Las terribles voces del Holocausto se siguen escuchando en nuestros días. Algunas de las más trágicas las representan los niños que vivieron en tan espantoso episodio de la historia humana. Singularmente, existe un grupo conocido como “Los gemelos de Auschwitz”, hermanos nacidos en esa calidad que inmediatamente después de su alumbramiento eran llevados al tristemente célebre campo de concentración, donde eran recluidos y utilizados para la experimentación médica bajo las órdenes de Josef Mengele, “El ángel de la muerte”.

Gracias a esta historia, que fue retratada en Children of flames por Sheila Cohn Dekel y Lucette Matalon Lagnado, es que Affinity Konar ha logrado construir su primera novela, Mestizas, que llegará a los lectores bajo el sello de Océano. En ella, la egresada de la Maestría en Ficción por la Universidad de Columbia, libera lo que considera “una obsesión” respecto a estos dolorosos sucesos, “que sentía que tenía que escribir, pero sin pensar jamás en publicarlo”.

“Pensé que quizá escribir el libro traería alguna especie de clausura a mi propia obsesión, pero en realidad la hizo más grande”, expresa Konar a Reforma, quien realizó un trabajo de investigación y creación de 10 años para conformar una narración que no resultaba nada fácil, pues traducir el horror de los acontecimientos al papel fue una tarea titánica. Y mucho más ardua debió resultar por la trascendencia personal que conllevaba el tema para la autora, pues es descendiente de judíos polacos y convierte su libro en un nuevo llamado de conciencia.

“Creo que la ficción que se hace sobre el Holocausto tiene que llevar a los lectores hacia los más vitales testimonios de los testigos directos; creo que ése es su propósito y meta”.

En Mestizas conoceremos la historia de Stasha y Pearl, unas gemelas que “permanecerán siempre juntas, como lo estuvieron, según recuerdan vívidamente, incluso antes de nacer”, que son sometidas a la brutal experiencia de la tortura y la experimentación médica. A pesar del obscuro panorama en que se encuentran inmersas, nunca se rompe entre ellas el vinculo de hermandad y cariño, por lo que afrentan valerosamente las circunstancias y hacen brillar una luz de esperanza no solo para ellas, sino para todos aquellos que se enfrentan a la crueldad de nazismo. Mantener la dualidad entre hermanos en esas circunstancias era prácticamente un acto heroico debido a que se utilizaba el vinculo fraterno como un medio para lograr los propósitos de las pruebas.

“Creo que eso es lo que me impresionó más, dado el hecho de que Mengele, una de las cosas que hacía rutinariamente, era usar a un gemelo como el sujeto experimental y al otro como el sujeto de control. Esta dualidad inmediata, en una relación tan inocente, el hecho de cambiar su dinámica, que un gemelo tenga que observar la tortura del otro mientras permanece intocado, fue muy impactante para mí”, cuenta Affinity Konar.

“Fuimos creadas al mismo tiempo. Mi gemela Pearl y yo. O, para ser más precisa, Pearl se formó y yo me escindí de ella. Se estampó a sí misma en la matriz, y copié su rúbrica. Durante ocho meses nos mantuvimos a flote en la nevada amniótica, dos mitones rosados reposando en el interior de nuestra madre”, son las primeras líneas de esta obra estremecedora que demuestra el inquebrantable espíritu de los niños en medio de la atrocidad.

“Hay tantos testimonios que leí en mi investigación que básicamente indicaban que los niños tenían un increíble espíritu de resistencia. Eran rebeldes también”, concluye la autora.