Los anuncios recientes del candidato ganador de la pasada elección presidencial han motivado un sinnúmero de reacciones. Entre los puntos de un programa que combina combate a la corrupción y medidas de austeridad, las declaraciones de que se mantendrá la estabilidad macroeconómica, pero con aumento en subsidios para algunos grupos sociales, las dudas han surgido acerca de la viabilidad de un programa económico que aún luce en preparación.

Siempre! Consultó a especialistas para conocer su evaluación de este tema.

Ilusorio, ahorros por corrupción

Sergio Negrete Cárdenas, economista, profesor del ITESO de Guadalajara y articulista en publicaciones especializadas, compartió con este medio su evaluación del programa de austeridad presentado recientemente.

“Hay de todo, hay propuestas buenas, malas y de relleno; entre las buenas está el recorte de muchos gastos suntuarios, excesivos”, consideró nuestro entrevistado.

Asimismo, planteó que hay muchas de las propuestas de relleno, “como el que no se puede tomar en la oficina, es de risa, son cosas de sentido común, en tanto que otras reflejan una ideología como trabajar seis días a la semana, entonces regresaremos a los tiempos de Luis Echeverría”.

Acerca de las metas propuestas por el candidato ganador y su equipo económico, nuestro entrevistado consideró que no son viables.

“Una razón es que siempre que se plantean ahorros es difícil ahorrar tanto como se plantea; otra razón adicional muy importante es que no son tales, sino una redirección de gasto, es ahorrar en un lado para gastar en otro, y ahí veo un problema muy grave y sobre todo en materia de corrupción: López Obrador nunca logró sustentar sus estimaciones de cerca de 500 mil millones de pesos al año por ahorro en materia de corrupción, es ilusorio pensar que se lograría relativamente pronto”, aseguró Negrete Cárdenas.

Acerca del mantenimiento de la estabilidad macroeconómica, la pregunta es si es viable este objetivo.

“Es viable en el sentido de que la estabilidad macroeconómica se entiende como estabilidad de precios, de las cuentas externas; dado que el Banco de México es autónomo y se plantea que se respetará esto, no hay un planteamiento de que el déficit público se financie con impresión de dinero; lo que si creo que es preocupante es que se plantea recortando un gasto ineficiente con más gasto ineficiente, por ejemplo, recortas burócratas por becas Ninis, pues realmente la eficacia no se ve por ningún lado, y quizá perdiste si recortaste buenos burócratas, pues está por verse si vas a becar a buenos Ninis”, apuntó Negrete.

Descentralizar

Una de las propuestas que ha generado más polémica, es la que tiene que ver con la descentralización de las secretarias de Estado

“No sabemos la repercusión que tendrá, pero podría ser grave; estamos hablando de dos efectos distintos, uno es el corredero de burócratas y otro es el movedero de burócratas, las dos cosas son graves, porque muchas veces la familia trabaja; lo veo como un gigantesco problema en lugares en donde no se cuenta con la infraestructura”, dijo.

Otro aspecto polémico es el que tiene que ver con la posibilidad de que López Obrador coseche los frutos de las tan criticadas reformas estructurales surgidas a raíz del Pacto por México.

“La reforma energética, si mantiene lo que hasta el momento está establecido en materia de producción y exploración, va a tener consecuencias buenas. López Obrador va a cosechar lo hecho por Peña Nieto”, consideró.

Y acerca de la meta de tener un PIB que crezca a un porcentaje cercano a 4 por ciento durante la administración del próximo mandatario, Sergio Negrete Cárdenas consideró que no es algo que se pueda alcanzar.

“Llanamente no es posible porque muchas de las medidas obradoristas no son productivas, eficientes, son demagógicas, son para satisfacer a grupos, desde la CNTE, pensionados hasta Ninis, eso no contribuye a aumentar la productividad”, explicó para añadir: “López Obrador no está sembrando las semillas de un futuro crecimiento”, completó nuestro entrevistado.

Finalmente, Negrete Cárdenas consideró que no se regresará a las crisis de fin de sexenio como en las épocas de Echeverría o López Portillo por las restricciones que tendrá su equipo.

“Si empieza a tratar de anular la autonomía del Banco de México —algo que puede hacer con la mayoría legislativa que tiene— sí sería un problema, pero hasta el momento no hay indicativo de que así vaya a ocurrir, así por más demagogias al estilo Echeverría o López Portillo no podrían ser en la magnitud y la gravedad que tuvieron esas políticas económicas en el pasado”, concluyó.

Vamos a hablar de ahorros

Guillermo Barba, articulista, consultor económico y editor del boletín de inversión #TopMoneyReport, compartió con este medio su evaluación de los primeros anuncios luego del triunfo electoral del 1 de julio en la materia.

“Como economista que gusta que se preserve el poder adquisitivo, no puedo estar más que de acuerdo con las medidas de austeridad. La devaluación ha sido constante, por el déficit fiscal. Lo primero que debemos exigir es que el gobierno no gaste de más, el tope máximo de salarios será como está en la ley. Lo que me preocupa es que vamos a una especie de luna de miel, solo se habla de recortes, se mandan mensajes positivos a calificadoras, Wall Street, pero vamos a llegar al gobierno y vamos a empezar a hablar de ahorros, pero un ahorro es un recurso que dejas de gastar, si vamos a ahorrar en gastos suntuosos, qué bueno, pero si esto se compensa gastando de más como en programas de apoyo a jóvenes sin estudios, pensiones, entonces es una redirección del gasto público, que también puede ser bueno, pero se corre el riesgo de que con la mano izquierda se recorte y con la derecha se gaste, se eleve el déficit y la deuda”, aseguró nuestro entrevistado.

De acuerdo con Barba, si López Obrador cumple su promesa de mantener el equilibrio fiscal, “a México le va a ir mejor, de eso depende todo lo demás”, pues de nada sirve algún beneficio social si se presentara una devaluación o una alta inflación.

“Estoy muy escéptico, pero les doy el beneficio de la duda, si lo cumple nos va a ir mejor, si se mantienen finanzas públicas responsables, si como dijo Gerardo Esquivel, que será subsecretario de Egresos, habrá un presupuesto con base cero, bienvenido, ese sería el camino correcto”, consideró.

México, economía dependiente

Guillermo Barba también hizo notar que la economía de nuestro país depende de la de Estados Unidos, nación que por el momento tiene un ciclo de expansión que nos beneficia.

“Estados Unidos está en su mayor ciclo desde la gran depresión, de crecimiento ininterrumpido. La última recesión fue en 2009, llevamos casi 10 años de crecimiento, es el periodo más largo, pero no va a durar para siempre y no sabemos cuando llegará la próxima recesión en Estaos Unidos, y por consecuencia en México, por lo que más vale que nos preparemos para ello”, aseguró.

Ante el panorama descrito, nuestro entrevistado señaló que ve a un futuro mandatario con cambios positivos.

“Veo a López Obrador más mesurado, institucional, complaciente, con intenciones de caerle bien al sector empresarial; estamos en una luna de miel, hay grandes expectativas, pero hay que ser mesurado por la trayectoria de él, hay un riesgo de que caiga en medidas populistas. Si López Obrador es López Obrador en el gobierno hay de que preocuparnos”, agregó.

Guillermo Barba estimó que lo importante será revisar el desempeño del nuevo gobierno ya en funciones, en especial respecto a las situaciones que se vayan presentando, como podría ser una crisis.

“Sería un error fundamental que cometería el gobierno de López Obrador, por ejemplo, hay una crisis en Estados Unidos y López Obrador intenta controlar la inflación por decretos que intenten controlar los precios, será como dispararse en el pie al estilo de Nicolás Maduro”, planteó.

Para cerrar la entrevista, Guillermo Barba consideró que alcanzar la meta de crecimiento en el PIB no es imposible, pero sí muy difícil, “es una meta ambiciosa, en términos de economía un gobierno no puede hacer crecer la economía, pero sí la puede hundir”, concluyó.

Gobierno con poco margen

Para Raúl Porras Rivera, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, el planteamiento económico del candidato ganador y de su equipo responde a la necesidad de alcanzar una tasa de crecimiento de 4 por ciento en el PIB.

“Como vimos, se optó por el cambio aunque no se sabe si será de modelo económico, porque López Obrador lo ha bautizado como un esquema de gobierno republicano. La austeridad presupuestal es importante porque será un gobierno con poco margen de recursos presupuestales, no ha habido un crecimiento mayor en los últimos 30 años, 2.5 por ciento que está abajo del promedio de la OCDE y en el mejor de los casos iguala al de Estados Unidos. El problema es de dónde saldrán los recursos para los programas sociales, porque el crecimiento se ha venido dando a partir del consumo privado, no de la inversión”, explicó nuestro entrevistado.

El investigador universitario destacó la correlación entre la inversión que puede realizar el gobierno y el acompañamiento que el sector privado realizaría está afectado por la variable del factor riesgo, “el gobierno tiene que estimular y garantizar un retorno a la inversión privada, así, si la pública se deprime, la privada no se dinamizará, este indicador del sector privado es de 5 a 8 por ciento, por lo que López Obrador ha planteado que el sector público eleve su inversión a 4 por ciento, elevar la inversión sin incrementar el gasto social es un compromiso muy fuerte y una atadura para el gobierno”, agregó.

Así, para nuestro entrevistado la inversión es lo que ayudaría a nuestra economía, en un contexto de control de las variables monetarias como la inflación y factores del extranjero que no ayudan a los últimos gobiernos que ha tenido México.

Margen de maniobra

El planteamiento económico del nuevo gobierno se basa, de acuerdo a Porras Rivera, en dos líneas de trabajo: la reducción del gasto corriente para ampliar el gasto de inversión y sin aumentar impuestos, “de ahí las medidas de compras centralizadas y la posibilidad de recortes, desgraciadamente hereda una plataforma tributaria que no se ha dinamizado”, explicó.

“Necesitan una reforma fiscal que grave a los grandes capitales; para que se crezca al 4 por ciento como dijo el próximo secretario de Hacienda, la inversión pública se tiene que elevar un punto porcentual del PIB, son expectativas racionales, pero sin descuidar el gasto social, con una base tributaria que es de 10 por ciento del PIB, comparado con la OCDE su media es de 21 por ciento, es mucho lo que se tiene por hacer”, completó.

Asimismo, aseguró que el futuro gobierno no podrá suprimir el gasto asistencial, “porque significa dejar al 10 por ciento en condiciones de desamparo”, consideró nuestro entrevistado para resaltar que “la idea de reducir sueldos exorbitantes no debe sonar descabellada”.

El investigador descartó la posibilidad de endeudamiento para la siguiente administración federal, “llega con una restricción severa y eso justifica la política de austeridad”, consideró.

Otro aspecto que analizó Raúl Porras Rivera es la eficiencia de las medidas planteadas, acerca de lo cual señaló: “el problema son las circunstancias, hay poca inversión para promover empleo y crecimiento hay que promover la inversión, los programas sociales permiten estabilidad social pero a todo gobernante le indica que esta no es la solución, de algún lado tienen que sacar recursos y eso explica el plan de austeridad, no hay mucha tela de donde cortar, México está caracterizado por una desigual distribución de recursos”, concluyó.

@AReyesVigueras