Como director huésped de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), el músico mexicano Jorge Armando Casanova celebrará 30 años de trayectoria, los días 17 y 18 de mayo en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli, en esta ciudad.

“Ha sido toda una vida, 30 años como concertino en la OFCM no ha sido fácil, ha sido todo muy fuerte desde que entré a la agrupación, la cual es una excelente orquesta”, afirmó el músico.

Al tomar el reto de ser la mano derecha del director, dijo, uno tiene que estar tan bien preparado, pues debe poder controlar a la orquesta y llevar las ideas del director a los músicos, a fin de que hagan los golpes de arco, “es decir, que toda la técnica del instrumento se iguale como las cuerdas y, a veces, los alientos”.

“Se trata de igualar la forma de tocar de toda la orquesta y, bueno, también vienen los solos, pues como me decía un maestro: Es más difícil ser un concertino que un solista, porque un solista se prepara para tocar el concierto y, en teoría, uno debe hacer lo que quiere, aunque no siempre pasa”, expuso.

Casanova, quien desde hace siete años es titular de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Juárez de Estado de Durango, mencionó: “Me atrevo a pararme frente a una orquesta y me he atrevido siempre, porque ya tengo la experiencia de estar en la OFCM 30 años, de éstos, cuatro años han sido en Bellas Artes, cinco en Europa y uno en el Estado de México”.

El programa con el que Casanova festejará su trigésimo aniversario se compone de las piezas “Obertura festiva”, de Camargo Guarnieri; “Escenas alsacianas”, de Jules Massenet, y “Sinfonía No. 5”, de Alexander Glazunov.

“Yo seleccioné ese programa que casi no se toca. La obra de Guarnieri fue un descubrimiento que hice al escuchar la radio, me encantó y dije tengo que conseguir esa pieza contemporánea; el compositor es de 1903-1993”, señaló.

Sobre la pieza de Massenet, que está conformada por cuatro movimientos, refirió que ilustra momentos de un pueblo de nombre Alsacia, como un domingo en la mañana, el cabaret en París y el descanso en la tarde bajo la neblina.

El concierto cerrará con la ejecución de una obra poco interpretada, la de Glazunov, que tiene un estilo muy Piotr Ilich Chaikovski; “para mí, es una pieza maravillosa por su sentimiento melancólico y brillante”, concluyó.