Ricardo Muñoz Munguía

Más cara: máscara. El objeto, del material que se antoje, guarda su magia, es una extensión de quien la porta; no es un rostro vacío o gesto petrificado, es reconocerse en un rito.

El poeta y ensayista John Milton nació el 9 de diciembre de 1608 y falleció el 8 de noviembre de 1674, en Londres, Inglaterra. Fue una figura emblemática para el medio literario inglés, y es el mismo medio que lo lleva a destacarlo a tal grado que, en cuanto a su obra poética, fue ubicado en el mismo nivel que Shakespeare pero, para menor suerte del primero, no consiguió alcanzar la presa de la popularidad que tuvo el dramaturgo, poeta y actor inglés, y que falleciera cuando Milton contaba con apenas ocho años de edad.

Comus, del escritor destacado por su obra épica El paraíso perdido, está inspirada en The Old Wives’ Tale, del dramaturgo George Peele, y es la primera obra de Inglaterra para satirizar los dramas románticos populares de ese tiempo, en 1595. Hernán Lara Zavala, autor del Prefacio del volumen apunta sobre el tema de la obra, que trata sobre “una mujer extraviada en el bosque que se enfrenta con Comus disfrazado de pastor con intención de despojarla de su virginidad”.

La máscara se utiliza en diferentes eventos ceremoniales, y Comus “se trata de un poema dramático-alegórico —señala Lara Zavala— de carácter pastoral que pertenece a lo que en español se conoce como ‘mascarada’ y en inglés como mask. La mascarada es una pieza que se montaba a manera de entretenimiento con motivo de alguna celebración, generalmente en la corte, y que incluía máscaras y disfraces y en la que los elementos del espectáculo y la música tenían tanta importancia como los personajes y la acción”. Por otro lado, Mario Murgia, traductor de esta bella obra apuntala una postura: “Hablando en términos estrictos, sin embargo, la definición de Milton para su propia pieza resulta también inexacta. Durante los reinados de Jacobo I (1566-1625) y de su hijo Carlos I (1600-1649), la máscara había dejado de ser una procesión relativamente sencilla de actores disfrazados para convertirse en un espectáculo cortesano que incluía música, baile, canto, elaborados escenarios alegóricos, pirotecnia y complejas figuras mitológicas”. Y es de mencionar que el poema originalmente se tituló Máscara representada en el Castillo de Ludlow, en 1634, ante John, Conde de Bridgewater, entonces Presidente de Gales y si coloquialmente se le llamará Comus “no es sólo por una necesidad de abreviación, sino también por la gran popularidad de la que gozó la pieza en el siglo XVIII”, como afirma Murgia.

Comus, que ha sido traducida al español ciento cincuenta años después, y que se revela a través de la poesía el gesto del espectáculo, el que, por paradójico que se vea, nunca fue ideada para “representarse —continúa Mario Murgia— en una corte real —la de la dinastía Estuardo en este caso— sino en la propiedad privada del Presidente de Gales (el castillo de Ludlow), lo que rompe con el esquema espacial designado para unas obras que, en principio de cuentas, debían girar en torno a la figura del monarca y su pretendida infalibilidad moral”.

La edición bilingüe de Comus expone el escenario donde la virginal doncella perdida en el bosque habrá de contar con el valor de los hermanos que hurgarán en cada sitio para encontrarla y del enfrentamiento con Comus, hijo de la bruja Circe, quien se vale de su tenacidad y porfía para aprehender entre sus objetivos a la doncella. “Mas hoy verdad conozco, pues por ella/ al hechicero vi, aunque disfrazado,/ y atravesé los cepos de sus magias/ victorioso”.

El libro Comus nos deja, por otro lado, el sabor del poder, de la inocencia, del esfuerzo, de la belleza, del encanto…, de la magia que extiende una máscara.

John Milton, Comus. Traducción de Mario Murgia. Axial / Colofón, México, 2012; 150 pp.