podrán ser evadidos por muchos liderazgos corporativos es el de la transparencia. Ahora se establece la obligación de los comités para dar a conocer a sus afiliados sobre los estados financieros de su organización, lo que les permitirá tener la certeza de saber en qué y cómo se emplean sus cuotas sindicales.

Otro elemento por demás innovador y que hace justicia a la mujer en el entorno sindical, es el asunto de la paridad de género. La ley aprobada al respecto permite a las mujeres acceder de manera igualitaria a cargos públicos en las tres instancias de gobierno, así como en los de representación popular. La parte sindical no podría faltar para complementar este acto de justicia a las sindicalistas.

En el nuevo contexto, debe destacarse el llamado que la Secretaría del Trabajo ha hecho a los dirigentes de las principales organizaciones obreras, como lo son la UNT, CROM, CROC, CTM, CTC, la NCT, la CATEM y el Sindicato Minero, para acompañar este protocolo a través de una mesa permanente de análisis donde se exponga la problemática de la clase trabajadora por la falta de empleos, bajos salarios, el acceso a la seguridad social y el problema de las pensiones, que serán temas de la agenda laboral en los meses y años por venir.