Juan Pablo Aguirre Quezada Doctor en Humanidades por la Universidad Latinoamericana.

Juan Pablo Aguirre Quezada
Doctor en Humanidades por la Universidad Latinoamericana.

“Las culturas y las personas están siempre en movimiento y cambian, no sería capaz de decirte qué es lo tradicional de África o de mi país o de mi gente”. Emmanuel Boundzéki Dongala

La República de Guinea Ecuatorial está ubicada en la región de África Occidental, con cerca de 300 kilómetros de línea de costa en el océano Atlántico en los límites territoriales con Gabón y Camerún.

Es uno de los países africanos más pequeños en territorio con poco más de 28 mil kilómetros cuadrados y una población aproximada de 1.6 millones de habitantes. Es importante señalar que este país y el Sahara Occidental son los únicos en África cuya lengua oficial es el español.

Entre los datos macroeconómicos a resaltar es que el Producto Interno Bruto (PIB) de esta nación era de 26 mil millones de dólares en 2011, lo que da un indicador per cápita de 19,300 dólares anuales, uno de los más altos en la región subsahariana.

Sin embargo, en ese mismo año, su Índice de Desarrollo Humano (IDH) era de 0.554, ligeramente mayor al promedio de los países de la región por lo que era catalogado como IDH medio.

China y Guinea Ecuatorial, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), tuvieron el ingreso per cápita anual mayor a 9%, situación que propició que la renta per cápita se incrementara de 330 a 5,600 dólares por habitante de 1990 a 2000, y casi se triplicó en 2011. Sin embargo, la realidad en Guinea es que tres de cada cuatro habitantes, el 76.8% de la gente, están por debajo de la línea de pobreza ya que viven con menos de dos dólares diarios.

Riquezas naturales mal distribuidas

En los últimos años, este país destacó por los yacimientos comprobados de gas natural, lo que generó una fiebre por invertir en los negocios de este hidrocarburo.

De acuerdo a diversos estudios geológicos y de ingeniería realizados en 2011 en Guinea, se estima que las reservas probadas de este energético son alrededor de 231 mil 464 millones de barriles de petróleo; sin embargo, la producción es ya una realidad y durante 2009 la producción ascendió a 39 mil 625 millones de barriles de petróleo.

Además, los hallazgos de petróleo permitieron que en poco tiempo esta pequeña nación se convirtiera en el tercer productor de África, retando a las potencias tradicionales de la región como Nigeria, Libia o Argelia, con una producción diaria de 250 mil barriles de crudo.

De acuerdo al Fondo Monetario Internacional (FMI), Guinea Ecuatorial posee 4.3% de las reservas mundiales de petróleo, lo que ha atraído las inversiones de países como China, Francia, Líbano o España, entre otros, además de contar con Estados Unidos de América como principal socio comercial.

No obstante, en los últimos años el volumen de la extracción ha disminuido, ya que en 2005 el record fue de 358 mil barriles diarios, situación que permitió que el gobierno de dicho país subsahariano proyectara la puesta en marcha de un programa de desarrollo social con metas para el año 2020.

La gran brecha de desigualdad: la dictadura

La realidad es que la producción petrolera de Guinea Ecuatorial no se ha distribuido en toda la población y la desigualdad es muy grande.

El país tiene oleoductos pero aún existen deficiencias en las vías de comunicación. Diferentes organizaciones internacionales han informado de graves problemas sociales como violaciones a los derechos humanos, falta de transparencia, faltas a la libertad de prensa, trata de personas, corrupción, entre otros.

Si bien Transparencia Internacional no incluyó a esta nación en su índice sobre la corrupción en 2014, otras organizaciones como Human Rights Watch afirmó en su informe mundial 2014 que los habitantes de Guinea Ecuatorial padecen los efectos de la dictadura de Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, quien gobierna al país desde hace 36 años.

Transparencia Internacional señala que la mayoría de la población está sumida en la pobreza, la represión y la corrupción, mientras que una pequeña élite que rodea al presidente vive en abundancia gracias a los ingresos de la población.

El estudio también refiere que el Gobierno de esa demarcación se caracteriza por una pésima gestión de los fondos públicos, y el sistema judicial cometió abusos delicados como juicios injustos o detenciones secretas o arbitrarias.

Estas características enumeradas por Transparencia Internacional también inciden en los derechos democráticos, ya que en los comicios de mayo de 2013 el partido gobernante obtuvo una victoria holgada pero sin credibilidad por parte de la oposición, ya que hubo restricciones a las funciones de los observadores electorales internacionales, las fuerzas del orden arrestaron a lideres sociales e inhibieron las protestas. Ejemplo de ello fue que el hijo mayor del presidente fue elegido al cargo de senador, por lo que fortalece su posición como sucesor al máximo cargo político de Guinea Ecuatorial.

Otros problemas sociales que existen en esta nación subsahariana es que sólo 3% del presupuesto se destina a los rubros de salud y educación, dos elementos prioritarios para el desarrollo humano y que inciden como factores para la pobreza multidimensional.

En contraste, 22% es usado para gastos de la administración pública y más de la mitad del dinero para infraestructura y los medios informativos carecen de libertad para la prensa y no pueden criticar abiertamente al gobierno por temor a represalias.

En suma, estas características crean una brecha de desigualdad enorme entre los diferentes estratos sociales.

El petróleo garantizaría el desarrollo

Guinea Ecuatorial tiene el gran reto de aprovechar el bono petrolero que actualmente tiene en desarrollo social que le permita tener mejores condiciones de vida para su población y no depender exclusivamente de los ingresos por venta de petróleo y gas natural.

La esperanza de vida al nacer aún es baja en esta nación con indicadores de 57 años para la mujer y 54 para los hombres. Además los derechos políticos en la población aún es un tema pendiente.