“¿Cómo se pueden sostener estas visiones, cuando el cine depende de tantos intereses comerciales y de una tecnología que hace que muy pronto se vean viejas las películas?, ¿cómo se puede armonizar la libertad en la tecnología en el cine?, le pregunta Fuentes a Buñuel, el cineasta le responde con un guiño: la cumbre de la realización cinematográfica será alcanzada, cuando usted o yo, podamos tomar una píldora, apagar las luces, sentarnos frente una pared desnuda, y proyectar sobre ella, directamente desde nuestra mirada, la película que pase por nuestras cabezas”, esto es un pequeño fragmento de las muchas conversaciones que sostuvieron los dos grandes de la cultura iberoamericana del siglo XX.

Asomarse hoy a estas conversaciones es volver a mirarlos en plena acción, es por ello que no hay mejor aproximación de estas charlas, que aquel texto hasta ahora inédito e inconcluso, entre el cineasta y el escritor mexicano, se trata de Luis Buñuel o La Mirada de la medusa, obra que a través de cartas, telegramas y postales, “reconstruye la visión de Buñuel (1900-1983) sobre el futuro y los acontecimientos del mayo del 68 además de “descubrir” la faceta ensayística de Fuentes (1928-2012)”, explicó en conferencia de prensa, Javier Herrera, bibliotecario, historiador del Arte y experto en Buñuel, al presentar el ensayo en Madrid.

“Fuentes escribe y monta esta obra como si fuera una película de Buñuel, de manera implícita e insinuante”, dice Herrera, quien considera, al igual que sucede con sus filmes, el texto “nunca corresponde a los parámetros de la realidad tal y como la sentimos”, añadió el historiador, al contar su experiencia sobre el descubrimiento de los textos, pues asegura, fue un golpe de suerte, después de leer uno de ellos en los archivos de la Universidad de Princeton.

“Estaba leyendo un artículo en el que Fuentes comparaba a Buñuel con Carlos Marx cuando, de repente, me encuentro una nota que dice: fragmento de un libro próximo a aparecer, Luis Buñuel o la mirada de la Medusa”, apuntó.

Es así, que tras un análisis textual milimétrico cotejando todas las partes, Herrera descubrió que la mayor parte de los párrafos no habían sido publicados nunca, y que, además, muestran una cara más allá del surrealismo de Buñuel que no se había visto antes.

La obra escrita al castellano, de 176 paginas, y editado por la Fundación Banco Santander, está estructurada mediante fragmentos numerados que se relacionan a un lugar donde Fuentes, tratando temas de carácter social que “bailan entre las política, la religión y el sexo”, determino Javier Herrera.

Cabe destacar que la admiración de Fuentes por Buñuel fue acrecentándose hasta producirse un encuentro en París en 1966, con el estreno de “La edad de oro”, (producida en 1930 y prohibida en aquel momento), donde el escritor cayó en la cuenta de que todo sobre lo que hablaba Buñuel, 37 años atrás, estaba sucediendo en aquel momento.