Entrevista con Guillermo Barba, economista

El petróleo como punto central del proyecto lopezobradorista se ha convertido en una ancla que amenaza con hundir todo. Así lo consideró en entrevista con Siempre el economista Guillermo Barba, también editor del boletín Top Money Report, además de explicar que la baja en la calificación de la deuda de Petróleos Mexicanos va a tener un impacto real en el presupuesto del país.

“Hay dos impactos, el real y el de las percepciones. En el real, Pemex –desde hace muchos años– ya debería ser catalogado como basura y no lo era porque hay una garantía de facto respecto a su deuda de parte del gobierno mexicano. Al ser una empresa productiva del Estado se da por sentado que la deuda de Pemex es deuda del gobierno de México y eso ha tenido muchas desventajas, porque se ha pagado más caro la deuda al ser más riesgosa y ha costado más. Desde ese punto de vista no ha cambiado nada y la empresa viene a peor.

“Ahora, desde el punto de vista de las percepciones, ahí sí cuesta muchísimo porque los grandes capitales que pueden seguir fondeando a la petrolera se fijan mucho en el nivel de calificación crediticia de las calificadoras. He sido muy crítico de las calificadoras, porque por motivos políticos o de otra índole suelen ir muy tarde respecto a las calificaciones, pecan de optimistas, entonces en este sentido ha pasado lo mismo con Pemex y la deuda mexicana ya debería ser degradada como basura, para las debilidades estructurales de las finanzas públicas hay un riesgo de incumplimiento en el mediano plazo, desde este punto de vista debemos tener claro que por las calificadoras se va a tener condiciones más estrictas para México, lo que significa menos fondeo, que cada vez más caro y se va a encarecer el crédito lo que nos lleva a, en consecuencia, veamos tasas de interés cada vez más altas en nuestro país, restricciones fuertes en el crédito y una caída en el empleo y problemas sociales”.

Guillermo Barba

 

Estrategia fallida

Respecto a la estrategia de centrar en el petróleo la esperanza de desarrollo y bienestar, como lo ha expresado el presidente de la república en más de una ocasión, Guillermo Barba comentó que se trata de una medida que pudo funcionar muy bien, pero en la década de los años 70 del siglo pasado.

“El presidente vive en una realidad que parece del siglo XX, de su segunda mitad, una realidad en la que el petróleo jugaba un papel preponderante como fue luego de la Segunda Guerra Mundial. La realidad es que no estamos ahí, la era del petróleo está llegando a su fin, estamos en la etapa del ocaso del petróleo. Donde quieres estar es en esas actividades que generan más valor, es un error apostar a una palanca de desarrollo que nunca fue, el petróleo fue una caja chica –o grande– durante algún tiempo para poder financiar el gasto gubernamental, ya no somos tan dependientes como fue hace dos o tres décadas, por los ingresos petroleros en el sector público, pero aún se sigue dependiendo de los precios del petróleo y con la pésima expectativa de los precios para los próximos años, con una empresa en quiebra, cada peso que le inviertas a esa empresa es dinero perdido, quemado, que no es invertido inteligentemente, dinero que se gasta cuando más se necesita cuidar los recursos. Así de grave”.

En este contexto, y ya con una estrategia en este sentido cuestionable, se presenta una guerra de precios entre varios países productores, que mandan a mínimos histórico a la mezcla mexicana. De acuerdo a nuestro entrevistado, con estos elementos es claro que el país se acerca a un abismo económico.

“El problema con Pemex es que es una empresa quebrada, no tiene futuro, y dado que es una empresa condenada a la ruina el problema con Pemex es que es una ancla que amenaza con hundir al barco y llevarlo al fondo. Pemex se está hundiendo y se va a seguir hundiendo, puede arrastrar a la economía mexicana a un abismo impresionante en el que el gobierno federal y el país pueden entrar en la quiebra, así de claro, el país se acerca cada vez más a una quiebra porque no se quiere hacer lo correcto, no se quiere reducir el gasto, lo correcto sería reducir el gasto corriente, no se ha hecho a pesar de que se habla de austeridad, no existe la austeridad, el presupuesto de este año es el más alto de la historia y cada año es lo mismo, siempre va al alza el gasto público en México, tienes el problema de que los gastos van a la alza, los compromisos sociales del presidente están comprometiendo cada vez más, e insiste no sólo en mantenerlos sino en aumentarlos –el gasto corriente, el gasto social–, muy redituable desde el punto de vista clientelar, pero desde el punto de vista financiero es insostenible, tus fuentes de financiamiento cada vez van a ser menos y más caras, tu economía se colapsa y vas a tener menos ingresos públicos, porque con una actividad que se desploma el gobierno no saca dinero de los árboles, tiene dinero de los impuestos de la gente, sobre todo de los grandes contribuyentes que pagan también sus impuestos, y cuando la actividad económica se desploma, también se desploma la recaudación, el peor escenario es tener un gasto que aumenta, unos ingresos que disminuyen, una economía que se colapsa, vas a necesitar forzosamente que recurrir al crédito a futuro, tarde o temprano, no vas a tener de otra, lo vas a tener que hacer, aunque el presidente se resista a esto, y cuando lo tengas que hacer será a precios más altos, con peores condiciones, más costos, tasas de interés más altas, entonces repito es el peor de los escenarios y no veo cómo vamos a salir de esto”.

Su recomendación es “guardar dinero para los peores escenarios y si nos va mejor, que bueno, pero no veo lugar para el optimismo”.

 

 

Cómo hacer cambiar de opinión al presidente

En este contexto, una de las dudas que se han puesto en la mesa de discusión tiene que ver con la manera de convencer al presidente de corregir el rumbo, en especial luego de los malos resultados económicos que se han tenido.

Para Guillermo Barba parece que no hay manera de lograr esa meta.

“La verdad es que se le ha dicho mucho y no escucha, está convencido de que su proyecto es el correcto y, a la mejor tiene razón, si el proyecto real del presidente de la república, y de la 4T, es ir hacia un país con cada vez menos libertades, con una economía paupérrima, con una economía en la que el poder se sostiene a través de clientelas electorales, entonces vamos bien si ese es el proyecto, pero si fuera el de generar cada vez más riqueza, que haya menos pobres, más libertades, democracia y prosperidad económica en definitiva vamos en sentido contrario, no hay manera porque tal parece que por mala fe, omisión o por incapacidad, o negligencia, el presidente de la república nos está llevando, ahora sí, al despeñadero”.

 

El affaire Nahle

El debút de Rocío Nahle como representante de México ante las naciones petroleras agrupadas en la OPEP no pudo ser más cuestionable.

Su salida intempestiva de la videoconferencia que se estaba llevando a cabo para acordar una reducción a la producción, con el objetivo de estabilizar los precios para que repuntarán, además de la negativa a producir menos barriles, la convirtió en blanco de duras críticas por parte de especialistas en el sector.

La corresponsal de varias agencias informativas, especializada en la cobertura de los países miembros de la OPEP, Amena Bakr, señaló a través Twitter que lo hecho por la titular de Energía de nuestro país “no pasará bien en la historia… mal movimiento”.

 

 

Además se dio a conocer el video en el que los representantes de Arabia Saudita se rieron ante la actitud de Nahle, quien –como lo planteó el ministro saudí– pregunta si están de acuerdo con lo planteado, tras lo cual aplauden por el fin de la negociación, aunque aquí se planteó que se trataba de aplausos para Rocío Nahle.

Sin embargo, para los defensores del lopezobradorismo se trató de una lección de dignidad y defensa de la soberanía, a pesar de que el precio del barril de petróleo mexicano se ubicó en menos de 10 dólares, con lo que resulta más caro producirlo que venderlo, que Arabia arrebató a México parte de su mercado..

@AReyesVigueras