Múltiples retos para Vallejo
Teodoro Barajas Rodríguez
Fausto Vallejo Figueroa es ya gobernador electo, las expectativas se tejen en torno al próximo mandato del que se espera no registre los tumbos de la actual administración. La transparencia, rendición de cuentas, ciudadanizar áreas como la Contraloría, el combate a la delincuencia y el impulso a la educación son sólo algunos rubros en que se deberá acentuar la praxis gubernamental en Michoacán.
El proceso electoral deja muchas lecturas, la mayoría de los michoacanos se expresó contra la administración perredista, por igual reprobó el accionar del gobierno federal porque no eligió a Luisa María Calderón Hinojosa, el mapa político puntualiza otra correlación de fuerzas. Al final del día el conteo de votos ofrece un dato duro más allá del terreno especulativo.
Habrá quienes de los derrotados maticen, arguyan imputaciones insostenibles o simplemente arrojen patrañas, ya con el ánimo más sereno reconocerán lo que legalmente es válido porque no se trata de una guerra, fue un proceso electivo. La voluntad mayoritaria exige respeto.
El PRD pierde uno de los pocos reductos que le quedaban, mientras la avaricia, el estilo aldeano de hacer política y la proliferación de tribus sean constantes seguro seguirán perdiendo posiciones porque la denominada izquierda mexicana es una fragmentación desde siempre, sólo pegada con el cemento de coyunturas que suelen ser efímeras.
¿Por qué digo que el PRD es el gran derrotado?, simplemente porque Michoacán fue génesis de tal movimiento convertido en partido, porque aquí fue la piedra de toque del cardenismo, porque dos administraciones gubernamentales no fueron lo que se esperó, todo ello se tradujo en desencanto que se terminó de expresar en las urnas el 13 de noviembre.
Michoacán no es un estado conservador porque la raigambre hace evocar episodios con la vena liberal, el PAN no concita el respaldo mayoritario con todo y que en los fundadores del panismo michoacano figuraron nombres de personajes respetables como Miguel Estrada Iturbide, Rafael Morelos Valdés y Luis Calderón Vega.
El PAN originario no tiene parecido alguno con el actual, tal vez sólo el logo se mantiene igual porque si antes exponían su doctrina ahora reflejan la ausencia de ella. Ahora juegan al Maquiavelo para tejer alianzas con Dios y con el diablo.
Michoacán no está para polarizaciones trasnochadas ni discursos incendiarios porque casi nadie lo creería, se gana o se pierde en las democracias, existen reglas del juego, instituciones que califican los comicios. Fausto Vallejo Figueroa propone la reconciliación porque es necesaria en una entidad que ha sufrido el encono, la inseguridad, la pobreza. La crispación podrá convenir a pocos pero afectaría a muchos.
Los retos son múltiples para Vallejo Figueroa, ahora se abre un compás de espera, por llamarlo de algún modo, porque el gobernador electo analizará diversas líneas para generar certidumbre ante el endeudamiento registrado de Michoacán, la inseguridad que en los últimos años ha sido talón de Aquiles, la generación de empleos que coadyuven para bajar índices delictivos.
Muchos esperamos urbanidad política, componente esencial para que la gobernabilidad arraigue, las páginas aciagas del pasado reciente nos enseñan muchas cosas y significados que bien se deben aquilatar. Fausto Vallejo Figueroa es ya gobernador electo, ello tiene su mérito ahora el siguiente paso es el trabajo que puede generar transformaciones esperadas.
