Por Maribel Ruiz

 

[su_dropcap style=”flat” size=”5″]A[/su_dropcap]gustín de Iturbide es un personaje que muchos consideran un villano en la historia de nuestro país. Cuando se habla de los “verdaderos” héroes de la Independencia como Morelos e Hidalgo, se suele minimizar el papel de Iturbide en la lucha armada, tan es así que sólo se celebra el inicio de ella. Sin embargo, no tomamos en cuenta que la guerra terminó 10 años después, cuando se proclamó el Plan de Iguala y la Nueva España dejó de ser colonia para convertirse en México. Precisamente, Agustín Cosme Damián de Iturbide y Arámburu fue quien anunció la emancipación efectiva al firmar, junto con Vicente Guerrero, el Acta de Independencia consumándola el 27 de septiembre de 1821.

Después del éxito de su best seller Yo, Díaz, Pedro J. Fernández nos trae ahora la historia de un Agustín de Iturbide: una persona de carne y hueso que amó a su país y a su familia. Con su nueva novela histórica Agustín de Iturbide, el otro padre de la patria, el creador de la famosa cuenta de Twitter @DonPorfirioDiaz, nos acerca a través de su narrativa a otra perspectiva de la historia oficial de México que, sin duda, abre nuevas ventanas hacia el pasado. ¿Por qué fue declarado traidor y fusilado en Tamaulipas? ¿Es el otro “Padre de la Patria”? ¿Libertador de México? como él solía llamarse. ¿Es el Dragón de Hierro (como era conocido) un héroe sin pedestal?

Pedro J. Fernández explica a Siempre!, cómo fue el proceso para desmitificar al político y militar novohispano, mostrando su lado más humano.

El historiador Pedro J. Fernández.

-¿Cómo surgió el interés de contar la historia de Iturbide?

Lo que quería hacer era contar una historia diferente de la Independencia de México, sin los romanticismos que venimos arrastrando de Miguel Hidalgo, y la figura de Agustín de Iturbide por un lado, es uno de los villanos que a mi me gustan mucho. Me permite narrar esta guerra civil que hubo durante once años y desde un punto de vista muy personal, narrar esta época poco conocida que es la consumación de la Independencia: cómo se pacta primero con Guerrero y luego con el Virrey Juan de O’Donojú y que al final deriva en el primer Imperio.

-¿Qué historiadores te influenciaron para abordar este tipo de temas que pueden ser polémicos?

Siempre me inspiro mucho, por ejemplo, en el trabajo de Alejandro Rosas. En el caso de Iturbide hay una historiadora extraordinaria que es Guadalupe Jiménez Codinach, que ha estudiado muy de cerca la vida y obra de Agustín de Iturbide y que ha desmitificado mucho a este hombre, entonces basándome en su trabajo quise también humanizar a Iturbide, no solamente verlo como una figura acartonada, sino realmente comprender cómo era él antes de la guerra, cómo era como padre, como esposo, y también verlo sufrir por conseguir la Independencia y mantener su Imperio.

-Mencionaste que te gustan los villanos, ¿por qué?

Me gustan mucho los villanos porque creo que a los héroes los hemos acartonado tanto que no nos relacionamos con ellos, son tan perfectos que los vemos así como de lejos. Un villano te permite esos contrastes maravillosos de humanidad, que tuvieron sus aciertos y errores, comprender cada una de sus acciones dentro de su contexto histórico-político-social y a mí me parece mucho más rico estudiar a los villanos, pensando su atractivo, podemos relacionarnos con ellos.

-¿Consideras que Iturbide fue un villano?

No creo que haya sido un villano, pero lo hemos “villanizado”, creo que es un hombre incomprendido, porque dentro de la historiografía oficial que hemos arrastrado los últimos 150 años, se ha convertido en este hombre ambicioso que solamente buscó la Independencia para tener el poder, y cuando estudiamos su vida realmente es muy diferente. Él tenía un gran amor por la patria, la Independencia la consiguió mucho antes de dejar el ejercito realista y su primera idea era que el Imperio lo gobernara alguien más, eso dice mucho de él. También esta idea de cuando era soldado realista, no es que estuviera en contra de la Independencia, simplemente quería contener la guerra civil que había iniciado Hidalgo, que es muy importante porque siempre hemos romantizado mucho lo que fue la noche de Dolores Hidalgo y, cuando la estudiamos de cerca, podemos ver este ejército improvisado, que no eran militares, que entraban a los pueblos, que saqueaban, que causaron una masacre en la Alhóndiga de Granaditas y eso espantó mucho tanto a Iturbide como a otros miembros de la sociedad novohispana: “No es que estemos en contra de la Independencia pero no podemos permitir que estos crímenes continúen”. Se nos olvida que tanto Iturbide, Hidalgo, Allende, Aldama, la Corregidora, eran alimentados continuamente por noticias de la revolución francesa, la guerra que se estaba viviendo en Estados Unidos al emanciparse de Inglaterra. Todas estas ideas ayudan a que el lector entienda el contexto interno pero también el contexto internacional, cómo afectó a la guerra civil que estaba sucediendo en México.

-¿Qué pensabas o sentías al momento de leer y transcribir las cartas que Iturbide envió a su hijo?

Fíjate que estas cartas son mías, la única verdadera es la última. Estas cartas me permitieron escribir a un Agustín de Iturbide muy humano, retomar sus ideas, pues fue un hombre que escribió mucho. Tomé ciertas ideas o párrafos y las incluía dentro de las cartas, para darle veracidad y retomar mucho de la investigación que hice. Estas cartas son conclusiones mías y justamente apoyan esta idea de verlo como un ser humano de su época y que en estas cartas se hace alusión a cómo era él en el campo de batalla, que sí va a enfrentarse a un ejército en una guerra de guerrillas, que tiene miedo, de cómo era esta relación con su esposa e hijos, alejado de ellos durante la guerra, etc. Todo esto construye esta personalidad de Iturbide.

-¿Consideras que Iturbide es el verdadero padre de la patria?

Yo lo llamó “el otro padre de la patria”, porque tampoco quiero quitarle el mérito ni a Hidalgo, ni a Morelos. Creo que el primer padre de la patria es Miguel Hidalgo al momento de iniciar la lucha y de abolir la esclavitud; el segundo padre de la patria es Morelos, al escribir “Los Sentimientos de la Nación”, retomó la lucha de Hidalgo. Entonces Iturbide toma esta ideología cuando escribe su Plan de Iguala, es el primero en poner en un documento: “Vamos a ser una nación sindical, vamos a ser todos iguales”, que era algo inaudito porque no se estaban tomando en cuenta ni a los asiáticos ni a los negros como ciudadanos e Iturbide sí los toma como ciudadanos para finalmente consumar la independencia. Además le da sus tres colores a México, que representan las tres garantías, construye la bandera y como gran lector de la historia de México, sobretodo de la historia prehispánica, retoma este mito de la fundación de Tenochtitlán y pone el águila parada sobre un nopal como el símbolo.

-¿Se hubiera logrado la independencia sin el papel de las mujeres?

Creo que es muy importante el papel de las mujeres, tenemos esta idea de ver siempre hombres luchando y en ese tiempo había ‘soldaderas’ para el ejército insurgente que son muy importantes, ya que ayudaban a cocinar o a curar a los heridos. En el libro retomo a las mujeres poco conocidas llamadas “seductoras de tropas”, eran mujeres que iban a los campos realistas a enamorar a los hombres y los hacían cambiar de bando, cuando eran sorprendidas pues las fusilaban, a Iturbide le tocó fusilar a algunas. También estaban mujeres que eran familiares de los insurgentes como hermanas, hijas, esposas, madres, que los ayudaban arriesgando la propia vida, las cuales Iturbide manda arrestar en Pénjamo, haciéndolo ver como un militar cruel. Retomando esta idea de la crueldad de Iturbide, hay que tomar en cuenta que no solo él, sino Hidalgo, Morelos, Calleja, todos fueron militares muy crueles. Cuando llevaron a juicio a Agustín de Iturbide por esos crímenes, su defensa era “estoy haciendo la guerra, como me están haciendo la guerra”, precisamente por eso fue un militar tan exitoso.

-¿Existió la relación entre Iturbide y la Güera Rodríguez?

Lo que planteo es que la relación entre Agustín de Iturbide y la Güera Rodríguez fue una relación de amistad que fue mal entendida en su tiempo, no sé si era tan conservadora como lo era la sociedad novohispana del siglo XIX, que posiblemente no entendía que un hombre y una mujer, que se consideraban tan guapos, tan públicos y con tanto poder, pudieran tener una relación de amistad o pudieran escribirse cartas o verse cada uno en la casa del otro. Creo que fue una amistad incomprendida, no encontré nada más que rumores de la época sobre esta relación y es importante notar que justo cuando se proclama la Independencia, la relación termina abruptamente. Creo que Iturbide estaba profundamente enamorado de su esposa, no le hubiera puesto el “cuerno”, simplemente fueron rumores de la época.

-¿Iturbide perjudicó a México como emperador? ¿El incipiente país necesitaba una república o un régimen imperial?

En ese momento lo más lógico era un Imperio y no una República, no conocíamos exactamente que era. La forma como Iturbide lo resolvió fue: “Venimos saliendo de un virreinato, la forma más parecida de gobierno es un imperio” y esta idea de la República realmente surge después, también hay que entender la época. Iturbide se va a enfrentar a un país que vivió once años de guerra civil, donde los caminos están destrozados, donde el comercio quedó muy lastimado, de repente no llegaba nada a los puertos ni de Acapulco ni de Veracruz, se va a enfrentar a que hay 47 pesos en la tesorería y una deuda de 70 millones, una deuda que va a acabar pagando Porfirio Díaz, 50 años después, así de grave está la situación. Iturbide va a hacer lo que puede con lo que tiene. Evidentemente, no puede gobernar, ni van a poder gobernar los presidentes prácticamente por 50 años más. El único que va a poder terminar su presidencia completa es hasta los años de Benito Juárez, porque no se podían terminar las presidencias por la cantidad de guerras civiles, y la austeridad política y económica. Iturbide no pudo tampoco terminar de gobernar. Estas ideas de República que son más nuevas, lo afectaron y es muy importante notar que los insurgentes empezaron a levantarse en armas contra él, y dijeron que ellos no sabían que sería un Imperio, que los engañó; en la realidad Iturbide cuando escribe el Plan de Iguala y los Tratados de Córdoba, establece que va a ser un Imperio y el Acta de Independencia también lo dice. Son cuestiones que se han olvidado para beneficiar a Guadalupe Victoria y echarle más tierra a Agustín de Iturbide, es cuestión de entender la época.

-¿El error de Iturbide fue regresar a México después del exilio? ¿Realmente había una conspiración para reconquistar México? 

Sí escuchó ese intento de reconquista. De hecho, Carlos Beneski, un coronel polaco refugiado en Liverpool que viaja con él, y también lo confirma. Agustín de Iturbide escucha que están hablando mal de él en México, y envía la carta al Congreso para decir que viene a defender al país y la reacción del Congreso es hacer una ley -la única que se ha hecho contra un solo hombre- acusándolo de traición y nunca se lo dicen. Cuando lo arrestan en Padilla, actualmente Tamaulipas, él está tratando de defenderse, pero lo fusilan. Sí hubo un intento de reconquista, pero fue demasiado inocente de su parte regresar.

-¿Cuáles son los claroscuros de Iturbide?  

Por un lado buscar la independencia, buscar la paz y, por otro lado, la crueldad con la que combatió. Se pueden ver esos dos rasgos: cómo logra conseguir la Independencia y cómo acepta la corona. Estos claroscuros de “no quiero la corona, pero la acepto”, “creo en la independencia pero estoy combatiendo a los insurgentes”, todo esto es exactamente lo que lo hace tan incomprendido, que cuando la gente lea el libro entienda el porqué de esas decisiones que lo hacen tan rico y tan humano. 

-¿Seguimos cometiendo los mismos errores del pueblo y gobierno de aquellos años de la lucha de Independencia?

Pienso que seguimos teniendo estas ambiciones de poder, seguimos teniendo políticos ambiciosos, seguimos teniendo un Congreso que ve más por sus intereses y que no trabaja. Iturbide tuvo muchísimos problemas con el Congreso por eso, incluso el día en que Iturbide renuncia al imperio, no hay quien lea la renuncia porque los diputados no fueron a trabajar, así de ridículo fue. Cuando lees cómo era la sociedad novohispana y la política de ese entonces, te das cuenta que seguimos siendo el mismo pueblo.

-¿Crees que si la gente estuviera más interesada y leyera más sobre su historia  se daría cuenta de esos mismos errores y trataría de cambiarlos?

Creo que sí, creo que México no entiende su historia y por ello no entiende el trasfondo. Empezar a cuestionar el pensamiento de estos hombres, nos va a ayudar a entender precisamente en qué hemos fallado y poder corregir el rumbo. Decía Porfirio Díaz que “el pasado es el espejo en el que se refleja el porvenir”, y creo que la frase nunca ha sido más cierta.

-¿Cómo despertar el interés por la historia nacional en los jóvenes?

Los jóvenes se han estado acercando a mis libros, hay muchos jóvenes en mis presentaciones, sobre todo por la cuenta de Twitter de Porfirio Díaz y no hay nada mejor que hablarles en su idioma. Sí están ahí pues hay que llevarles la historia a las redes sociales, a través de éstas podemos acercar a los jóvenes a novelas históricas, hacer que cuestionen su propia historia y que de ahí salten a otras novelas o ensayos.

-¿A qué gobierno podría parecerse el de López Obrador? ¿Al de Díaz o al de Iturbide? Porque se habla de rasgos autoritarios de AMLO…

Aún no sé, tendremos que esperar a que entre y ver cómo reacciona la gente, ver qué decisiones toma para poder hacer una comparación mucho más real.