Cómo ha cambiado México. ¿A dónde se fueron aquellos días en los que los líderes sindicales defendían a los trabajadores? Con sospecha, vemos el cinismo de supuestos líderes que presentan una iniciativa que, de aprobarse, hará gran daño a la clase trabajadora.

La contrarreforma laboral anula los pocos logros que se dieron con la reforma constitucional. Es neoliberal, en un momento en el que el mundo vuelve a girar a lo social; cuando la tendencia es proteger a los trabajadores, esta ley los desprotege.

Entre los altos costos que implica la desafortunada iniciativa, se encuentra la liberación del outsourcing, que no solo es un medio para evitar la contratación de entrega de derechos, sino también un elemento coadyuvante del lavado de dinero.

Uno de los logros más importantes de la reforma fue el voto secreto como condición para la firma de un contrato colectivo; en la iniciativa ni se menciona, se ignora, con lo que se vuelve a potenciar el negocio sindical de los contratos de protección, que ahora, en muchas entidades del país, implican un profundo vínculo con el crimen organizado, lo que representa una amenaza al Estado de derecho y a la planta productiva.

La conformación del nuevo organismo de registro de sindicatos y contratos colectivos es atroz, parece que el Estado renuncia a la conducción de las relaciones laborales, dejándolas en manos de los sindicatos charros y los patrones, ya que, contrario a lo que establece la ley, el Estado queda en representación minoritaria.

También facilita el despido injustificado y masivo, propone reajustes salariales, reduce indemnizaciones por riesgo de trabajo. En síntesis, es una ley demeritoria de los derechos de los trabajadores.

Esta ley no sabemos si es una provocación, una impericia o un tiro parto. Si bien hay fecha límite para su legislación, ¿cuál es la razón para que el gobierno, a través de su servidumbre, remita una ley tan ofensiva y violenta en contra de los trabajadores en un momento electoral? Pareciera que se trata de una estrategia para enfrentar a la izquierda con los empresarios, lo que constituye una gran irresponsabilidad. A estas alturas de un gobierno defenestrado, poco vale la patria frente a un parcito de puntos para tomar ventaja electoral. Esa es su lógica.

Estamos a favor de la reglamentación de la reforma laboral sin duda, pero la reglamentación debe darse con una visión de responsabilidad y progreso. La visión planteada en la iniciativa no es de avanzada, significa un paso hacia atrás, es otro caso más de cuando la visión conservadora se viste de progresista para envolver y engañar.

Senador de la república