Foto: Shutterstock.

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Susana Hernández Espíndola

Admirado como el edificio más alto del mundo durante más de cuatro décadas, desde su finalización, en 1931, hasta 1972, cuando fue sobrepasado por la Torre Norte del World Trade Center, el cual fue inaugurado el 4 de abril de 1973, en el Empire State de Nueva York, todas las cosas son posibles, hasta las que parecerían increíbles.

Este 14 de enero, por ejemplo, la administración de la emblemática construcción anunció que demandó al conocido fotógrafo editorial y de modas, Allen Henson, reclamando una suma fuera de la realidad: 1 millón 100 mil dólares. ¿Por qué? Simplemente porque en agosto pasado el artista sostuvo una sesión fotográfica en la terraza de observación de esa gran mole con la modelo texana Shelby Carter, quien, desenfadada, no tuvo ninguna objeción para mostrar sus senos.

A pesar de que en Nueva York no constituye un delito o falta si una mujer sale a la calle topless, la parte acusadora sostiene que Henson no solicitó permiso ni advirtió a los propietarios sobre sus intenciones de tomar ahí esas fotografías, lo que constituyó un acto inapropiado en un edificio de tanta atracción familiar y turística.

Henson aseguró en su defensa que la vista desde el lugar es tan impresionante que le pareció que nadie prestaría atención a la sesión fotográfica, y mucho menos cuando no utilizó comercialmente las fotos, como alega la demanda.

Al margen de las polémicas mercantiles, con sus 449 metros de altura el Empire State recuperó su supremacía como el edificio más alto de Nueva York, tras el derribo de las Torres Gemelas durante los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. Ese título lo volvió a perder el 30 de abril de 2012, con la erección del One World Trade Center. En la actualidad, aparte de que se le considera una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, es el cuarto edificio más alto de los Estados Unidos (después del propio One World Trade Center y la Torre Willis y el Hotel Trump International, ambos de Chicago) y el vigésimo cuarto rascacielos más alto del mundo.

No obstante, no es su tamaño colosal, sino sus sorprendentes historias las que siguen maravillando a propios y extraños.

Shelby Carter en el Empire State. Foto: Allen Henson.

Shelby Carter en el Empire State. Foto: Allen Henson.

 

Símbolo de modernidad

A principios del siglo pasado, en Estados Unidos, nación en vertiginoso desarrollo, el aumento de la población urbana y el crecimiento de la industria y el comercio originaron la necesidad de construir edificios cada vez más grandes, no sólo de apartamentos, sino para fábricas, oficinas, almacenes y tiendas.

Los rascacielos fueron surgiendo en las primeras dos décadas de esa centuria y modelaron el característico perfil de ciudades como Chicago y Nueva York, que albergan hoy los inmuebles más altos del planeta.

El terreno en el que se ubica el Empire State, en la Quinta Avenida, esquina con la Calle 34 Oeste, en el corazón de la “Gran Manzana” (Nueva York), empezó a ser horadado hace 84 años, el 22 de enero de 1930, y la construcción del propio edificio comenzó simbólicamente el 17 de marzo (día de San Patricio) terminándose en un tiempo record, el 1 de mayo de ese mismo año. Con una altura original de 381 metros, fue la estructura más grande del mundo en su tiempo y sobrepasó por 63 metros al edifico Chrysler, también ubicado en Nueva York, que fue levantado de manera simultánea.

Hecho de acero y cemento, y revestido exteriormente con piedras de la famosa cantera Empire, de Indiana, el edificio constituye un símbolo de modernidad. Su actual altura se debe a una antena de televisión que le fue colocada el 1 de mayo de 1951.

Aunque el edificio fue concebido también como plataforma para dirigibles o zeppelines en su piso 102, con un embarcadero de pasajeros en el mirador del piso 86, donde Henson tomó sus controversiales fotografías, la idea fue desechada tras la espectacular destrucción del USS Akron (ZRS-4), el 4 de abril de 1933, durante una tormenta en la costa de Nueva Jersey, con un saldo de 73 personas muertas.

Si bien hubo tres intentos para que la mole sirviera efectivamente como atracadero de dirigibles, uno de los cuales logró permanecer atado 3 minutos al edificio, fue en la película de ficción “Sky Captain and the World of Tomorrow”, protagonizada por Gwyneth Paltrow, Jude Law y Angelina Jolie, donde cumplió esa función.

Foto: Revista Modern Mechanics, agosto de 1930.

Foto: Revista Modern Mechanics, agosto de 1930.

 

Estrella de cine

Hablando de cine, el Empire State se convirtió en una estrella como protagonista de la película de 1933, “King Kong”, obra maestra de fotografía especial de trucos y efectos. El filme mostró a un gorila de 15 metros de altura que, al huir de sus captores, quienes lo llevaron desde una isla exótica hasta Nueva York, supuestamente asciende por uno de los costados, llevando a una muchacha (Fay Wray) sujeta en una de sus extremidades. Luego de colocar a la chica en una cornisa, King Kong trata de derribar a un grupo de aviones que le disparan con ametralladoras hasta que lo abaten y el primate se precipita al vacío.

En el cincuentenario del estreno de esa película, una empresa de California, especialista en la manufactura de globos, fue contratada para construir, junto con el artista Robert Vicino, una réplica del gorila y, el 7 de abril de 1983, el modelo del monstruo, de 27 metros de altura, empezó a ser elevado en el Empire, en medio de un gran aparato publicitario.

En esta ocasión, sin embargo, no hubo disparos de ametralladoras, sino fuertes vientos que enredaron los cables que sujetaban al King Kong inflable e hicieron que se rasgara su piel de plástico.

A pesar de todas las dificultades, varios días después el globo fue colocado en la punta del edificio, mientras que en el vestíbulo se exhibía la película original.

Pese a que el Empire State no apareció en el remake de “King Kong” de 1976, protagonizado por Jessica Lange, el gorila volvió a escalar el Empire State en la versión de 2005, llevando secuestrada a Naomi Watts.

El Empire State ha aparecido en una gran cantidad de películas, entre ellas: “Love Affair”, de 1939, y sus múltiples versiones posteriores; “Empire”, de Andy Warhol, dedicada por completo a la estructura y preservada en la Biblioteca del Congreso; “Percy Jackson & the Olympians: The Lightning Thief”, “Fail-Safe”, “The Producers”, “The Time Machine” e “Independence Day”, donde es destruido por una nave alienígena.

El rascacielos también ha sido visto en un sinnúmero de cortometrajes de dibujos animados y series de televisión, incluidos varios capítulos del popular programa británico, “Dr. Who”, quien perseguido por los villanos Daleks, tiene algunas aventuras en el edificio.

Foto: Promoción de King Kong, 1933.

Foto: Promoción de King Kong, 1933.

El avionazo de 1945

El Empire State fue escenario también de un accidente aéreo, el cual tal vez inspiró los ataques con aviones a las Torres Gemelas de Nueva York, en 2001. El sábado 28 de julio de 1945, un bombardero B-25, piloteado por el teniente coronel William Franklin Smith, que volaba desde la base de Dakota del Sur hasta Nueva Jersey, en compañía del sargento Christopher Domitrovich y el maquinista de aviación Albert Perna, se perdió en la niebla y se estrelló en la parte norte del edificio, entre los pisos 79 y 80, dejando un saldo de 14 muertos, 26 heridos graves y daños materiales valuados en 1 millón de dólares. Parte del motor del avión salió por el costado sur del inmueble y siguió hasta la siguiente manzana, causando el incendio de otro edificio. Algunos inmuebles más fueron dañados por el tren de aterrizaje, mientras que la otra parte del motor y el resto de la nave se desplomaron por el cubo de un ascensor, provocando fuego en distintos niveles del rascacielos.

La catástrofe pudo haber sido mucho más grave, pero, en virtud de que era fin de semana, sólo había mil 500, de las 16 mil personas que diariamente laboraban en la estructura. Abajo en las calles, que desde entonces son de las más concurridas del mundo, apenas hubo heridos leves a pesar de la lluvia de fuego y de escombros.

Durante el desastre se dieron varios casos de heroísmo, pero el más importante fue el de un joven estudiante de Brooklyn, de 17 años, Herbert Fabian, quien en forma intrépida tomó uno de los elevadores para ir al rescate de 20 personas atrapadas entre los pisos 30 y 40.

No obstante y que el accidente del B-25 despertó la conciencia sobre el peligro de los vuelos a baja altura sobre Nueva York, casi un año después otro avión estuvo a punto de chocar contra el Empire State. El 20 de mayo de 1946 un bimotor de transporte C-45 de la Fuerza Aérea también se perdió en la niebla, logrando esquivar el rascacielos, pero fue a estrellarse contra el piso 58 de otro inmueble de Wall Street. El accidente provocó la muerte de los cuatro tripulantes y, por fortuna, ocurrió cuando el edificio, de 70 pisos y conocido hoy como el Trump, estaba vacío.

El Empire State, tras el choque del B-25. Foto: Bettmann.

El Empire State, tras el choque del B-25. Foto: Bettmann.

Sobreviviente dos veces

La historia más increíble de supervivencia en el Empire State, la protagonizó, en dos ocasiones, Betty Lou Oliver, quien, a sus 20 años de edad, se desempeñaba como elevadorista, cuando el avión B-25 se estrelló contra el edificio.

Betty cumplía su último día de trabajo en el rascacielos, precisamente el 28 de julio de 1945. Al llegar al piso 75, súbitamente el choque y la explosión del avión la lanzaron hacia uno de los pasillos, que comenzó a arder en llamas. Milagrosamente fue salvada por otras dos mujeres que huían del fuego, aunque resultó con severas quemaduras. Estas personas le proporcionaron los primeros auxilios y la depositaron en otro elevador para bajarla.

Cuando el aparato iniciaba el descenso, los cables se reventaron tras el golpe de la parte del motor que cayó por el cubo y fue arrastrado al vacío. Betty sobrevivió también a la caída, aunque tuvo que ser rescatada de entre los fierros retorcidos, con la ayuda de sierras, y con la espalda y ambas piernas fracturadas.

Su recuperación ocurrió en menos de ocho meses, al término de los cuales se mudó a Arkansas, en donde falleció 54 años después, el 24 de noviembre de 1999.

Betty Lou Oliver, tras el avionazo en el Empire State. Foto: Hallieephron.com.

Betty Lou Oliver, tras el avionazo en el Empire State. Foto: Hallieephron.com.

Los incendios

El Empire State cuenta con un sistema especial de distribución de agua, que alimenta unas 400 conexiones para mangueras contra incendios. Aún así, un siniestro importante se registró ahí, el 12 de agosto de 1988, en la planta 86, cuando se hallaban de visita mil 500 turistas. La acción rápida de unos 200 bomberos y una evacuación en perfecto orden de los, en ese entonces ya 25 mil oficinistas, previnieron una tragedia, puesto que el fuego, que no causó víctimas, quedó controlado en sólo media hora. El mismo día, otro incendio se declaró en el piso 102, pero fue sofocado casi de inmediato por los bomberos que aún estaban en la estructura.

El último incendio que sufrió el coloso fue el 16 de julio de 1990, con un saldo de 39 personas heridas, entre ellas nueve bomberos.

Según el Departamento de Bomberos de Nueva York, el fuego se originó en el piso 51, en cuatro oficinas desocupadas en el sector sur del inmueble, próximas a las instalaciones de la firma RCA Video and Academy Productions, y afectó también parte del piso 52.

Pese a que fueron enviados 150 bomberos y más de cien vehículos especiales para extinguir lo antes posible las llamas, el fuego no pudo ser controlado hasta dos horas después de darse la alarma.

El incendio provocó un terrible, caos vial en el centro de Nueva York, ya que se tuvo que acordonar la zona por el gran número de cristales rotos que caían desde lo alto del inmueble.

El martes 17 de julio, la Corte de Justicia de Manhattan recibió dos denuncias del Departamento de Bomberos contra el subdirector de operaciones del Empire State, Gordon Sestan. La primera, porque el sistema de alarma no logró dar aviso a la compañía Sistemas de Protección AFA, una estación que pasa llamadas de emergencia a los equipos de socorro, y la segunda, porque el director de seguridad del edificio no estaba en su puesto cuando se inició el siniestro.

En 1998, en prevención de los incendios se instaló un sistema de advertencia acústica y orientación luminosa de última tecnología.

Foto: Shutterstock.

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Tiroteos

Entre las tragedias que han ocurrido en el Empire State, sobresalen dos grandes tiroteos que se produjeron en su interior o fuera del edificio.

El 23 de febrero de 1997, Ali Hassan Abu Kamal, un profesor palestino, descontento con el apoyo que Estados Unidos brindaba al gobierno de Israel, disparó contra siete personas que se hallaban de visita en la plataforma de observación del piso 86, matando al guitarrista danés Christoffer Burmeister, integrante de la banda Bush Pilots. El agresor se suicidó después de un tiro en la cabeza.

El 24 de agosto de 2012, en la acera de la Quinta Avenida, afuera del edificio, Jeffrey Johnson, un diseñador de accesorios femeninos que había sido despedido de su trabajo un año antes, mató a balazos a Steven Ercolino, vicepresidente de la compañía en la que laboraba.

La policía logró cercar al tirador, al que le dispararon en 16 ocasiones causándole la muerte. Nueve personas presentes, la mayoría de las cuales se encontraban en el vestíbulo del Empire State, fueron alcanzadas por fragmentos, aunque tres fueron impactadas directamente por balas perdidas.

Christoffer Burmeister, guitarrista de Bush Pilots, asesinado en el Empire State. Foto: C.C.Haslund-Christensen.

Christoffer Burmeister, guitarrista de Bush Pilots, asesinado en el Empire State. Foto: C.C.Haslund-Christensen.

“El Suicidio más Bello”

A lo largo de los años, alrededor de treinta personas se han suicidado o han intentado suicidarse, arrojándose sobre Nueva York desde lo alto del Empire State.

El primer suicidio se produjo durante la construcción de la torre. Fue el de un trabajador anónimo que había sido despedido.

En 1947, tras de que cinco personas intentaron lanzarse al vacío en un lapso de tres semanas, una valla fue dispuesta alrededor de la terraza de observación en el piso 86. El 1 de mayo de aquel año, Evelyn McHale, una muchacha de 23 años de edad que había sufrido una decepción amorosa, saltó a su muerte desde ese nivel. A este sacrificio se le conoció como “El Suicidio más Bello”, al publicarse una extrañamente hermosa imagen de la difunta, el 12 de mayo, en la revista Life. La gráfica, tomada por el aprendiz de fotógrafo Robert Wiles, mostraba el cuerpo, milagrosamente intacto de Evelyn, sobre el techo de una limusina de las Naciones Unidas estacionada en la acera.

La policía encontró una nota de la muchacha, entre las pertenencias que dejó en el lugar desde el cual saltó, la cual decía: “El es mucho mejor sin mí… Yo no sería una buena esposa para nadie”.

La foto de Wiles fue usada después por el artista visual Andy Warhol, en un grabado titulado “Suicide (Fallen Body)”.

Evelyn McHale. Foto: Robert Wiles/Life.

Evelyn McHale. Foto: Robert Wiles/Life.

Salvados por el viento

Increíblemente, dos personas han sobrevivido al vuelo desde el Empire State, gracias al propio viento. El 2 de diciembre de 1979, Elvita Adams, víctima de una depresión, se lanzó desde la terraza del piso 86, pero una fuerte corriente de aire la llevó de vuelta al edificio, en el nivel 85.

La mujer, de 29 años y vecina del Bronx, había perdido su trabajo y su casero estaba tratando de desalojarla a ella y a su hijo de diez años.

Elvita fue rescatada de una ventana de la que quedó colgada, por el guardia de seguridad Frank Clark, quien la oyó quejarse por su pelvis rota.

Algo similar le ocurrió, el 24 de abril de 2013, a Nathaniel Simone, quien saltó desde el piso 86 y también fue devuelto por el viento al piso 85, con sólo un tobillo roto.

El hombre de 33 años, originario de Massachusetts, fue detenido por la policía bajo los cargos de conducta inapropiada; invasión de la propiedad privada, ya que el Empire State se hallaba cerrado, y por poner en peligro la seguridad de la población.

Elvita Adams y Nathaniel Simone. Fotos: Nik Archives y Daily Entertainment News.

Elvita Adams y Nathaniel Simone. Fotos: Nik Archives y Daily Entertainment News.

Vienen más gigantes

La altura del Empire State muy pronto será anecdótica, ya que actualmente en Nueva York se construyen al menos siete edificios de súper lujo, que serán aún más altos. El gigante, de 426 metros, será el inmueble que ocupa el número 432 de Park Avenue, sitio en el que se hallaba el demolido Hotel Drake. Quedará terminado en 2015.

El reinado de este rascacielos durará hasta 2018, porque la obra que se lleva a cabo en el 225 de la Calle 57 Oeste, tendrá 472 metros y se convertirá entonces en el edificio residencial más elevado de todo Estados Unidos, y posiblemente el más caro. Un solo departamento, costará ¡95 millones de dólares!