Ante la miseria popular
Marco Antonio Aguilar Cortés
A unos cuantos días de que terminen las campañas político electorales en el estado de Michoacán, la población observa, con irritación justificada, el derroche de recursos económicos sobre todo por parte del PAN y del PRD.
El PRI ha tenido recato en sus gastos, en comparación con su adversarios, y con menos dinero ha hecho más, según la mayoría de las encuestas serias.
Sin embargo, la opinión generalizada es crítica en relación con el panorama general: ante la miseria popular no se puede explicar, menos justificar, la opulencia de las campañas electorales.
Y mientras se gaste el dinero —que debe ser invertido en mejores menesteres— en presentar los rostros de los candidatos, con siglas partidistas y frases insubstanciales, la conclusión de todos es que esto no tiene nada que ver con la democracia.
Si estamos de acuerdo en el problema que hemos generado, en donde se mercantilizan los procesos electorales, entre todos debemos encontrar opciones de solución, sabiendo de antemano que ninguna medida resultará perfecta.
Por ejemplo, se podría comenzar con los gobiernos municipales, prohibiéndoles todo tipo de gastos y propaganda costosa, reduciendo a una semana su campaña, la que se llevaría a cabo en medios masivos de comunicación pagados por el gobierno y distribuidos con equidad, o en los tiempos del gobierno en esos medios; además, que los candidatos hagan visitas, hagan uso de su capacidad de convocatoria, caminen saludando y conversando, gastando suelas y saliva, pero sobre todo utilizando su inteligencia para proponer soluciones a los problemas sentidos de la población, en su contacto directo con ella.
Así, su talento, su ingenio e imaginación, en sus propuestas, pueden ser mejor apreciados por el simple ciudadano, sin las alteraciones que generan los millones de pesos gastados para deformar ofertas absurdas y proposiciones impertinentes.
Muestras de este fenómeno lo hemos percibido en esta campaña en Michoacán, tanto con Luisa María Calderón Hinojosa como con Silvano Aureoles, quienes se vienen repitiendo en sus promesas exageradas y absurdas.
Por ejemplo, Luisa María dice que en llegando a la gubernatura acabará con la inseguridad y el crimen organizado, y de inmediato impondrá el orden. Pero si tuviera la solución eficaz, ya se la hubiese transmitido a su hermano, el presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien no ha podido resolver este problema nacionalmente, y lo ha exacerbado.
Mientras Silvano sigue con la cantaleta de que hará de Michoacán, en 3 años, 7 meses, 15 días, el centro del turismo mundial, y jura que así será.
También, la ingenuidad, y la torpeza, llevan a no pocos a creer que la resolución de los problemas consiste en crear más burocracia.
Si existen muchos desempleados, piensan los que no conocen el problema del desempleo ni sus soluciones, que es necesario crear de inmediato la Secretaría del Empleo.
En caso de que el tráfico vehicular sea muy denso y lentísimo, consideran los inexpertos que eso se resuelve creando de inmediato la Secretaría Vehicular.
Para la lamentablemente prosecución del analfabetismo en Michoacán, por más banderas blancas y demagógicas que izó el gobernador Lázaro Cárdenas Batel, señalan que es tiempo de crear la Secretaría de Alfabetización.
Y si el problema es la falta de justicia. ¡Eureka!, dijo Cocoa, la solución ya la tengo. “Crearé la Secretaría de Justicia”, y de inmediato con toda la fuerza del presupuesto federal y de los medios masivos de comunicación se prepara para establecer dicha secretaría.
¿Cómo no se nos había ocurrido a los demás michoacanos que ésta era la solución? Con esta Secretaría de la Justicia piensa resolver el problema de la injustica brutal que ha cometido, con la guerra declarada, el presidente Felipe Calderón Hinojosa.
Con esa secretaría considera dar solución a la injusticia que sufren millones de desempleados que, al borde de la miseria, no tienen hoy la posibilidad de llevar ni medio kilo de tortillas a la mesa de su hogar.
Con esa Secretaría de la Justicia implantará la verdadera solución para que no haya millones de personas enfermas que no tienen ni para comprar medicinas, menos para pagar su operación, mientras Luisa María Calderón Hinojosa, hermana del presidente de la república, gasta millonadas de pesos, sacadas del erario, en su campaña para la gubernatura de Michoacán.
Qué excelente idea ha tenido la Cocoa para resolver tanto conflicto.
