Ricardo Muñoz Munguía

El 27 de marzo de 2011 ocurrió el asesinato de Juan Francisco Sicilia Ortega junto a otras personas en el estado de Morelos.

Javier Sicilia leyó el 2 de abril de 2011 lo que, dijo, sería su último poema: “El mundo ya no es mundo de la palabra./ Nos la ahogaron adentro/ como te asfixiaron,/ como te desgarraron a ti los pulmones/ y el dolor no se me aparta./ Sólo tengo al mundo./ Por el silencio de los justos/ sólo por tu silencio y por mi silencio, Juanelo…/ El mundo ya no es digno de la palabra,/ es mi último poema,/ no puedo escribir más poesía…/ La poesía ya no existe en mí”.

El 4 de abril de 2011 en el periódico El Financiero Eusebio Ruvalcaba hizo una convocatoria pública para poetas que desearan participar en una antología para el poeta que dejó la poesía.

El 7 de abril de 2011 Ruvalcaba recibe el primer poema, era de José Emilio Pacheco. “Debo confesar que fue la señal que yo esperaba. Estaba en el camino correcto”, menciona el compilador en el prólogo al libro que tuvo a cientos de participantes —entre ellos de España— de todo el país y que, aún seguían llegando al cierre de la edición del volumen Poemas para un poeta que dejó la poesía (Ediciones EF, México, 2011), del que su mejor comentario son los poemas que la integran. Cierro con algunos fragmentos:

“Una cosa que alabo del poema/ Es su capacidad de llevarme siempre/ Al terreno del otro,/ De ponerme en su piel y darme/ La perspectiva ajena que sin él no tendría.// Pero esta vez me siento derrotado./ Soy incapaz de imaginarme/ Lo que siente Javier Sicilia”. José Emilio Pacheco.

“Javier:/ El Poeta que abandona a la Poesía/ será castigado por Ella:/ volverá”. Juan Gelman.

“Hoy no te beso porque mañana voy a morir./ ¿Y cómo estoy informado de mi inminente muerte?/ Porque todos estamos a un paso de ella:/ salimos de casa, pero no regresamos”. Víctor Roura.

“Juan Francisco Sicilia Ortega/ fue hijo de todos los mexicanos./ También de los que lo asesinaron./ Ese es el epitafio/ que yace en su tumba”. Eusebio Ruvalcaba.