Rodolfo Mata

Ricardo Muñoz Munguía

Todo sucede afuera: la brisa, la luz, el ruido, la tempestad, el tiempo, los rumores de la calle…, y todo se vuelve instante en que el poeta anuda las imágenes para que éstas imperen en el territorio de los sentidos.

Rodolfo Mata, investigador del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, expone en su volumen Doble naturaleza (Parentalia, México) escenas que parecen alejarse, donde lo estático se duele: “Con sus navajas/ bajo el brazo/ avanzan/ invadiendo el momento/ en que me veo/ anclado/ frente al oleoso mar/ y la brisa/ de golpe/ me deja/ sin sombra”. El tiempo es una mención constante, que va más allá de los meses que señala en sus versos, es, más bien, un camino que parece desgajar la fe: “Un grupo de santos atraviesa el desierto/ con el sol ardiendo sobre sus cabezas/ como una corona// En los caminos pedregosos/ toda la lluvia fue absorbida/ por unas raíces blancas y abotagadas”.

Autor de varios libros de poesía, entre ellos Parajes y paralajes y Qué decir, Mata cierra el volumen que hoy nos ocupa con el poema visual “Lemniscata existencial”. Su labor también está inmersa con las imágenes, y con ellas ha hecho una combinación entre poesía y fotografía; de ahí ha nacido también sus “videopoemas” y ha montado la instalación de imágenes digitales “Vestigios en la caverna”.

Doble naturaleza, poemario que incluye textos en portugués (la mayoría de ellos con su traducción al español), es una expresión del tiempo, por donde sombras, agua, colores…, recorren entre el día y la noche, entre el dolor y la desesperanza, lo más nítido de soliloquio con el todo, todo lo que sucede afuera.

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