El diferendo que se suscitó entre empresarios y el candidato de la alianza Morena-PT-PES puede ser visto desde diferentes perspectivas, reconoció quien fuera presidente de la Coparmex en el sexenio de Ernesto Zedillo, con quien protagonizó algunos debates al defender la posición del sector empresarial.

Así, Gerardo Aranda Orozco compartió con Siempre! sus puntos de vista acerca de lo que hoy se vive en plena campaña electoral, con base en su experiencia de participar en uno de los organismos del sector privado más activo en el ámbito político.

“En el grueso del empresariado aplaudimos cómo nuestros líderes defienden la posición de libre empresa, de libre iniciativa, eso se ve entre aplausos; obviamente que en otros sectores de la población puede haber una descalificación social, pero para quienes representan es una actitud y una acción que merece el respeto y el aplauso; entre el grueso de la población debería de representarles el respeto y el aplauso también porque se están diciendo las cosas, porque hay muchos sectores que están siendo afectados por este o por otros candidatos y, de manera sumisa, agachan la cerviz y entonces eso no ayuda a la democracia”, consideró Aranda Orozco.

Gerardo Aranda Orozco.

Intercambio de ideas

Con la experiencia no solo como empresario, sino con una participación en el ámbito legislativo y partidista, Gerardo Aranda Orozco señaló que la actual polémica entre empresarios y uno de los candidatos presidenciales debería ser evaluada a la luz de lo que implica el significado de la democracia.

“La democracia es el intercambio de ideas, la confrontación entre ciudadanos libres y no puede ser el acatamiento sumiso ante un líder por más fuerte o popular que sea; creo que no es un asunto de mayorías o minorías, es un asunto de libertad de expresión, de respeto a la democracia, de promoción de las libertades”, agregó.

Descartó que haya consecuencias negativas para los lideres del sector privado que enfrentaron al abanderado presidencial, aunque reconoció que esta actitud no puede gustar en algunas zonas de la sociedad.

“Lo que el empresariado piensa es el tema de que tiene voz y el tener que expresar sus convicciones y análisis no quiere decir que esté participando indebida o ilegalmente en el proceso electoral; creo que una contienda es, precisamente, para ver los diferentes puntos de vista, no para acatar sumisamente a quien autoritariamente quiere imponer lo que dice, ante lo cual podemos diferir pensando que lo puede decir, pero que tenemos derecho a decir lo que pensamos, creemos, y en ese ir y venir maduro de intercambio de opiniones la ciudadanía puede, perfecta y absolutamente, tomar partido para decir en esto tiene razón, esto es aceptable, esto no”, señaló Aranda Orozco.

Nuestro entrevistado mostró su desacuerdo con quienes piden que se excluya de la discusión pública a personas o sectores sociales, solo con base a filiaciones políticas.

“En una democracia, el intercambio de opiniones, ideas, puntos de vista, más que crear un ambiente de polarización, crea un ambiente de discusión, de debate, de acercamiento para que podamos buscar, al final del día, el rumbo que en el futuro podemos adoptar los mexicanos garantizando mayor inversión, más fuentes de empleo, crecimiento, desarrollo, etcétera”, consideró.

Justa dimensión

Para Gerardo Aranda Orozco, el episodio reciente que enfrentó a liderazgos empresariales y un abanderado presidencial debe ser revisado en su justa dimensión, pues se trata de entrar en un terreno que tiene muy bien ensayado el por tercera ocasión candidato.

“En este caso se trata de un diferendo con un candidato, que un día dice una cosa y otro día la matiza, por no decir que la contradice, entonces dependiendo del auditorio radicaliza la postura para luego, ante otra audiencia en donde esa postura puede no ser bien aceptada, la matiza. Caso concreto, en lo del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México ha dicho que se cancela, se consulta, se concesiona, ¿cuál de las tres? Pareciera lotería”, completó.

De igual manera, recordó que lo que se vivió en semanas recientes no ha sido el más grave conflicto que ha vivido el empresariado con la clase política del país.

“El episodio más grave no ha sido este, porque el candidato no está en el ejercicio del poder; pudiéramos decir que con más fuerza se dieron al final del sexenio de Luis Echeverría y el principio del de López Portillo, acentuándose con la expropiación de la banca en 1982, atribuyendo este último a los banqueros toda la ineficiencia, ineficacia o los actos de corrupción que se dieron en su gobierno. La característica de este tipo de regímenes autoritarios ha sido echarle la culpa a otros, y en este caso con Echeverría fueron los empresarios en su conjunto y con López Portillo fueron los banqueros”, explicó Aranda Orozco.

Ricardo Tirado Segura.

Enfrentamientos con historia

Los dimes y diretes recientes son parte de una historia que ha tenido etapas conflictivas, por lo que lo más reciente se trata de un nuevo episodio en una historia en la que empresarios se han enfrentado a gobernantes y candidatos al defender sus posiciones.

De acuerdo con Ricardo Tirado Segura, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y quien se ha especializado en revisar la relación entre empresarios y política, el enfrentamiento en el que se vieron envueltos algunos capitanes de la industria y un candidato presidencial debe ser visto como una discusión entre una parte del empresariado y un aspirante a la presidencia preocupado por la estrategia que impulsaban en su contra.

“El candidato de Morena había cuidado su relación con los empresarios, no los quería asustar, tuvo mucho autocontrol para no usar frases duras y descalificadoras; venía cuidando ese aspecto, pero aparentemente los empresarios estaban presionando para que Meade se retirara y Ricardo Anaya se quedara como candidato de una coalición PRI-PAN-PRD, todos aliados. Eso lo confirmó Javier Lozano, lo dijo en el sentido de que los empresarios querían que le cedieran el paso a Anaya, López Obrador se enteró, aunque se ha manejado hipotéticamente el porqué no se han aliado los adversarios del candidato de Morena, así lo han visto muchos empresarios quienes —más allá de las hipótesis— se han estado moviendo.

“De ahí viene lo duro del ataque de Andrés Manuel, rompiendo la pauta que él mismo se había fijado, pero con la salvedad de que no fue contra todos los empresarios, ni siquiera contra todo el Consejo Mexicano de Negocios, sino contra cinco o seis empresarios por su nombre”.

Los señalados por López Obrador fueron Alejandro Ramírez, presidente del Consejo Mexicano de Negocios, Germán Larrea de Grupo México, Alberto Bailleres dueño del ITAM y de Peñoles, entre otros, quienes han sido señalados en redes sociales por los seguidores del tabasqueño, incluso pidiendo un boicot para sus empresas.

“Pero ya no mencionó a Carlos Slim”, observó nuestro entrevistado.

Empresarios políticos

Ricardo Tirado también se refirió en la entrevista a los empresarios que tienen un lado más político. Entre ellos mencionó a Claudio X. González, como uno de los ejemplos más claros de esto y señalado por el candidato de Morena.

“Mientras hacía su huelga de hambre Manuel J. Clouthier (en el marco de las elecciones de 1988), Claudio X. González, expresidente del CCE, estaba con Carlos Salinas apuntándose para una secretaría de Estado, aunque fue vetado, y quedó como consejero de inversiones extranjeras. Estuvo también en aquella reunión en dicho sexenio, en la casa del exsecretario de Hacienda Antonio Ortiz Mena, en donde se pidió una cooperación de 25 millones de dólares por cabeza para el PRI; fueron como 20 empresarios, dijeron que sí, pero filtraron la noticia para reventar el asunto, prefirieron eso a dar dinero”, ejemplificó.

Así, explicó, hemos visto la presencia de empresarios que participan en temas políticos, pero no buscando beneficios políticos, sino otro tipo de beneficios.

“Después del retiro de Juan Sánchez Navarro, que no solo fue un ideólogo empresarial, sino operador y padre del Consejo Coordinador Empresarial, es sustituido por Claudio X. González, quien tenía la idea de la continuación del PRI, pues no le gustaba el PAN por temor a dónde se podría dirigir y en el 88, cuando surgió el cardenismo, alertó de lo que provocaba la división. Por esto podemos decir que lo que vemos ahora tiene antecedentes”, explicó Tirado Segura.

Con estas referencias, se entiende el reclamo de López Obrador por la alianza que se estaba fraguando en su contra, señaló nuestro entrevistado, para agregar que no se debe ver un enfrentamiento con el grueso del empresariado, sino con un grupo específico, a los que acusó de obtener ganancias indebidas.

“Creo que esto no se agravará. El documento firmado por todas las organizaciones empresariales es bajarle un poco, luego de muchas declaraciones, y si las críticas del candidato hubieran sido para todos los empresarios”, consideró.

Desmitificar

A pregunta expresa acerca de si corresponde con la realidad esa versión que le otorga a los empresarios mucha influencia por los recursos de los que disponen, Ricardo Tirado aseguró que es algo exagerado.

“Cada quien tiene un voto, los empresarios tienen un voto; es cierto que tienen importancia como difusores de la opinión pública en los sectores medios, muchas personas se dejan guiar por ellos, pero su dinero puede servir para apoyar a los candidatos, pero esto esta limitado por la ley —aunque se cuelan recursos, violando la legalidad como lo ha dicho Luis Carlos Ugalde—, es un factor, pero el empresariado sabe que no goza de mucha popularidad; en la década de los 80 del siglo pasado, tenían una mala imagen, algo que ha cambiado. Sin embargo, las grandes fortunas que se han generado desde el siglo XX, dado el deterioro de la situación en México, y el hartazgo social, mantienen una imagen negativa para este sector”, explicó.

Esto, de acuerdo con el investigador, explica las movilizaciones a favor de algunas opciones que se ofrezcan para contrarrestar este tipo de desigualdades, un discurso que ha enarbolado el candidato presidencial de Morena.

De ahí que el enfrentamiento que se vivió en días pasados recuerde otros episodios que muestran la intención de los empresarios de intervenir en una campaña electoral.

“Esto se ha dado en otras décadas. Hubo viejos enfrentamientos. En 2006 las intervenciones del Consejo Coordinador Empresarial fueron denunciadas por el candidato que perdió las elecciones y el Tribunal Electoral, en el dictamen final de la elección, las declaró ilegales para que después de reformar la Constitución prohibiendo que los particulares contraten espacios en medios. Se han presentado spots pagados por organizaciones con pocos antecedentes o de forma anónima, hay que recordar cómo inició el sexenio de Felipe Calderón, quien llegó con una impugnación muy seria, delicada. Ahora también es una intervención en lo electoral”, finalizó Ricardo Tirado.

@AReyesVigueras

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