Entrevista con Víctor Poleo/Ingeniero y profesor en la Universidad Central de Venezuela

Gerardo Yong

En 1944, un ingeniero brasileño de nombre Norberto Odebrecht Pernambuco fundó en Salvador de Bahía la compañía constructora Odebrecht. La firma se especializó no sólo en construcción inmobiliaria, sino en infraestructura vial, energética y petroquímica. Sus especialización hizo que se crearan divisiones tales como Odebrecht Óleo e Gás, Odebrecht Realizações Imobiliárias y Odebrecht Ambiental.

En gran parte, su éxito depende de las concesiones que le hicieron diversos gobiernos brasileños, incluyendo los del periodo de la dictadura en ese país; situación que mostraba su gran adaptación a cualquier ambiente político que hubiera. Su poderío se consolidó durante este siglo por la ola de países llamados “progresistas”, principalmente durante el gobierno de Inacio Lula da Silva, quien asumió el poder el 1 de enero de 2003, en lo que parecía ser un gran contrapeso de Hugo Chávez, quien estaba al frente de Venezuela desde 1999.

Con su llegada al poder, Lula comenzó a tejer una maraña que dio cobijo a varios países sudamericanos como Argentina, Ecuador y Bolivia, a través de apoyar las candidaturas de políticos de izquierda para crear el frente del “socialismo del siglo XXI”; que por cierto es una frase adjudicada al sociólogo alemán radicado en México, Heinz Dieterich.

Odebrecht creó un entramado de negocios muchas veces subvirtiendo voluntades y gobiernos para consolidar megaproyectos de infraestructura en su zona de confort ubicada en centro y sudamericana.

A partir de 2016, coincidiendo con el proceso de impeachment de la presidente brasileña Dilma Roussef, la firma comenzó a estar bajo la lupa por supuestos delitos como corrupción, evasión de divisas, organización criminal y lavado de dinero. Un panel de investigadores determinó que sus operaciones se incrementaron bajo la sombra del presidente Luiz Inacio Lula da Silva en el marco de la Operación Autolavado y fue entonces cuando el juez Sergio Moro emitió órdenes judiciales contra varios ejecutivos de la megafirma.

 

En 17 países

Para el analista internacional e ingeniero Víctor Poleo Uzcátegui, las garras de Odebrecht se extienden no sólo a Brasil y a Venezuela, sino a otros 17 países, incluyendo México.

El experto comentó a Siempre! que la firma brasileña operó bajo la sombra de los gobiernos izquierdistas, cuyo liderazgo se establecía desde Cuba y se concretaba a partir de la alianza Venezuela-Brasil creando un entorno de “gobiernos amigos” al que se sumaron otros que, sin ser de izquierda, coqueteaban con el bloque por los favoritismos económicos.

¿Cómo considerar el caso Odebrecht?

Ya indiciado en el caso LavaJato (Hidrojet en traducción libre) por sobornos a las clases políticas brasileñas, “de izquierda” las más y medrantes en Petrobras, y ya luego cuando encarcelado en 2015, Marcelo Odebrecht diría: “Sendas celdas esperan por Lula y Dilma”. Marcelo admitió así el delito penal de colusión entre funcionarios públicos y su corporación para estafar a Brasil. Y no sólo a Brasil, Odebrecht hizo metástasis en 17 otros países y a continuación cómo sucedió.

La inusual oleada de altos precios del petróleo durante los años 2004-2013 contribuyó para Venezuela una factura de un millón de millones de dólares. Hugo Chávez y su “socialismo del siglo XXI” (frase autoatribuida de Heinz Dieterich, “intelectual” de la Universidad Autónoma la de Ciudad de México) hicieron de la renta petrolera venezolana el epicentro de una colosal estafa a la misma Venezuela y, por extensión, nutrieron de renta petrolera venezolana estafada a una variopinta de “gobiernos amigos” en Latinoamérica y el Caribe.

Nutrir de renta petrolera venezolana a “gobiernos amigos” significó envilecerlos y corromperlos, todo ello pieza de un inequívoco guión habanero.

Entre los “gobiernos amigos” (de la renta petrolera venezolana) destacan Lula da Silva en Brasil y la parejita Kirchner en Argentina, mientras que otros actores de reparto son la Bolivia de Evo Morales, el Ecuador de Rafael Correa y la Nicaragua sandinista; en adición hay otros países del Caribe cuyos magnificados votos en foros internacionales son inversamente proporcionales a su tamaño geográfico. Buena parte de ellos “socialistas” de ocasión, tales Guyana exbritánica y otros franco/patuá/holandés/inglés parlantes.

Nótese que el Partido de los Trabajadores llega al poder con Lula luego del gobierno de Fernando Henrique Cardozo, genuino y honesto socialista, sociólogo-investigador de destacada formación intelectual, quien tuvo el gran logro de ordenar la caótica economía brasileña de los años 80-90. Hay que poner hincapié también en la parejita Kirchner, el último tango del peronismo-populismo que ilusionó “descamisados” desde los años cuarenta.

 

Marcelo Odebrecht

Corporación sin ética

¿Cuándo empezaron los “privilegios” de Odebrecht?

A partir del 2003, Chávez —ese teniente coronel de formidable maquinaria verbal, mago de ilusiones y desestructurado mentalmente, es presa política del ayatolah del Caribe: Fidel Castro— y es en este precariamente descrito contexto en el cual se ubica Odebrecht, todo en su favor para tragarse la renta petrolera venezolana: Lula-socialista+Chávez-socialista+Kirchners-socialistas con libreto de Cuba-socialista.

El caso Odebrecht, en síntesis, es el de una corporación sin ética al servicio de una gavilla latinoamericana de clases políticas “de izquierda” sin ética.  Una gavilla con sede política en el Foro de Sao Paulo y sede operativa en La Habana.

El objetivo de Odebrecht como engranaje del delito es el de depredar renta petrolera venezolana y dineros de muchas instituciones financieras nacionales e internacionales, de Brasil y de Venezuela, en particular,  agenciando y repartiendo dinero a los “gobiernos socialistas”, a las nomenklaturas del PT, del PSUV… y para la misma Odebrecht y sus asociados.

Vano intento: el sistema judicial brasileño decodificó a tiempo el envilecimiento “socialista” de Brasil. No es así el caso de Odebrecht-Venezuela.

 

Contratos por asignación directa

¿Cómo operaba esta firma y qué proyectos en infraestructura han sido los más escabrosos que ha realizado esta empresa a nivel regional?

Odebrecht-Lula en Venezuela procedía a “contratar” por asignación directa con su par “Chávez-socialista” un conjunto de grandes proyectos de ingeniería, los de transporte por 6 mil 870 millones, simultáneos en 2007, inconclusos todos y sobrefacturados, y el que nos ocupa: la hidroeléctrica Uno de esos proyectos es el de Tocoma en el Bajo Caroní. El rio Caroní en la Guayana venezolana, mil kilómetros al sur de Caracas, es excepcional en potencial hidroeléctrico. La ingeniería venezolana destacó por su planificación y operación de un sistema eléctrico de singular calidad.  El “socialismo del siglo XXI” arruinó la escuela y conocimientos de ingeniería al entregarlos a aventureros cubanos, chinos, argentinos y brasileños.

En la segunda mitad del siglo XX se desarrollaron tres grandes hidroeléctricas, entre ellas Guri, entonces la mayor del mundo a la par de Itaipú en Brasil, pero ahora superadas por las Tres Gargantas en China. A Odebrecht se le confió la construcción de las obras civiles, presa y casa de máquinas de Tocoma, aún cuando esta firma ni siquiera había calificado en anteriores licitaciones.

En Tocoma, Odebrecht nos mostró su verdadero oficio tecnológico-ingenieril: escalar costos, sus fórmulas de escalamiento ya son legendarias.

Como resultado Tocoma es ahora una hidroeléctrica inconclusa e imposible de terminar, al tiempo que los argentinos de IMPSA operan con turbinas que no saben ni pueden fabricar. El efecto de Tocoma inconclusa es devastador: es energía eléctrica no generada desde 2012 en una Venezuela que ya sufre de carencias eléctricas. (Ver gráfica Tocoma).


Odebrecht, la llave del chavismo (Cabeza)

Según el ingeniero Eduardo Páez Pumar, de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, el caso Odebrecht es sólo la punta del iceberg de las contrataciones públicas país a país, por asignación directa. En entrevista con Siempre!, afirmó que esta firma de origen brasileño básicamente operó desde Venezuela usando los grandes recursos petroleros de ese país para el fomento de una política social sustentada en cuatro ejes: el desarrollismo democrático regional, la economía de equivalencias, la democracia participativa. Para la aplicación de estas políticas, el 20 de julio de 2005 se creó el Fondo Nacional para el Desarrollo Nacional (FONDEN, S.A.), cuya principal fuente de ingresos son los recursos recibidos de las exportaciones del petróleo. Debido a que esta institución financiera trabaja de forma independiente y no es fiscalizada por el Banco Central de Venezuela (BCV); sus fondos son usados para invertir en obras de infraestructura Nacional. Páez Pumar explicó que, con la finalidad de aportar ingresos al FONDEN, una parte importante de los recursos provenientes del petróleo no ingresaban al presupuesto nacional. Hugo Chávez determinó que se estableciera un precio del barril a efectos del presupuesto presentado ante la Asamblea Nacional, bastante inferior al real. Como consecuencia de esto en el periodo comprendido entre el 2008 y el 2012 no ingresaron al presupuesto nacional casi 200.000 millones de dólares, cuyo destino no lo conocen sino los muy altos jerarcas.

Contrataciones “amigas”

El experto señaló que, el marco del marco del eje del desarrollismo democrático regional del Socialismo del Siglo XXI, se inician una serie de contrataciones de grandes obras públicas, país a país, con naciones amigas del gobierno, las cuales se realizan sin licitación, por asignación directa y llave en mano sin que ningún tipo de emergencia las justifique, saltándose el mecanismo previsto por la ley de contrataciones públicas.

Esta situación hizo realmente un mercado de infraestructura muy apetecible para muchos países, principalmente ligados al proyecto chaviano del Socialismo del siglo XXI como empresas brasileñas, cubanas, españolas italianas, chinas, rusas, bielorrusas, iraníes, portuguesas, turcas, etc.

 

El modus operandi

Páez Pumar indicó que el hecho de no licitar las obras y asignarlas directamente a empresas extranjeras, impide la libre competencia y desplaza a un segundo plano a las empresas constructoras nacionales. “En líneas generales, al aplicar precios estandarizados a nivel mundial en costos en dólares por m2 de construcción, dólares por kilómetro de vía férrea, dólares por kilómetro de carretera, dólares por kilovatio, etc., los proyectos contratados en dólares son sustancialmente más costosos que en otras partes del mundo”. Esta situación creó un mercado de infraestructura muy apetecible para muchos países, principalmente aquellos ligados al proyecto chaviano del Socialismo del siglo XXI, entre las brasileñas se pueden mencionar por supuesto y en gran escala a Oderbrecht, pero también a otras como Grupo Camargo Correa, de Sao Paolo; Quiroz Galvão, de Río de Janeiro y Grupo Andrade Gutiérrez, de Minas Gerais, así como otras provenientes de distintos países.

Además señaló que en el sector ferroviario han participado empresas cubanas y chinas.

¿El resultado?

Luego de las declaraciones de Nicolás Maduro indicando que se culminaran “con trabajo nacional” las obras que llevaba en el país la empresa brasilera Odebrecht, ya que se había autodisuelto, queda claro que los contratos de las obras en ejecución por Odebrecht están suspendidos y la construcción será realizada por otras empresas. En opinión de Paéz Pumar, “cada una de estas obras contratadas a Odebrecht debe ser auditada técnica y administrativamente para definir el cierre de los contratos y las cantidades de obra pendientes por ejecutar. Una vez realizado este trabajo se debe proceder con licitaciones públicas de cada una de ellas, con la finalidad de contratar de forma transparente los trabajos faltantes para su terminación”, dijo el experto. “En las auditorías debe participar la Contraloría General de la República Bolivariana de Venezuela, y de encontrar irregularidades debe abrir un proceso judicial en contra de los culpables del mal manejo de los dineros públicos; incluido el sector financiero en el que participaron el FONDEN y FCCV y organismos como el BCV y PDVSA que han participado también en los préstamos”, puntualizó.

La marea turbia de Odebrecht

  • Existen al menos 77 funcionarios “arrepentidos” que aceptaron colaborar en las investigaciones sobre presunto abuso de poder político y económico realizado por Odebrecht.
  • Entre estos, se encuentra Marcelo Odebrecht, ex presidente de la firma indiciada.
  • Hildeberto Mascarenhas, que dirigía el Sector de Obras Estructuradas, confesó a que a esa oficina le apodaban “Departamento de Sobornos”.
  • El actual presidente brasileño Michel Temer está bajo la lupa por posible financiamiento de su campaña junto con Dilma Rousseff en 2014.
  • Según testimonios de Mascarenhas, Odebrecht destinó 3,390 mdd a campañas en Brasil y países de América Latina. El 60 % de esta cifra financió a políticos en Angola, El Salvador, Panamá, República Dominicana y Venezuela, a través de Joao Santana, publicista del Partido de los Trabajadores (PT).
  • Los dos principales contactos de Joao Santana eran Antonio Palocci y Guido Mantega, ambos eran ministros de Economía durante los gobiernos de Lula da Silva y Dilma Roussef.
  • Antonio Palocci ya se encuentra en prisión.

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