Con las ideas plasmadas en El Príncipe Nicolás Maquiavelo permanece vigente porque se enfocó en el realismo de la política, se constituyó en una suerte de antítesis al pensamiento clásico socrático, esto significa que se basó en la condición humana.

Los tiempos que corren hacen aflorar el pragmatismo por no llamarle oportunismo en muchos actores políticos que mudan de ideología y se colocan una segunda piel, seguro porque han calculado sus opciones para correr del lado de quienes pueden asegurar mejor posición con sus prebendas incluidas.

Al final del día no serán ni los primeros ni los únicos que transitan por los laberintos del poder temporal sin rubor alguno, aunque la ética política sea aniquilada, porque la búsqueda es por el poder como sea, por ello hacíamos la referencia a Nicolás Maquiavelo. Lo importante es la apariencia no lo que realmente se es, escribió el politólogo de Florencia en su texto escrito en 1513.

La historia nos muestra casos numerosos de quienes se han convertido a otro credo político y religioso, si eso ocurrió hace siglos entonces no es extraño que en estos años oscurecidos por la pandemia que nos alcanza a este 2022 haya casos similares en otro tiempo y lugar.

La Revolución Francesa marco un hito que influenció al estado moderno, en la tribuna de París debatían los personajes de la derecha y la izquierda, así encontramos un par de ejemplos como lo fueron Charles Maurice de Talleyrand y Josep Fouché, esa dupla de franceses recorrió la geometría política originaria en la antigua Galia para estar con los vencedores sin reparar el origen o pertenencia de quienes ascendían al poder, ellos estuvieron en la cúpula, ahí se mantuvieron.

Talleyrand y Fouché fueron de la derecha, la izquierda, el imperio y la restauración de la monarquía, lo mismo simpatizaron con el rey, ulteriormente fueron cercanos a los revolucionarios Danton y Robespierre. Respaldaron a Napoleón y ante el ocaso de éste laboraron como operarios políticos en favor de la restauración de la monarquía. Talleyrand dijo que su partido político fue Francia, nada más. Fouché no tenía las finas maneras de Talleyrand, fue conocido como el carnicero de Lyon, una magnífica biografía novelada escrita por Stefan Zweig –Fouché, el genio tenebroso- aporta más datos del oscuro individuo que hizo un trabajo acucioso como espía.

En México los cambios y formación de partidos han dado cuenta de los desprendimientos y rupturas desde lo alto del poder, al seno del Partido Revolucionario Institucional se registró una ruptura en la segunda mitad de la década de los años ochenta con la Corriente Democrática que sería la simiente del Frente Democrático Nacional, del tricolor salieron Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez.

Actualmente Morena tiene en sus filas a muchos que anteriormente fueron cuadros representativos del Partido de la Revolución Democrática como el propio presidente Andrés Manuel López Obrador y gran parte de sus allegados en el gobierno federal y el de la Ciudad de México.

La búsqueda del poder es un motor, causa y objetivo, si hablamos de la primera edad del México independiente nos encontramos con el nacido en Valladolid hoy Morelia, Agustín de Iturbide, que pasó de su militancia con los realistas a los insurgentes y concluye la guerra de Independencia.

Naturaleza humana.

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