Ángel Bassols Batalla[i]
Segunda parte

 Al destacar algo de los más importante que realizó en materia educativa y cultural, debiera comenzar con sus primeros discursos en campañas electorales desde 1917 y su Presidencia de la Sociedad de Alumnos de Derecho (además de sus nuevos estatutos) y su vinculación con los grupos de discusión y divulgación que encabezaban los llamados “Siete Sabios”. Según contaban sus familiares, el joven se dedicó a estudiar y a organizar a sus compañeros, en vez de ir a la cantina y al salón de baile. El momento trascendente fueron los discursos y artículos que publicó entre 1920 y 1925 para desenmascarar a los neoporfiristas que dominaban la enseñanza en la Facultad de Derecho como él mismo escribió, el Derecho Romano era una “filosofía de pretores”. Ya se mencionaron (en la primera parte de este texto) los cursos que impartió, cuyos textos permanecen inéditos, a pesar de su contribución al estudio de la historia jurídica de México y su lucha por crear un Derecho revolucionario, en bien de las masas campesinas y obreras que habían participado en las revoluciones de 1810, 1853 y 1910.

Fue decisiva su actuación como Director de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales en 1928-1929, en particular por haber creado la carrera de Economía, pero una educación económica objetiva, moderna y científica que creara bases firmes para el ulterior desarrollo nacionalista, popular y autónomo de México, sin copias extralógicas del extranjero. Una economía para hacer fuerte al país frente a las asechanzas extrañas y en bien de las mayorías trabajadoras. Después de su renuncia en Derecho, siguió vinculado a la UNAM hasta 1931 como investigador en estudios sobre los ejidos.

Fue sin duda su actuación como Secretario de Educación Pública entre 1931 y 1934 el más importante periodo que revela su profundo sentido pedagógico y cultural. Un importante libro, que resume su “obra educativa” fue el publicado poco después de su renuncia, por el escritor Antonio Luna Arroyo, que no intenta analizar la sustancia de la filosofía aplicada por Narciso Bassols García en esos años sino que es “una justificación documental de su trabajo” y tiene “un cariz histórico”. El autor de ese volumen afirma que la suya fue una “obra extraordinaria y trascendental”, plena de “ideas, orientaciones y doctrinas” por parte de un Secretario “iluminador y creador”.

Quizá cabria destacar que la labor del licenciado Bassols se dirigió a la creación de una educación de corte nacional y regional, que fuera polifacética, activa, científica. Advierte Luna Arroyo que Bassols García “no se dejó seducir por los halagos del poder” ni claudicó en sus ideas, a pesar de las virulentas campañas en su contra. Por lo tanto fue “un misionero laico”, un pedagogo nato. Atendió con especial devoción todo lo referente a la educación rural, pero con propósitos de romper los órdenes anquilosados que condujeran al campesino a “cambiar los sistemas de producción, distribución de consumo de la riqueza” y en especial dirigida a “sacar de la miseria al indígena”. Partía de que para alfabetizar y educar, era necesario crear maestros comprometidos con la justicia y los ideales de la Revolución mexicana. Su concepción de las misiones culturales era en el sentido de que debían estar integradas por maestros, médicos, arquitectos, artistas, obreros y agricultores, que laboraran en forma cooperativa. Al indígena, decía, hay que comprenderlo y elevar su capacidad productiva, sin tratar de liberarlo con utopías sino rompiendo el mundo colonial y porfirista aún existente.

En suma, propició la creación de un sistema educativo con bases científicas, técnicas, biológicas y artísticas, es decir “una verdadera cultura”. Todo tuvo un perfil regional, ya que comprendió la diversidad del país y trató de adaptar la educación a las necesidades regionales. Las misiones culturales, que ya existían desde los años treinta, fueron renovadas con ayuda del profesor Rafael Ramírez y otros especialistas, para vincularlas estrechamente a las escuelas mismas, de tal manera que se creó lo que John Dewey alabó con las siguientes palabras : “Esta es la escuela mas vital que he conocido en el mundo”. Esto se reafirmaba por incluir a los adultos en el proceso educativo de los menores y además por ser una escuela de preparación tecnológica.

Como aspecto destacado debe mencionarse la creación del Departamento de Enseñanza Agrícola, que funcionó por medio de escuelas regionales campesinas y escuelas normales rurales. El propio licenciado Bassols reformó el Artículo 73 de la Constitución y la Ley Federal de Trabajo para hacer obligatoria la creación de escuelas “Artículo 123”, de tal manera que los patrones cumplieran. Impulsó la llamada Caja de Ahorros como elemento contra el despilfarro de los escasos ingresos del trabajador y en suma, tenía por objetivo “crear hombres capaces de enfrentar la realidad”. Para ello puso énfasis en materias como Geografía e Historia, Ciencias Físicas y Naturales, Matemáticas, etc. utilizando los nuevos libros que entonces se redactaron, manuales baratos y de amplia difusión, además de las revistas y periódicos de carácter educativo.

Tal vez lo más importante de su desempeño como Secretario de Educación Pública fue el impulso a la enseñanza técnica, con una educación vinculada a la industrialización. Creó entonces los planteles técnicos, que prepararían “para el futuro” a obreros y técnicos, utilizando entre otras cosas un sistema moderno y eficiente de becas (mismo que ahora se trata de reiniciar). El famoso decreto para crear el Instituto Politécnico Nacional (1932), mencionado por el Arq. Sánchez Hidalgo en su reciente libro, sería el principio de fundación de lo que sería mas tarde el IPN. Esto último resulta ser elemento clave, ya que, según relata Luna Arroyo, las ideas de Narciso Bassols García sirvieron de base para los capítulos educativos del Plan Sexenal de 1934 y del posterior Politécnico Nacional.

La actuación de Bassols García con respecto a la UNAM durante su actuación en la SEP, ha sido frecuentemente tergiversada, pues se olvida que existía en 1933 un clima de tensión entre el gobierno federal y las autoridades universitarias, que en muchos aspectos se oponían a las directrices del movimiento social de 1910-1917. Por otro lado, Narciso Bassols García señaló el desorden educativo en la UNAM y el hecho de que el propio gobierno imponía al Rector, de tal manera que la autonomía era en buena medida ficticia. Como la situación derivaba en enfrentamiento constante, la solución correcta era que los propios universitarios fueran responsables de la política interna en la UNAM, para lo cual el Estado convertía a nuestra máxima casa de estudio en una Institución verdaderamente autónoma, pero manejada por grupos hostiles a la política gubernamental. De esta manera, el Estado mexicano promovería lo suyo es decir la educación técnica y popular, sin desentenderse de la educación superior universitaria, para lo cual impulsaría a las universidades en los estados de la república. La política de Narciso Bassols García no consistía en imponer lineamientos de carácter “socialista”, como se ha afirmado, sino en dejar que los universitarios definieran la filosofía rectora.

El autor de dicha obra señala que el Secretario Bassols enfrentaba una verdadera penuria por la crisis mundial comenzada en 1929, de tal manera que la situación contrastaba con la que permitió las acciones de José Vasconcelos en 1921. Finalmente, cabe destacar con Luna Arroyo las acciones de la SEP en materia de bibliotecas, revistas, libros, higiene escolar, el teatro infantil, la danza y el cine, etc. La idea de Narciso Bassols García era establecer una verdadera simbiosis educación-arte, para lo cual propició la educación artística fuera de las aulas, las escuelas de artes para trabajadores, el muralismo renacido en lugares públicos, la Sinfónica Nacional de Carlos Chávez, la dramaturgia de los clásicos, la escuela de danza y otros planteles de escultura y talla directa. Invitó a numerosos músicos y otros artistas extranjeros para colaborar en nuestras instituciones, entre ellos Ernest Ansermet, Paul Strand, J. Soustelle, etc. La arquitectura moderna recibió el impulso de Juan O’Gorman, así como trabajó la Oficina Cultural de Radio y se impulsaron los descubrimientos arqueológicos, entre ellos los de Monte Albán con los hallazgos de Alfonso Caso, en el Tajín, Xochicalco, Teotihuacan, etc. Declaró los primeros Monumentos Coloniales, impuso la ley de protección a obras culturales de importancia. Entre otras cosas becó a Eulalia Guzmán y otros investigadores para llevar al cabo estudios en Europa y Estados Unidos.

Muy controvertido resultó su apoyo a las resoluciones del Congreso Americano de Lima, avalado por el dictamen de la Comisión Técnica consultiva de la SEP, en el sentido de que se estudiara la posibilidad de implantar en toda Latinoamérica un cierto tipo de educación científica sobre -las cuestiones sexuales. La SEP se encargaría de impartir nociones de este tipo desde el tercer año de primaria y hasta la secundaria, preparando a su vez a los maestros para el caso. Bassols García pedía que se estudiara el problema y no que se le ignorara “como una avestruz” en suma, toda la labor del Ministro estaba dirigida contra lo que hoy se llama “falsa moral burguesa”, para basarse en una educación que analizara la historia de México, sus peculiaridades geográficas y humanas, y los ideales de la Revolución Mexicana de 1910-1917.

A lo anterior habría que sumar muchas otras acciones que después han sido comentadas por numerosos escritores, entre los cuales cabe mencionar a Oliver La Farge, Frank Tannenbaum, Katherine M. Cook, J. Soustelle, etc. Al revés de lo que algunos enemigos de su obra han tratado de difundir, el equipo de trabajo de Bassols García en esos tres años fue integrado con los intelectuales más importantes de su época y en cada especialidad, pues a los ya mencionados cabe agregar los siguientes : Mauricio Magdaleno, Silvestre y Fermín Revueltas, Leopoldo Méndez, Roberto Montenegro, Carlos Pellicer, Jesús Guerrero Galván, German Lizt Arzubide, Pablo O’Higgins, José Santos Valdez, Luis Cardoza y Aragon, etcétera.

Los que han escrito sobre él, aquí y en el extranjero

En el Fondo Bibliohemerográfico Narciso Bassols García se han recopilado los nombres de todos los autores de libros, folletos y artículos sobre su vida y obra, Pero en esta ocasión solamente se mencionan algunos: Lázaro Cárdenas, Jesús Silva Herzog, Andrés Iduarte, Ricardo J. Zevada, Víctor Manuel Villaseñor, Alonso Aguilar Monteverde, Salvador Novo, Manuel Mesa Andraca, Luis Córdova, Joaquin Sánchez Hidalgo, Ángel Albiter, Ramón E. Ruíz, Gastón García Cantú, Alejandro Martínez, Pablo Latapí, Jorge L. Tamayo, Gilberto Bosques, Eusebio Mendoza Avila, Jaime Torres Bodet, Armando Labra, Fernando Paz Sánchez, Roberto Blanco Moheno, Francisco Martínez de la Vega, Daniel Moreno, Alejandro Gómez Arias, Ignacio García Téllez, Guillermo Montaño, Jorge García Bravo, Néstor Sánchez H., Elena Huerta, Roberto López, Luis Padilla Nervo, Gabino Fraga, Febronio Díaz Figueroa, Vicente Lombardo Toledano, Antonio Carrillo, Eduardo Pérez Alcocer (tesis), Jorge Carreón, Leonardo Gómez Navas, Enrique Semo, Sergio de la Peña, Renato Leduc, Fernando Carmona de la Peña, Abelardo Villegas, etcétera. Cabe mencionar también los escritos de su esposa, la licenciada Clementina Batalla Torres, sus hijos Narciso, Aurelia y Carmen. Entre los autores extranjeros mencionemos a : John A. Britton, Marc Chadourne, R. A. Camp, David Raby, M. Alperovich, Amaro del Rosal, A. Sizonenko, M. Lavro, John W. F. Dulles, Barry Carr, Juan Marinello, Juan Rejano.

También como negación a lo afirmado por sus enemigos, Bassols García tuvo numerosos amigos en el curso de su existencia, además de los ya mencionados colaboradores y autoridades. Sus múltiples actividades internacionales, a pesar de su gran modestia, le otorgaron amplia fama como líder político, pedagogo y reformador social. Al morir, se recibieron numerosos telegramas y cartas, procedentes de muchos países. Sus funerales en el Panteón Jardín fueron los más sonados de su época y en ellos tomaron la palabra once oradores, representando las diversas tendencias y grupos de la izquierda mexicana, entre ellos Víctor Manuel Villaseñor, Wenceslao Roces, Vicente Lombardo Toledano, Paula Gómez Alonso, así como representantes de los presos políticos, etc.

Narciso Bassols en síntesis

La mañana del 24 de julio de 1959 se adentró en el futuro de México el licenciado Narciso Bassols García. Desde hacia muchos años practicaba el deporte como medio para conservar la vida y dialécticamente esta costumbre le trajo la muerte. Narciso Bassols García logró demostrar que se podían conservar ideas y virtudes, incluso cuando se vive en lo más negro de una crisis nacional o mundial. Escogió un recto camino y lo siguió sin lanzar jamás el consabido “me canso y me rajo”. Algunos criticaban en vida su honradez intelectual y su ejemplo de funcionario que nunca cayó en la tentación del dinero, de la lujuria, de la perversidad y del poder. Siempre despreció el romanticismo y en lugar de mirar para atrás continuó sin detenerse nunca. Nunca he pretendido catalogarlo en alguna forma por lo que fue su vida y obra, pero si se me pidiese, diría que lo más importante y perdurable fue lo siguiente 1) Fue absolutamente incorruptible 2) Nunca se sometió al dictado de los poderosos 3) Fue educador y pedagogo nato 4) Un político revolucionario, alejado de ilusiones y utopías 5) Una Inteligencia preclara y dedicación total al trabajo, por lo que un Presidente de México lo llamó “el cerebro de nuestra época” 6) Siempre resultó triunfador en medio de las derrotas temporales 7) Entregado a las causas de México y del mundo 8) Abrió caminos para un futuro mejor 9) Fue amigo leal de sus familiares, correligionarios y demás seres que no se apartaron de él.

 



[i] Don Ángel Bassols Batalla, investigador emérito de la UNAM, falleció el 14 de febrero de 2012. Fue hijo de Narciso Bassols.