Juan Antonio Rosado

Una de las zonas más flexibles de la literatura es el ensayo. Su libertad, apertura en cuanto a tratamiento de temas, pluralidad y diálogo con el otro son sólo tres rasgos si lo tomamos en su conjunto. Por ser literatura de ideas, su propósito es interrogar, persuadir, convencer, defender una postura e incluso engañar, falsear, confundir, pero la función primordial de su lenguaje es estética, ya que desea impactar al lector por su belleza. En México, el ensayo tiene ya una larga trayectoria y cientos de cultivadores de calidad, que lo han consolidado como un género sin poética definida, sin modelos incuestionables. Entre los últimos libros de ensayos publicados, llama la atención Kant y los extraterrestres, de Juan Pablo Anaya, quien desde el título conjuga dos grandes mitos: la supuesta racionalidad y la hipótesis surgida de un acto de fe, de una creencia.
Los ensayos de Anaya se centran en la subjetividad y a menudo combinan la narración con la reflexión. Tal vez la tónica de este libro sea la función lúdica. Así como Klossowski tiene un ensayo sobre una novela inexistente, o Stanislaw Lem publicó reseñas sobre libros que no existen, o Macedonio Fernández y Borges, su discípulo, introducen citas falsas, Anaya juega con la cultura en sentidos similares. El lector, por un lado, se enfrenta con reflexiones sobre un clásico de la ciencia ficción: Blade Runner; por otro, con la personificación de ensoñaciones y experiencias con el tiempo, que urden la memoria del libro. El ensayo “Kant y los extraterrestres” es producto de un obsesionado ovnílogo y parodiante de Marx. Sólo le cuestionaría el concepto de homo sapiens (se ha descubierto que este ser no existe sino en escasos racimos, y que lo prevaleciente es el homo rationis capax). Tampoco concuerdo con lo expresado sobre el hedonismo que, de establecerse como máxima sería, para mí, la cúspide de toda perfección. Hay, sin embargo, varias ideas que me parecen decisivas; entre ellas: “La cultura de masas se constituye como un pastiche que echa mano de la historia del arte, y la vuelve una reserva de retazos con un potencial significado emotivo”.
Los cinco ensayos-ficción, ensayos líricos sobre la otredad que componen el libro, llenos de imágenes e intensidad narrativa, intentan desautomatizar el género por medio de análisis lejanos de las expresiones académicas de la filosofía de gabinete (o de aula). En otras palabras, inyectan a la nueva ensayística mexicana un hibridismo lúdico y refrescante.

Juan Pablo Anaya, Kant y los extraterrestres.
Fondo Editorial Tierra Adentro, México, 2012; 74 pp.