Entrevista a Daniel Gershenson/Presidente de Alconsumidor y Alarbo

Moisés Castillo

La ciudad más progresista del país cobija a personajes de poca reputación como Heydar Aliyev, el fallecido expresidente de Azerbaiyán, considerado por intelectuales y académicos como un gobernante autoritario, antidemocrático y violador de los derechos humanos. Su estatua de bronce y mármol luce impecable en un punto emblemático del Distrito Federal: en pleno Bosque de Chapultepec, entre Reforma y Gandhi.

El gobierno capitalino, que encabeza Marcelo Ebrard, se comprometió a mantener la escultura del exagente del KGB (policía política de la Unión Soviética) durante 99 años tras un convenio de colaboración con la embajada del país asiático. Sesenta y cinco millones de pesos bastaron para que el exdictador —dominó la vida política de ese país por más de 30 años— fuera recibido con los brazos abiertos por la “ciudad de la esperanza”, como alguna vez la llamó Andrés Manuel López Obrador.

Ahora las esculturas de Mahatma Gandhi, Winston Churchill, Luis Donaldo Colosio y el Museo Tamayo tendrán un vecino “incómodo” llamado Aliyev.

El influyente diario The New York Times señaló que su administración se caracterizó por frecuentes irregularidades electorales, violaciones a los derechos humanos y una prensa amordazada. Asimismo gobernó “con mano de hierro” y se caracterizó por su corrupción y nepotismo (su hijo es el actual presidente azerí).

Hasta el momento es la inversión más grande para la recuperación de espacios públicos que el Distrito Federal ha recibido por parte de alguna sede diplomática u organismo internacional. El convenio citado se firmó en julio del 2011 por los secretarios de Desarrollo Urbano, Felipe Leal, y de Medio Ambiente, Martha Delgado, así como por el embajador de Azerbaiyán, Ilgar Mukhtarov.

 

Ebrard: felicidades

Al inaugurar el pasado 22 de agosto el llamado Parque de la Amistad, Ebrard afirmó que es una muestra de que ambos pueblos quieren acercarse.

“Muchas gracias —dijo— a nombre de la ciudad de México por su simpatía, su esfuerzo, su dedicación, su viaje y su presencia, y estoy seguro que durante muchos años por venir este lugar va a ser o se va a convertir en un punto de contacto permanente y de afecto entre la ciudad de México, y México en general, con la República de Azerbaiyán”.

También se congratuló por

la placa-memorial en Plaza Tlaxcoaque, donde se habla de un “genocidio” en Jodyalí, poblado de Azerbaiyán, de la cual se responsabiliza a militares armenios.

“Está dedicado a la paz, a la democracia”, dijo el mandatario capitalino ante el viceprimer ministro de Azerbaiyán, Ali Hasanov, y el embajador de ese país en México, Ilgar Mukhtarov.

Ante este hechos en las últimas semanas se ha desatado un debate público no sólo por el monumento de una figura tan cuestionada y la placa en Tlaxcoaque, sino por la nula transparencia en que se ejecutaron las obras.

A favor y en contra

Según el periodista Pablo Hiriart —director del diario La Razón de México—, la verdadera cantidad de la inversión no fueron seis millones de dólares sino cerca de diez millones.

Dijo Hiriart: “Así me lo dijo en entrevista el secretario particular del embajador Ilgar Mukhtarov, Manuel Luna, quien ha venido fungiendo como vocero de la embajada de Azerbaiyán en México. En la entrevista abundó que ese dinero no entró a las cuentas del GDF como una donación o aporte del gobierno de su país, sino que se utilizó a través de contratistas e intermediarios”.

Voces como las de José Sarukhán, Jean Meyer, Homero Aridjis, Jacobo Dayán —director de contenidos del Museo Memoria y Tolerancia—, Guillermo Osorno, Sergio Aguayo, se han pronunciado en contra de estos dos actos simbólicos que son inaceptables.

El embajador Mukhtaro defendió la colocación del monumento dedicado a Aliyev, pues en ese país es asumido como un héroe nacional.

“Para nosotros los azerbaiyanos —dijo— es el símbolo de la independencia, de un país fuerte; para nosotros Heydar Aliyev es el fundador del moderno Azerbaiyán, debido a él tenemos independencia y crecimiento económico”.

Delgado: no sabía quién era; Leal: fue el Consejo Rector

Por su parte, Martha Delgado, titular de Medio Ambiente, sólo alcanzó a decir que “el gol nos lo han anotado a todos” y que no conocía al “personaje propuesto”.

Asimismo, Felipe Leal, secretario de Desarrollo Urbano, responsabilizó al Consejo Rector del Bosque haber aprobado la escultura y afirmó que todo se hizo de manera legal.

Es por ello que se creó fast-track una comisión que deberá analizar, valorar y emitir una serie de recomendaciones al Gobierno del Distrito Federal. La comisión está integrada por el internacionalista Gabriel Guerra Castellanos, el catedrático Gerardo Estrada Rodríguez y el periodista Guillermo Osorno.

Hay que recordar que existen más de 100 monumentos del exdictador en Azerbaiyán y también hay efigies de Aliyev en 14 ciudades de Asia, centro de Europa, y Africa del Norte, por ejemplo en Rumania, Ucrania, Turquía, Moldavia, Rusia, Egipto, Irak, Uzbekistán y Kirguistán. México es el único país de América Latina que abrió sus puertas vía monumento al polémico personaje azerí.

Dirimir por vía diplomática

Para Daniel Gershenson, presidente de las organizaciones no gubernamentales sin fines de lucro Alconsumidor y Alarbo, existe una estrategia desafortunada del gobierno capitalino y sus culpables son Felipe Leal y Martha Delgado.

“Las dos personas —dijo— son responsables y se tendrían que ir. Nos encontramos ante espacios verdes arrasados completamente donde existían árboles sanos y patrimoniales en muchos casos. La pérdida neta de biomasa y follaje es importante y se sustituye mediante campañas demagógicas para plantar arbolitos que a los tres días se secan. Me cuesta mucho trabajo imaginar que no haya habido una sola persona en el gobierno capitalino que supiera el pasado de ese señor. Ebrard estudió relaciones internacionales en El Colegio de México, por ejemplo”.

Sabemos que eres un activista social destacado, ¿cuál es tu reacción ante esta polémica?

De desconcierto. Entiendo que esto es lo que sucede cuando lo que importa es una inversión en espacios públicos independientemente de quién la esté realizando. Marcelo Ebrard se ufana de que se han subastado trozos de la ciudad y del espacio público a distintos empresarios, constructores, refresqueras. Y lo que estamos viendo es la variación del mismo tema. Los ciudadanos nos merecemos tomar decisiones directas a la hora de que aparezcan este tipo de cosas. Es irreal, es como si viviéramos en los noventas, antes de que se instituyera la figura del jefe de gobierno. Los cambios son notables en una ciudad que amamos, donde crecimos, que ha atraído a personas de otras partes del mundo y que se identifican con la capital.

¿El gobierno capitalino se metió en un problema innecesario?

Hubo esta figura del Consejo Rector Ciudadano del Bosque de Chapultepec —figura rebasada— y se toma una decisión que implica cantidades fuertes de dinero que se invierten en la rehabilitación de dos espacios emblemáticos y que no tienen por qué estar inmiscuidos en problemas internacionales. Es decir, en cuestiones que nos rebasan como el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán. Este conflicto se debe dirimir por la vía diplomática, no tiene absolutamente nada que ver con el entorno urbano de nosotros, con un parque emblemático, con el Bosque de Chapultepec cargado de símbolos. Colocar ahí a una figura tan desacreditada como Heydar Aliyev, que fue mando de la KGB durante el comunismo en la URSS, que tomó el poder vía un golpe de Estado y que se declaró presidente vitalicio en un país de los más corruptos del mundo, no es una buena señal. Ebrard para bien o para mal ha querido consolidar una imagen progresista, de vanguardia, de respeto a los derechos humanos, cosa que no sucede en ese país asiático.

Está también el otro tema de la Plaza Tlaxcoaque.

Es más preocupante: la estatua en Chapultepec es un ejemplo de neoestalinismo ecocida porque derribaron árboles para poner una estatua del patriarca de los azeríes, que muere en el 2003 y le transmite el poder a su hijo Ilham Aliyev, es bastante escandaloso. Pero que en la Plaza Tlaxcoaque, donde el 19 de septiembre de 1985 se derrumbó un edificio que era de los separos de la policía capitalina y se encontraron cadáveres con señales de tortura, cadáveres de personas que murieron en cajuelas de automóviles de la policía, ese espacio tiene que estar destinado, si vas a construir un memorial, a rescatar ese espacio a las víctimas de la represión en México. Y lo que hicieron los azerbaiyanos con el aval oficial es colocar una estatua acusando a sus enemigos armenios de “genocidio”, que es un término que hay que usar con mucho cuidado. Es una estatua que refleja una masacre lamentable que se deriva de este conflicto de principios de los 90. Esto es doblemente grave porque el pueblo armenio sí padeció un genocidio a manos de los otomanos durante la primera guerra mundial, donde murieron millones de familias. Hay una sensibilidad que me parece no existe por parte del Gobierno del Distrito Federal, no sólo porque seamos ciudadanos y nos importan este tipo de cuestiones, sino también el Museo de la Memoria y la Tolerancia se ha pronunciado tajantemente en contra de esta plaza y también de la estatua.

¿Crees que se pueda revertir esta decisión?

El tema de la plaza es un tema que también tenemos que retomar como mexicanos, porque ahí debe de haber algo que honre y recuerde a las víctimas, para eso sirven ese tipo de espacios urbanos. Esta puede ser una gran oportunidad para que en ese espacio se coloque vía concurso-legal un memorial que honre a nuestras víctimas de la violencia. Esta historia de Tlaxcoaque es uno de los capítulos más oscuros del sexenio de Miguel de la Madrid. Ya que el PRI regresa al poder y se estrena una nueva administración, sería una muy buena oportunidad para que se desmarque promoviendo el que se transparente este capítulo y que haya un monumento digno en esa zona de la ciudad. Hay una iglesia muy bonita, le reconozco al gobierno azerí que habilitó muy bien el espacio, pero vemos un monumento que dice “genocidio” que involucra a Armenia. Esos espacios no pueden servir para opacar lo que es una realidad muy complicada. No hay un rescate de la memoria ni siquiera por parte de las autoridades de vanguardia de esta ciudad, que empujan temas importantes, pero que aquí actuaron con una irresponsabilidad pasmosa.

 

¿Una ayudadita a la campaña de Ebrard?

Es un problema ético-económico. Entonces, no hay que extrañarnos si el gobierno local, siguiendo esta lógica de desmemoria, coloca una escultura de El Negro Durazo en la Glorieta de Insurgentes…

Es un problema que va más allá de esta coyuntura que significa tener a este señor Heydar Aliyev como si estuviéramos en Bucarest en los 80. Tenemos que entrarle a un tema donde si no hay una participación ciudadana proactiva, legal, que no presione a la Asamblea Legislativa para cabildear estos temas, pues perderemos nuestra ciudad. Vamos a perder las áreas verdes si no se quitan esos engendros urbanísticos. Igual pueden venir otros países a lavarse la cara como Azerbaiyán —un país degradado con respeto a los derechos humanos, libertad de expresión—, Zimbawe o quizá el hijo de Papa Doc para invertir y no le molestará gastarse unos cuantos millones de dólares.

En el Gobierno del Distrito Federal se habla de inversión, donación, de 6 millones de dólares, otros de 10 millones, ¿cómo explicar esta falta de transparencia y rendición de cuentas?

En una entrevista, el secretario particular del embajador de Azerbaiyán en México menciona una cifra de 10 millones de dólares. Eso se tiene que aclarar, que se transparenten esos gastos. Hay una fundación de la familia Aliyev que tiene muchísimo dinero producto de la extracción de petróleo y gas. Para resumir, es dueña del país y esta fundación se ha dedicado a rehabilitar espacios en distintos países del mundo. Esta fundación no sabemos cómo ha financiado este y otros proyectos. No quiero pensar mal, pero esta fundación pudo haberle pasado algún dinero a la fundación del señor Ebrard que se llama Equidad y Progreso para promover su propia candidatura presidencial.

¿El recién creado consejo ciudadano le corregirá la plana al gobierno capitalino? ¿Cuáles son las expectativas?

Celebro que la comisión esté integrada por tres personas de renombre, no conozco personalmente al señor Gerardo Estrada, pero tiene una trayectoria profesional respetable, tampoco conozco a Gabriel Guerra, pero es un hombre que conoce —a diferencia del gobierno local— asuntos de relaciones internacionales. Por Guillermo Osorno sí pongo las manos al fuego porque es un amigo personal. Publicó dos artículos muy fuertes en El Universal en contra de ese esperpento y creo que la decisión que se va a tomar, sin duda, será por sentido común. Esto no es una querella contra el pueblo azerí. Sería una señal muy positiva que quitáramos esas estatuas para apoyar a los azeríes que sufren desde 1993 esta dinastía corrupta e impune. Aquí tenemos situaciones similares de pobreza y vemos cómo la hija de Carlos Romero Deschamps se da una vida de jeque o la maestra Elba Esther Gordillo. Es algo que nos debe ofender y tenemos que actuar en consecuencia. Es una gran lección que deberá tomar en cuenta Miguel Angel Mancera.