DE POLÍTICA RAZONADA

 

Y las autoridades se hacen de la vista gorda

 

La Naturaleza nunca hace nada sin motivo.

Aristóteles

 

Carlos Alberto Pérez Cuevas

Como si la naturaleza hubiese ideado un plan estratégico para desplegar con mucha fuerza y vigor su furia, y generar destrozos y afectaciones que han dejado incomunicados a poblados y municipios, lo mismo en el norte en Sinaloa o en el sur en Guerrero, Oaxaca o en cualquiera de los estados donde las lluvias y los fuertes vientos desencadenados por los fenómenos naturales Ingrid y Manuel han generado miles de familias afectadas, patrimonios perdidos, vidas cegadas en un instante, ríos desbordados, movimientos y deslaves de tierra, pueblos desaparecidos entre el lodo y el agua, miles y miles de damnificados, sin ropa, alimentos, y expuestos a todo tipo de insalubridad.

La realidad es que la naturaleza y sus fenómenos climatológicos no son planes preconcebidos para generar daños, son sólo fenómenos que se crean y suceden; predecir con total y absoluta certeza el comportamiento de la naturaleza es muy difícil, sin embargo en la actualidad existen mecanismos de medición atmosférica, tenemos centros especializados de monitoreo permanente que se encargan de observar y analizar los fenómenos meteorológicos; dependencias en todos los órdenes de gobierno encargadas de la prevención civil, de generar mapas de riesgo, rutas de evacuación y acciones a seguir durante las afectaciones a las comunidades.

Los daños son mayores porque pocas veces confluyen al mismo tiempo dos fenómenos climatológicos y desafortunadamente juntos Ingrid y Manuel fueron más peligrosos y dañinos; sin embargo lo que resulta más extraño es la lenta actuación de las autoridades. Sin duda los daños no hubieran podido evitarse, contra la furia de la naturaleza poco se puede hacer, pero un buen programa de prevención y alerta hubiera logrado salvar más vidas y patrimonios; si los protocolos de evacuación se hubieran implementado con el tiempo necesario, se hubiera ayudado a las comunidades en riesgo; eso sí estaba en manos de las autoridades de todos los niveles de gobierno.

 

Esto era lo que se tenía que hacer de manera inmediata, pero hay muchas otras acciones que la autoridad tendrá que realizar —si es que lo hace— una vez que la tragedia ha sobrevenido; tendrá que evaluar el actuar de las autoridades encargadas de prevención y protección civil y en su caso sancionar las omisiones o acciones negligentes. Tendrá que revisar y poner orden en asentamientos irregulares en las riberas de ríos, laderas de montañas, obras irregulares asentadas sobre terrenos no aptos para ello; muchas autoridades han demostrado que se hacen de la vista gorda o simulan no saber los antecedentes, en lo único que no han reparado es que la naturaleza tiene memoria y siempre hará uso de los cauces o los espacios que le pertenecen.

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