Continúo y termino la investigación internética, apoyada por libros de cine, mero placer historiográfico, de la filmografía de Orson Welles, suponiendo que no hay límites para la  investigación y la crítica cinematográfica, relacionadas con las filmografías de los grandes realizadores y, en particular, la filmografía de Orson Welles, seleccionado, en esta ocasión, entre los otros, más por su singularidad, por su determinabilidad cualitativa, su individualidad y su originalidad, que por su universalidad abstracta y concreta.

Sombras del mal (Touch of Evil, Estados Unidos, 1957). “Es la historia de Quinlan, policía abusivo, que, dotado de una intuición superior, pone en escena un asesinato para imputárselo a un supuesto culpable. Pero se perderá, cayendo en la trampa montada por otro. ¿Qué quiere decir esta fábula? Furioso por el asesinato de su esposa, esclavo de su pasado que él no puede olvidar, Quinlan es una especie de demiurgo que quiere arreglar el mundo y los seres a su capricho, según la imagen que él se ha hecho de ellos. ‘Representa a mis ojos -ha dicho Orson Welles- todo lo que más odio en el mundo: la voluntad del poder, que autoriza la persecución de un fin, sean cuales fueran los medios’. Pero, más que el proceso del policía abusivo, es el del terrorismo moral y de la intimidación. Recordable: la utilización constante del gran angular, la movilidad de la cámara y una secuencia terrorífica, que recuerda el expresionismo alemán” (Jean Mitry).

Obra maestra, que comienza con un largo y magistral plano secuencia, en la que el género negro adquirió, en la temática, matices más negros de lo usual, porque el mal se redimensiona hasta el paroxismo de la corrupción y el vicio exacerbado. Película de la serie negra que escapa a toda clasificación.

El policía abusivo no es, siguiendo a Raymond Borde y Etienne Chaumeton, un héroe pasivo que se deja arrastrar hasta el límite entre la ley y el crimen, como en The lady of Shanghai; no se trata de jugar a no comprender nada en la intriga, sino que se comprende perfectamente la conducta de un psicópata; no se trata -continuó siguiendo a Borde y Chaumeton- de Jornada de terror (Journey into Fear, Estados Unidos, 1943) de Norman Foster, o ‘como el miedo nos hace heroicos’, donde, con guión de Orson Welles, la soltura excepcional, la sutileza de su estilo, aparecen en la precisión del montaje y en la belleza plástica de la fotografía. Foster y Welles han encontrado -continúan Border y Chaumeton- las grandes leyes del género negro; acción onírica; sospechosos insólitos; un silencioso asesino con gruesas gafas, verdadero tonel de grasa, cinchado en su impermeable, y que ante cada muerte pasa un antiguo disco rayado en un viejo aparato de bocina…

Sombras del mal es auténtico cine negro en su máxima expresión genérica. La maldad, condición humana que emerge incontrolable por la corrupción individual, es definida por el policía bueno (Mike Vargas, interpretado por Charlton Heston), contraparte del policía malo (Hank Quinlan, interpretado por Orson Welles), así: “el trabajo de un policía sólo es fácil en un Estado policía… Quién es el que manda, el policía o la ley, esa es la cuestión”.

El proceso (The Trial, Francia, 1962). “La historia de Joseph K…, la situación aberrante en que se encuentra, los ciegos mecanismos de la justicia y de la autoridad que le aplastan sin que él sepa de que se le acusa, el hundimiento en lo absurdo, que constituye la esencia de la novela de Franz Kafka, son demasiado universalmente conocidos para que sea necesario insistir aquí sobre ellos.

La adaptación que ha hecho Orson Welles le ha permitido realizar una obra prestigiosa, fiel al espíritu de la obra original y, sin embargo, diferente, en el sentido de que la angustia metafísica (debida a una forma de expresión literaria) encuentra un afortunado equivalente en una especie de angustia obsesiva, debida a la atmósfera aplastante, a la asfixia del mundo en que se debate el héroe. El expresionismo barroco, el delirio onírico, el embrujo, la magia de las formas, de las luces y del montaje, encuentran su salida en la incorporación de una mitología más wellesiana que kafkiana, pero no menos deslumbrante” (Jean Mitry).

El proceso es un estudio sobre la persecución. En una carta de Franz Kafka, citada por Peter Cowie, se lee: “Praga no lo suelta a uno; tiene garras, y si alguien quisiera liberarse de esta ciudad tendría que prenderle fuego.” La adaptación de la novela al cine que hace Orson Welles es una profunda reflexión sobre la angustia y es considerada como obra maestra por la mayoría de la crítica seria, hasta hoy en día. “… logra un efecto por medios cinematográficos que expresa perfectamente la aterradora visión del mundo moderno que se transparenta detrás del libro original” (Peter Cowie).

Campanadas a medianoche (Falstaff, España-Suiza, 1965). En una sui generis sinopsis, se nos explica: “Inglaterra, Guerra de los Cien años (ss. XIV y XV), Enrique IV, primer monarca de la dinastía de los Lancaster, en 1399 le arrebata el trono a su primo Ricardo II.” Se comenta: Adaptación de varias obras de Shakespeare: Enrique IV, Enrique V, Las alegres comadres de Windsor y Ricardo II. Cabe hacer notar que Sir John Falstaff es un personaje de ficción creado por Shakespeare. Aparece en tres de sus obras y recibe un elogio en una cuarta. Un notable elogio de Falstaff se presenta en el Acto II, Escena III de Enrique V (lo saben los conocedores de las obras del dramaturgo inglés), donde Falstaff no aparece como personaje en escena, sino que su muerte es narrada por la señora Quickly, en términos que algunos estudiosos han atribuido a la descripción que hiciese Platón de la muerte de Sócrates, tras beber cicuta. En comparación, Falstaff es presentado como el bufonesco pretendiente de dos mujeres casadas en Las alegres comadres de Windsor.

The Deep (Reino Unido, 1970). Inacabada. Según FILMAFFINITY, Welles adaptó la novela “Dead Calm” de Charles Williams y la rodó en la costa de Croacia. Thriller comercial, ambientado en un claustrofóbico barco a la deriva. En el Film Museum de Munich se encuentra una de las copias de trabajo que ha sido restaurada.

Fraude (F for Fake, Francia, 1973). En FILMAFFINITY, se lee: Documental sobre el fraude y las falsificaciones que se centra en la figura del falsificador Elmyr de Hory y su biógrafo, Clifford Irving, autor también de la fraudulenta biografía de Howard Hughes. Asimismo relata la reclusión de Hughes y la carrera de Welles, que comenzó con la emisión radiofónica de una falsa invasión marciana: “The War of the Worlds”.

Filming Othello (Alemania, 1978). Documental sobre la realización de Otelo que no he visto.