La amenaza
El mensaje “Un verdadero hombre nunca habla mal de López Obrador” es una amenaza y una advertencia a la base social de Morena. La “muerte social” o la “muerte política” vendrá por ti si no votas como quiere el presidente.
El mensaje “Un verdadero hombre nunca habla mal de López Obrador” es una amenaza y una advertencia a la base social de Morena. La “muerte social” o la “muerte política” vendrá por ti si no votas como quiere el presidente.
La denuncia en contra del expresidente de la Corte, Arturo Zaldívar, es la radiografía de un personaje oscuro, la historia de un juez que traicionó a su país y a la Constitución por el hambre insaciable que tiene de dinero y poder.
El asalto a la embajada de México en Ecuador ha sido visto de un solo lado. El hecho es condenable, viola los más importantes tratados internacionales, pero el hecho exige una revisión integral.
Faltan ocho semanas para que terminen las campañas y los asesinos operan cada vez con más impudicia, a la luz del día y buscando tener toda la publicidad.
Dejará también en añicos la unidad nacional. AMLO ha operado como un eficaz presidente racista y clasista. Como el instaurador de un apartheid a la mexicana que ha partido en dos al país.
Las encuestas se han vuelto un obstáculo para la democracia. Muchas de ellas han dejado de ser un instrumento objetivo de medición de opinión pública para convertirse en un negocio económico o político.
Lo que quiere ocultar la señora Sheinbaum es que la violencia, prohijada por ellos mismos, tolerada y de la cual son cómplices está por hundir su candidatura en los pantanos de la criminalidad.
Si el poder llega a enloquecer a su favorita, si por algún momento se le ocurre desviarse del camino o se atreve a tomar decisiones de manera autónoma, él activará la maquinaria de su partido para echar a andar la revocación de mandato
¿Están los cárteles tras la silla presidencial? El asesinato de candidatos y la participación creciente del crimen organizado en el proceso electoral hace pensar que los grupos criminales están ahora tras el control político.
Para tratar de quitar importancia a un hashtag que ya es tendencia mundial dijo que no son personas las que replican el mensaje, sino empresas publicitarias que utilizan robots.
La frase le quita el sueño. Sabe que ya caló en la conciencia nacional. Que no es un invento de sus adversarios, sino una evidencia que estaba agazapada y que alguien, simplemente, la activó en las redes.
López Obrador convirtió la conmemoración de la Constitución en el festejo de un déspota. Fue el típico evento de un dictador. Desairó a los otros poderes. Despreció dos veces –el mismo día–, al Legislativo y al Judicial.
La nota del periodista norteamericano Tim Golden sobre cómo “La Barbie” entregó 2 millones de dólares a la campaña de López Obrador en 2006 confirma lo que todo México sabe: Que la escalera que utilizó el presidente para llegar al poder fue el crimen organizado.
Así lo demuestra el reportaje de Latinus sobre la red de negocios y tráfico de influencias que tejió el hijo del Presidente –Gonzalo López Beltrán– junto con un empresario improvisado para hacer negocios multimillonarios.
Que alguien le diga al presidente del partido en el poder que las organizaciones ciudadanas están conformadas por hombres y mujeres libres, que no son partidos políticos y no están impedido por ley a manifestarse.
Ella y él representan la avanzada para transitar del autoritarismo al totalitarismo. El “segundo piso de la 4T” no sólo es sinónimo de continuidad sino de radicalización y de colocar los pilotes de la concentración absoluta del poder.
Por qué los jóvenes no votan? Seamos honestos, porque no se sienten representados. Nadie se ha hecho cargo de construir liderazgos juveniles.
En México no es usual reconocer a un juzgador. Menos, cuando desde la Presidencia de la República se menosprecia el Estado de derecho con el dicho blasfemo de: “No me vengan con que la ley, es la ley”.
Para el régimen los jóvenes sólo sirven para llenar urnas. “Jóvenes Construyendo el Futuro” no fue pensada como política de Estado para resolver su pobreza sino como mera estrategia electoral incapaz de impedir que los jóvenes sean víctimas…
El presidente, como él mismo lo reconoció, no tiene la mayoría calificada para que su reforma sea aprobada, pero su propuesta es una señal más de la radicalización con la que piensan gobernar si ganan las elecciones.