¿Por qué escondemos la verdad?

Genaro David Góngora Pimentel

Nunca se supo oficialmente cuántas personas murieron en el sismo de 1985 en la ciudad de México, ignoramos cuántos asesinatos tuvimos en la represión estudiantil de Tlatelolco y ahora no podemos tener una cifra de los muertos en la guerra que inició nuestro presidente tan pronto como se hizo del poder.

El gobierno mexicano, nos dice The New York Times, ha informado de 47 mil 515 asesinatos desde que el presidente Calderón inició el asalto militar contra los cárteles de la droga en 2006.

La nueva cifra oficial de la Procuraduría General de la República, que incluye datos hasta septiembre de 2011, informa que las muertes relacionadas con las drogas se incrementaron en un once por ciento, a 12 mil 903 comparadas con el mismo periodo de nueve meses de 2010. Además, el gobierno encuentra un listón plateado, asegurando que ese ha sido el primer año desde 2006 en que el número de homicidios ha sido más bajo, comparado con los años anteriores.

Sin embargo, esto no ha bastado para calmar el temor de la población que ha estado pendiente del aumento de la violencia en ciudades antes consideradas relativamente seguras, como Guadalajara. Tampoco la declaración de la Procuraduría ha podido acallar el reclamo cada vez más alto para que podamos tener datos más transparentes y veraces.

El gobierno panista ha fallado en crear un sistema que pueda entender las necesidades de los retos de la criminalidad, para poder mejorar la seguridad, todo lo contrario ha venido a ser más oscuro con la información que nos proporciona.

Según Eric Olson, experto en seguridad del Centro Internacional Woodrow Wilson en Washington, existe un claro ánimo de frustración porque se tienen datos que podrían ser evaluados y no los aportan las autoridades mexicanas. Además, agrega que “hay otros casos que podrían ser definidos y por la falta de informes puede llegarse a conclusiones erróneas”.

El número de muertes relacionadas con la lucha contra los cárteles ha sido muy controvertido. Los funcionarios del gobierno panista dieron una cantidad de 34 mil 612 al final de 2010 y prometieron poner al corriente esa cifra con regularidad, pero no lo han hecho. El señor Olson y un grupo de académicos americanos y mexicanos han estado solicitando al gobierno de Calderón la cantidad de muertos y otros datos más para informarse, incluyendo los episodios violentos en donde están presentes acciones del ejército, pero han sido ignorados.

La presión ha estado aumentando conforme el gobierno de Calderón ha recibido solicitudes de información sobre las muertes relacionadas con el crimen organizado en todo el país. El gobierno panista inicialmente dijo que no podía dar esos datos porque eran confidenciales por razones de seguridad nacional. En los últimos días dice que las cantidades requeridas serán publicadas una vez que se proceda a su estudio. El dato del que ha informado se debió a que la oficina encargada de la información nacional le dijo al gobierno que si no daba los datos solicitados habría de pedir una investigación.

Ahora el problema es si la cantidad de muertos de la que informó Calderón es verdadera y refleja la realidad que se está viviendo en el país. Algunas organizaciones de noticias han llegado a cantidades similares y otras nos dicen que el gobierno panista regularmente baja el número de muertes relacionadas con las drogas.

Una dama llamada Molly Molloy, bibliotecaria de la Universidad del Estado de Nuevo México, que ha seguido de cerca las muertes de Ciudad Juárez y de otras partes del país, dice que dadas las fallas de las investigaciones las cantidades más confiables vienen de las oficinas de censo mexicanas que considera en 67 mil 50 los homicidios de 2007 a 2010, casi el doble de las cuentas que presenta el gobierno panista sobre ese mismo periodo.

Todos estos datos fueron tomados de The New York Times, el periódico norteamericano al que hay que acudir si queremos saber lo que pasa en México.