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El abismo son los millones de toneladas de bióxido de carbono que cada año, cada país, añade a nuestra frágil atmósfera.
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Frente a la extinción universal

En la pintura de Rafael Galdámez es evidente que el color se convierte en una vida sin mayores movimientos y con signos de preocupación.

La temática eje en su obra más reciente es un mundo de los animales fuertes y consistentes. Incluso algunos de ellos tienen esencia predadora; sin embargo, hay algo preocupante en extremo: la mayor parte de los seres vivientes pintados por Galdámez son animales en peligro de extinción universal. Lo son, a pesar de que ellos establecen y siguen las reglas de la cacería.

Son cazadores a punto de ser cazados por las armas de un tiempo desfavorable. Los gestos de los animales no son de alegría, de fuerza o de celo amoroso: son expresiones preocupadas y preocupantes.

En uno de los cuadros se insinúa la presencia del abismo final. Ese abismo, por supuesto, es una amenaza en abstracto. Cuando se ve el cuadro, el observador seguramente tiene la impresión de que falta algo: no se alcanza a ver la barranca para que el mensaje sea más directo.

Para que llame a mayores preocupaciones en las especies más pensantes o, por lo menos, más intuitivas como se supone que lo somos los seres humanos.

Ciertamente, el arte es un orden estético y no una convocatoria ideológica, moral o religiosa. Sin embargo, se pueden y se deben hacer excepciones.

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Que el arte induzca a pensar y a reflexionar en serio sobre los asuntos del hombre. Particularmente, respecto a los que se relacionan con su propia existencia. Los animales del chiapaneco Galdámez están visiblemente preocupados y esa preocupación debe ser compartida por la especie humana.

Y, ciertamente, no es para menos. Los animales del pintor que nos ocupa no están solos en la tragedia. Son simplemente nuestros compañeros en el camino del abismo. El abismo son los millones de toneladas de bióxido de carbono que cada año, cada país, añade a nuestra frágil atmósfera. Son los gases de efecto invernadero y es el metano al que solamente detienen los bosques y los hielos eternos.

El abismo se expresa en las contingencias ambientales, cuando se encienden las luces amarillas que cada vez toman un tono naranja: un color que, por cierto, se percibe en el trabajo de Galdámez.

El colapso se puede medir en la cantidad de los hoy niños que pagarán puntualmente el tributo y sus recargos a una naturaleza a la que permanentemente desafiamos. A una naturaleza que ya nos puso las cuentas sobre la mesa.

Rafael Galdámez es un pintor que pinta nuevas imágenes de ancestrales seres vivientes. El arte de la plástica tiene como dominio el espacio y, sin embargo, también existe en el tiempo. En la exposición que tenemos ante nosotros la alegría del color transluce con diversos tonos la preocupación por el tema.

El tigre, el león americano, el jaguar y otros depredadores ya no nos hacen reclamos como Balam en el Popol Vuh: ahora guardan silencio, y ese silencio es más ominoso que los rugidos de coraje. El rostro silencioso de aves y felinos muestra preocupaciones y, tal vez, la resignación de los sabios ante los signos del tiempo final.

Al filo del abismo es un conjunto de obra plástica que en un par de décadas representará sin duda un momento singular no sólo para la plástica chiapaneca, sino para su medio ambiente, para el medio ambiente de Chiapas, de México y del planeta entero. Galdámez es un artista chiapaneco que promete, de esos chiapanecos que caminan el mundo dejando huella.

Galdámez es un talento que seguirá pintando y llevando el nombre de su tierra muy alto con su obra. Galdámez es uno de esos personajes que pueden pasarse días enteros creando, ensimismados, contactando sólo con su mundo interior y su idea del color y la forma, por eso es muy poco lo que se sabe de él, si acaso que nació en Berriozábal, que tiene 32 años y que, como los grandes creadores, suele escribir en espejo, de derecha a izquierda. Galdámez es de esos creadores que prefieren que se hable de su obra y no de él.

@zoerobledo

Senador de la República por Chiapas