Siembra de rencor y encono


 

Escoger un camino

significa abandonar otros.

Paulo Coelho

José Fonseca

Hay indicios acerca de la estrategia que seguirán el presidente Calderón y su partido en la campaña por la Presidencia.

Uno, que en Michoacán, unas horas después de un jubiloso festejo triunfal, la candidata panista Luisa María Calderón y el CEN del PAN afirman que las bandas del crimen organizado influyeron en los resultados.

Riesgoso sendero, pues significa la aceptación de que el esfuerzo del gobierno federal ha sido inútil. Al menos en Michoacán, pues ahí empezó lo que en diciembre de 2005 fue calificado por el Ejecutivo Federal como una guerra contra el crimen organizado.

Otro indicio es que la Procuraduría General de la República anuncia que cita al ex gobernador de Nuevo León Sócrates Rizzo para que explique sus presuntas afirmaciones que durante los gobiernos priístas se hacían acuerdos con el narco.

Es revelador este indicio, porque se hace público el citatorio al ex mandatario a poco que se supo el resultado de la elección de Michoacán. Y, sobre todo, porque se le cita este noviembre, a pesar de que la declaración de Sócrates Rizzo fue hecha en febrero pasado. Se le cita nueve meses después.

Es cierto que las contiendas electorales son rijosas en todas las democracias, pero no en todas se fomenta con tal vigor el encono y el rencor.

El discurso de la presunta vinculación del PRI con el narco fue central durante las elecciones legislativas federales de 2009. Fue la tesis central del discurso del entonces dirigente nacional del PAN, Germán Martínez.

El resultado fue que el PAN sufrió una contundente derrota en la renovación de la Cámara de Diputados Federal.

Tal parece que el gobierno federal y su partido han decidido retomar ese discurso, como desesperado recurso para ganar la elección presidencial.

Será inútil que los medios de comunicación intentaran despresurizar el ambiente. Es un juego de perder perder. Si  no lo intentan, serán acusados de fomentar el encono; si lo intentan, serán acusados de ocultar información a los ciudadanos.

Así las cosas, en los medios tendrán espacio los protagonistas de la guerra sucia electoral, con sus despropósitos y exageraciones, y se llegará al uno de julio de 2012 con un clima aún más divisivo que el de 2006.

Así como se ha judicializado el sistema electoral y nadie respeta el voto ciudadano, sino que pretenden ganar en los tribunales lo no ganado en las urnas, ahora se intentará criminalizar el discurso y el proceso electoral.

No es asunto menor, porque aunque el morbo es despertado por los escándalos y declaraciones extravagantes, al final del día la rijosidad desagrada a la mayoría de los ciudadanos.

Sólo los ciudadanos, con sus opiniones en las encuestas y después con su voto, decidirán si queda impune la siembra de rencor y encono en la sociedad mexicana.

concafe2000@yahoo.com.mx