El pasado 5 de febrero, Carlos Aguiar Retes se convirtió en el arzobispo primado de México número 35 —segundo país con más católicos en el mundo, 111 millones—. Nombrado como arzobispo por el papa Francisco en diciembre pasado —a quien conociera en la Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Aparecida, Brasil, en 2007—, será la voz de la Iglesia católica durante los comicios que se realizarán el primero de julio que marcarán un parte aguas en la historia nacional.

Frente a la nunciatura que encabezó Norberto Rivera, que se destacó por su estridencia, radicalismo, encubrimiento de la pederastia y llamados a la desobediencia frente a la ley de despenalización del aborto, Aguiar Retes —también arzobispo de Tlalnepantla— se caracteriza por mantener diálogo con la clase política que se hizo presente en la ceremonia de asunción celebrada en el catedral metropolitana, en donde el prelado hizo un llamado a la reconciliación nacional y destacó la importancia de “la libertad de culto en un país como el nuestro”.

En su primera conferencia de prensa, el prelado nayarita habló de métodos “distintos y nuevos” en el trabajo del clero, que contrastan con el manejo de Norberto Rivera. Para Bernardo Barranco, sociólogo en religiones, el tema de la libertad religiosa “es un grito de guerra ya que habla de los derechos que tienen las Iglesias y donde lo que se pretende es que la libertad religiosa incorpore también los intereses de las estructuras religiosas”.

Conoce bien la política mexicana

¿Cómo considera que será la relación del nuevo nuncio Carlos Aguiar con el poder?, ¿representa un giro en la presencia de la Iglesia en México?

Para empezar hay que identificar a Carlos Aguiar, el nuevo nuncio; no necesariamente es un clon del papa Francisco, ni es un pastor que huela a oveja, es un hombre de aparato; insisto mucho en que es una persona cuya principal tarea ha sido la de ser un hombre de estructura religiosa, de estructura católica.

Su trayectoria lo muestra: dos veces presidente de la Conferencia del Episcopado de México; fue también secretario y vicepresidente, local y latinoamericano; secretario general y presidente de la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. En esa conferencia en 2007, en Aparecida, Brasil, conoce a Mario Bergoglio, que en ese momento era cardenal arzobispo de Buenos Aires, con quien entabla una entrañable amistad.

Tiene un estilo diferente al estilo brusco, bronco, hasta grosero de Norberto Rivera que, a través de sus homilías, de sus contundentes editoriales Desde la Fe o entrevistas, repartía leña. El estilo comunicativo de Rivera es de un golpeador, para luego luego irse con los legisladores y después acusar a los funcionarios, a los partidos políticos.

Aguiar Retes es un hombre ecuánime, tranquilo, sofisticado, sin estridencias pero conoce la política mexicana como pocos. Al inicio de su mandato declaró a la prensa que la Iglesia había cometido el error de ser el interlocutor del presidente, que no se había entendido la transición y que el primer mandatario ya no era el que resolvía todos los problemas, o la vía por la cual se resolvían o se dirimían los conflictos, sino que la transición mexicana estaba repartiendo el poder entre los poderes Legislativo y Judicial y que por ello era tan importante tener o guardar una buena relación de interlocución con el presidente como con los diferentes poderes.

Y si se ve su trayectoria, Aguiar ha tenido una incidencia importante. Dos ejemplos: en 2009, en la famosa votación de 18 congresos locales en donde se repenaliza el aborto, se tenía a escala federal una postura mucho más tolerante con el tema, en la Ciudad de México ya se había tolerado la interrupción del embarazo y Aguiar Retes, con el apoyo del PRI —hablo del PRI de Beatriz Paredes, que era su presidenta—, y junto con el PAN logran que en 18 congresos se reafirme —según la reforma en ese momento— el artículo primero constitucional, donde el no nacido tenía ya derecho a jurídicos y, por lo tanto, la interrupción del embarazo era considerado un asesinato.

Así, muchas mujeres cayeron en la cárcel y muchas mujeres que tuvieron un aborto espontáneo tuvieron que pagar larguísimas condenas, tremendas.

Otro logro importante que lo conversamos también con la revista Siempre! fue el tema de la reforma al artículo 24 sobre libertad religiosa.

Ahí logra con Enrique Peña, candidato en aquel entonces a la presidencia y en unión con el PAN, una reforma que en ese momento era innecesaria, estamos hablando de diciembre de 2012, ya pasadas las elecciones, donde logra una reforma que no era ni prioritaria, ni determinante y que levantó una polémica tremenda a favor, en contra, con movilizaciones, tomas de tribuna, agarrones entre los diputados. Estos hechos marcan el estilo de Aguiar Retes y su estilo de cabildeo muy eficiente. Tiene un excelente manejo de relaciones personales con los actores políticos, está en un momento político muy favorable.

 

Libertad religiosa, señal de guerra

Aguiar Retes dice que va a poner en práctica la Constitución sobre todo en ese asunto de la libertad religiosa, ¿qué significa?

Es una señal de guerra. Significa que se reforma el artículo 24 y es un proceso tortuoso porque este artículo no tiene su ley reglamentaria, no tiene las leyes secundarias, y por tanto es muy importante. La ley reglamentaria es la que va a aplicar los grandes principios, en un párrafo habla de los derechos que tienen las Iglesias, y para mí, aquí se encuentra el desafío que lanza en ese breve párrafo en su mensaje Aguiar de decir: el sujeto tradicional de la libertad religiosa, la libertad de culto, la libertad de creencias, es el individuo, y lo que pretende la Iglesia es que la libertad religiosa incorpore también los intereses de las estructuras religiosas, que los sujetos no sean solo el individuo o el ciudadano, sino que el sujeto sean las propias asociaciones religiosas.

Es una señal de combate, que seguramente muchos espíritus laicos o seculares tendrán que ver entre líneas de decir que la batalla continúa. Y que con Aguiar Retes a la cabeza de la Iglesia, por supuesto que va a cobrar más fuerza.

Frente a las elecciones de julio próximo, la alianza de López Obrador con Encuentro Social, que son evangélicos de diferentes denominaciones, ¿qué significa esta unión, frente a lo que representa Aguiar?

La situación es favorable para Aguiar como arzobispo porque desde hace 10 años vivimos un proceso de nuevos paradigmas entre la relación de lo religioso y lo político, entre la práctica de las Iglesias y los procesos electorales.

Por un lado tenemos una clase política con muy poca legitimidad en la población, muy criticada, caricaturizada, muy despreciada, pues hay un enorme desencanto de la política pero esa decepción de la política pasa por el desencanto de la actuación de la élite política y está élite política desde hace más de un lustro ha roto con la tradición de la laicidad histórica en México con el laicismo histórico mexicano, y busca en la religión niveles de legitimidad.

He afirmado en diferentes momentos que no solo la Iglesia católica es una amenaza a la laicidad sino ahora está la debilidad social de la clase política que está amenazando la laicidad mexicana. Por otro lado, la Iglesia a partir de las reformas constitucionales de los años 90 ha venido poco a poco entrando en la política mexicana en los procesos electorales, incluso a riesgo de violar la Constitución, en el artículo 130 electoral y los códigos electorales.

A pesar de eso, quiere cuestionar los programas políticos de los partidos, la actitud y posicionamientos de los candidatos y de los partidos cuando ellos expresan posturas que no son acordes a su agenda moral; antes de manera muy sutil cuestionaban a aquellos candidatos que promulgaban el aborto, ahora lo hacen de manera abierta.

La prueba la tenemos en las elecciones de junio de 2017, lo hablé con usted; mientras Peña Nieto anuncia en mayo del año pasado el proceso de apertura de presidencia de los matrimonios gay, la Iglesia lo cuestiona, lo critica, el cardenal Rivera se desgarra las vestiduras sobre los matrimonios igualitarios, y ahí está la debacle del PRI en esas elecciones y la pérdida de candidaturas. La Iglesia se anota ese proceso diciendo que hay un voto de castigo católico por el atrevimiento que tiene la Presidencia de la República, pero, ¡bueno!, un politólogo serio diría que eso no fue tan así, más bien fue un proceso que ocurrió en ese momento.

Hay que recordar que Peña Nieto tenía en ese momento uno de los más bajos índices de aceptación, entonces no es necesariamente el voto de castigo católico pero la Iglesia lo aprendió y lo colocó. Muchos miembros de la clase política lo compraron de tal manera que el proceso electoral de 2017 para el Estado de México y en estados como Coahuila, los candidatos ya no tocaron el tema. Por el contrario, Alfredo del Mazo se promulga pro familia, pro vida, contra los homosexuales. ¿Qué pasa?, por un lado la Iglesia católica está creciendo su gravitación y su nivel de influencia en la vida política y electoral, y por otro lado, la clase política se está reconfesionalizando, se hace conservadora y religiosa, de tal suerte que tenemos a tres candidatos profundamente conservadores en términos morales, incluyendo a Andrés Manuel López Obrador.

 

AMLO, magnánimo con la Iglesia católica

¿En el Vaticano no estarán preocupados por el posible triunfo de un presidente cristiano como López Obrador de la mano del PES?

No, no creo que el Vaticano esté preocupado por López Obrador; no debemos olvidar que este fue gran amigo del cardenal Rivera, se hablaba de que eran grandes amigos cuando llega al poder Felipe Calderón, ahí hay un momento de distanciamiento. Andrés Manuel se siente un poco traicionado por la actitud política del cardenal que organizó la primera cargada religiosa a favor del presidente electo Felipe Calderón.

Sin embargo, no hay que olvidar que Andrés Manuel ha sido muy magnánimo con la Iglesia católica, para muestra están los terrenos que donó cerca de la Basílica, los de la plaza Mariana, no son migajas, no son regalos simbólicos, muestran altos niveles de cercanía y diría que hasta de fraternidad. Ahora que salió Norberto Rivera le envió un mensaje de despedida y de aceptación nuevamente. En ese sentido creo que la Iglesia, como pocas veces, se siente confortable ante tres candidatos conservadores.

La pregunta del vínculo de López Obrador con el PES es una postura profundamente pragmática que tiene López Obrador. No estamos claros si Andrés Manuel es católico o es evangélico, desde hace tiempo ha jugado con esa dualidad; desde hace tiempo ha ido como ventilando posturas conservadoras del aborto, nunca se ha pronunciado de manera tajante sobre la familia, sobre los homosexuales, y una manera fácil de evadir el debate es someterlo —como él ha dicho varias veces— a consulta popular.

No ha definido su postura, por lo cual la lectura que podemos hacer es que es una posición conservadora y la entrada con el PES es pragmática, como lo que ha hecho también con la adquisición o la apertura a diferentes actores políticos descontentos con sus respectivos partidos.

En el caso del PES —que es evangélico, cristiano— no podría decirle que está con la competencia López Obrador y traiciona a la Iglesia católica; ¡ojo!, no tanto, recordemos que las marchas contra los matrimonios igualitarios fueron encabezadas por la ultraderecha católica pero también por la derecha fundamentalista cristiana, ahí se hermanaron. Pudieron más estas posturas conservadoras fundamentalistas que las diferencias institucionales entre Iglesias, tampoco quiere decir que estén en gran fraternidad, pero han sabido establecer vínculos en torno a acciones concretas de tal manera que no podríamos hablar de una dramática traición que pueda estar estableciendo López Obrador.