La planeación presupuestal se aprecia como el resultado de rasguñar y estirar hasta el último centavo para gastarlo en desarrollo social y no en fomento económico. El Paquete Económico para el Ejercicio Fiscal 2020 presentado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público es frágil y necesita tratarse con pinzas para lograrse sin contratiempos; además, está enmarcado en un contexto económico nacional e internacional adverso que planeta múltiples riesgos.

Los Criterios Generales de Política Económica muestran, para el año 2020, un prudente pero optimista crecimiento puntual de 2 por ciento que está arriba de la deteriorada perspectiva de 1.4 por ciento publicada en agosto por Banco de México en las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, y a la vez lejos del infundado crecimiento del 4 por ciento anual. Si bien existen las condiciones, alertan el bajo crecimiento del año 2019, las calificaciones crediticias en Pemex y el menor crecimiento en Estados Unidos por la guerra comercial con China.

Ante ello, hay que considerar que un bajo crecimiento económico deriva en una disminución de la recaudación tributaria. Más aun, vale mencionar que el crecimiento es condición necesaria para el desarrollo económico y por ende mayor bienestar.

En este tenor y, ante la responsabilidad hacendaria, los ingresos presupuestarios y particularmente los impuestos, son fundamentales para financiar el gasto. La iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación estima, respecto del año 2019, mayor recaudación de impuestos por 6.4 por ciento explicados por crecimientos del ISR (6.4 por ciento) e IVA (1.9 por ciento), por lo que el mayor dinamismo se espera en el IEPS con un 17.8 por ciento.

El Gobierno Federal ha enfatizado en no subir impuestos; sin embargo, para 2020 ha preparado una “sutil” miscelánea fiscal disfrazada de combate a la evasión que consiste en limitar la deducción de intereses con base en utilidades, así como la retención y recaudación de impuestos por servicios de outsourcing, por ventas al menudeo por catálogo, por prestación de servicios mediante aplicaciones tecnológicas y similares y adecuaciones a la recaudación proveniente de ingresos por arrendamiento, entre otras medidas como la ley de extinción de dominio. Asimismo, se refuerza la mayor dependencia del IEPS por incrementar cuotas a tabacos y bebidas saborizadas, entre otros. Por este motivo, organizaciones han alertado sobre el impacto de una doble tributación con la mayor afectación hacia la población de menos recursos.

En materia de egresos, el presupuesto alcanza los 6.09 billones de pesos, 0.8 por ciento más que lo aprobado en 2019 y equivale al 23.2 por ciento del PIB. Visto por clasificación funcional, el gasto prioriza los sectores de energía y de seguridad pública y social en detrimento del desarrollo económico.

Se plantean apoyos a PEMEX con objeto de continuar el programa de salvamento; no obstante, hay que destacar que seguirán siendo insuficientes.

Analizado por ramo presupuestario, energía registra un incremento nominal del 78 por ciento, seguido de la Función Pública con 62.1 por ciento y del INEGI con 36.6 por ciento; por otro lado, los ramos de Economía, Trabajo y Previsión Social, Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano y Turismo observaron disminuciones del 30.9 por ciento, 33.5 por ciento, 41.7 por ciento y 42.7 por ciento siendo ésta última la más importante.

En su clasificación económica, si bien el gasto de capital se incrementó en 6.2 por ciento respecto del año 2019, proporcionalmente no se modificó al mantenerse en 10.9 por ciento siendo los conceptos de gasto corriente, pensiones y jubilaciones y participaciones, los de mayor proporción. Es de destacar la disminución de la inversión en obra pública ya que presenta una reducción nominal del 4.8 por ciento.

Respecto de los Requerimientos Financieros del Sector Público, se mantiene el aprobado del año 2019 por 1 por ciento del PIB resultando en un Saldo Histórico de la Deuda del Sector Público en el orden del 51.5 por ciento del PIB con perspectivas a la baja en el mediano plazo brindando así un panorama financiero de prudencia fiscal al no aumentar la deuda.

Al paquete económico 2020, no obstante que mantiene la disciplina y responsabilidad financiera, le hacen fala herramientas que estimulen el crecimiento y la generación de riqueza… después de todo, la segunda es condición necesaria para la alcanzar primera.

En el ámbito empresarial habrá que elaborar los presupuestos con estas bases, el entorno económico seguirá siendo complicado y la volatilidad en los mercados continuará.