Empieza un nuevo año 2022; transcurrida ya la mitad del sexenio de este gobierno es posible analizar algunas de las acciones realizadas y comenzar a reflexionar respecto del futuro inmediato de la República. La llegada al poder con un caudal de votos inédito en las últimas décadas con el apoyo de un tercio de los votantes de la lista nominal y adicionalmente con mayoría en ambas cámaras lo convirtió en un gobierno con amplio apoyo popular.

La larga “travesía por el sinuoso camino” de nuestra incipiente democracia en nuestra muy mexicana transición democrática que terminó en una mera alternancia, tuvo el acierto de acotar, de restringir, de limitar el poder casi sin límites del presidencialismo absolutista y de arrebatarle las facultades meta constitucionales de reglas no escritas al viejo régimen.

Al mismo tiempo se construyeron Instituciones adicionales, para actuar reforzándolo  en el sistema constitucional de pesos y contrapesos a fin de lograr una democracia fluida sin que el ejecutivo avasallara a los poderes legislativos y al judicial, así como  transparentar y otorgarle credibilidad a los procesos electorales.

En este, por lo demás pacifico, avance democrático testimoniamos como logramos una “cohabitación” en la cual los votantes tuvieron el acierto de elegir una alternancia, pero no entregaban el control del legislativo al mismo partido del presidente, así éste se veía obligado a construir acuerdos para lograr la gobernabilidad. Lamentablemente las negociaciones políticas y los acuerdos parlamentarios desembocaron en una partidocracia corrupta en la cual las formaciones partidistas se repartían por cuotas las posiciones en los Organismos Constitucionales Autónomos o las magistraturas y aun las vacantes en la SCJN.

Ahora en este gobierno de MORENA, afloran signos, señales de un indeseable retorno a prácticas que llegaron a costar muy caro y cobró muchas vidas, para aperturar nuevamente el ancien régime, que se había logrado acotar gracias a las luchas sociales, lo cual nos lleva a señalar que se debe parar esta restauración de un presidencialismo autoritario y francamente totalitario.

A la inmensa mayoría de los mexicanos, de los cuales más del 50 por ciento sufre algún grado de pobreza, y de éstos a un 20 por ciento los agobia la pobreza extrema, sólo le queda hacer un mayor esfuerzo para sobrevivir. Únicamente la ceguera tecnocrática de la facción en el poder, ayuna de sensibilidad social, soslaya y obvia la creciente irritación social que no presagia nada bueno. Sociológicamente, puede explicarse que esta ira y frustración se ha canalizado en la creciente violencia en que estamos inmersos, empezando por la violencia doméstica, pero sin duda puede desembocar en violencia social contra la autoridad y el poder constituido, al agregar como ingredientes la impunidad y la corrupción, que hacen nugatorio el Estado de Derecho.

En el ámbito social, y en las redes sociales, se descalifica a quienes levantan la voz y se atreven a la menor crítica, tildándolos de enemigos reaccionarios y conservadores. Se rechaza o se incumple la Constitución. Se construyen acuerdos con la delincuencia. Se ha propiciado el linchamiento de los adversarios políticos. Se estigmatiza a los medios de comunicación que disienten de fondo o en las formas del gobierno.

Es también preocupante el enfrentamiento con el poder judicial, y habrá que estar atentos a cómo será la lucha dentro del Pleno de la SCJN al entrar al fondo sobre la impugnación que hiciera el INE respecto de la obligación constitucional de realizar la consulta a la “Revocación de Mandato” pero sin asignación presupuestal para ello.

Nuevamente el Presidente lanza un distractor, habrá que estar atentos sobre qué acciones va a realizar que quiere al pueblo distraído y entretenido mientas él  atiza la embestida de los legisladores en contra de los Consejeros del INE. Resulta imperativo defender al INE, el órgano constitucional autónomo surgido hace treinta años como consecuencia de la movilización social que empujaba nuestro frustrado e inacabado proceso de transición democrática como respuesta al autoritarismo imposicionista que organizaba y contaba los votos de los comicios con los resultados de todos conocidos.

Hoy el INE después de cimentarse en la estructura jurídica mexicana como una institución confiable se ganó la credibilidad de los mexicanos en las elecciones. También es cierto, y no debe desdeñarse que está sujeto a exigencias desde el poder y de los grupos de presión, señaladamente por los políticos morenistas.

La ciudadanía está hastiada, cansada, harta de que la política se convierta en la ocasión de arrojar paletadas de suciedad al adversario por parte del gobernante, y no como debiera ser, de exposición de propuestas, de oportunidad de cambios, de esperanza de mejoría. Es por ello que la sociedad civil organizada debe luchar por la prevalencia de sus instituciones de proteger al INE y de dignificar de la política, entendida ésta como la acción superior del hombre para beneficiar a su comunidad y mejorar sus condiciones y calidad de vida. Lo delicado y muy preocupante es que, por hartazgo y falta de credibilidad, la ciudadanía se abstenga mayoritariamente de acudir a las urnas.

El INE, esta pues a tiempo de fortalecer el papel que le corresponde. Actúan en su Consejo personalidades que por sí solas tienen el respeto social debido a sus trayectorias profesionales, expertos en la materia electoral, como el propio presidente del Consejo Lorenzo Córdoba al que muchos le reconocen su profesionalismo y que como un buen arbitro defenderá la legitimidad electoral mexicana, lo que esperamos es que los consejeros actuando conjunta y colegiadamente le otorguen certeza, confiabilidad y seguridad los procesos electorales futuros para llegar al 2024 al verdadero cambio con la certeza que tenemos un árbitro confiable y respetado.

Sin embargo, debemos de tener esperanza en el porvenir, por lo que hago votos para que el 2022 sea el año de la reconciliación Nacional, el año de la reactivación económica y a mis apreciados lectores les deseo un año 2022 lleno de esperanza, salud, paz y armonía y que en sus hogares brille la luz del amor y la felicidad.