¿Cuál fue el suceso más importante que ocurrió en la Ciudad de México en la segunda mitad del Siglo XX? De acuerdo con el ejemplar #847 del 17 de septiembre de 1969 de la Revista Siempre!, fue la inauguración del Metro, el transporte colectivo más rápido, cómodo y económico de la época, que si bien ahora dista mucho de ser amigable, no ha dejado de ser rápido y para algunos barato.

La inauguración estuvo a cargo Gustavo Díaz Ordaz, entonces Presidente de la República, quien puso en marcha la línea 1, que corre de Observatorio a Pantitlán. “El punto de reunión de la numerosa comitiva, fue la monumental glorieta de la estación Insurgentes, en el cruce de las avenidas Chapultepec, Oaxaca e Insurgentes”.

En aquel día, tan esperado para miles de habitantes de la ciudad, la “Monumental Plaza de los Insurgentes” sirvió de escenario para la ceremonia inaugural que presidió el entonces secretario general del Departamento del Distrito Federal, Rodolfo González Guevara, quien en su discurso expresó que “sólo faltaba tomar una decisión que exigiría a un mismo tiempo emoción social, sabiduría administrativa y un razonable arrojo en la instrumentación de los pasos consecuentes”.

La decisión de emprender el camino hacia la construcción de un transporte de esa magnitud que fue tomada el 16 de junio de 1967, cuando Díaz Ordaz ordenó comenzar con los trabajos. En aquel memorable día, que cambiaría la manera en que se transportaban miles de defeños, tanto el entonces presidente como el regente del DF, Alfonso Corona del Rosal, descubrieron la placa conmemorativa que se encuentra en Insurgentes.

Seguido de este acto, depositaron su boleto, el cual costaba dos pesos, y cruzaron los torniquetes de entrada, como se lee en el especial. Además “entre las estaciones Candelaria y San Lázaro, el presidente Díaz Ordaz se hizo cargo de los controles del convoy”.

Además, en el #901 del 30 de septiembre de 1970, se relata cómo se inauguró la segunda línea del Metro, que corre de Cuatro Caminos a Taxqueña y que pasa a través de los puntos más importantes del Centro Histórico, como Revolución, Hidalgo, Bellas Artes, Allende y Zócalo, y que cruza la ciudad de polo a polo para llevar con rumbo a la salida hacia el estado de Morelos.

“El moderno sistema de transporte colectivo, familiarmente llamado Metro, por apócope del vocablo francés correspondiente a metropolitano, no ha sido, con todo y su carácter y velocidad asombrosas, una destrucción del pasado venerable, sino antes bien un rico enlace cultural de él con el presente de México, y aún más, dando vía amplia al progreso necesario, una clara proyección al futuro”.

El proyecto del Metro, el cual el autor describe como un reto a la imaginación, audacia y eficiencia de los técnicos y obreros mexicanos, cumplía sus objetivos, a la par que fueron descubiertos con su construcción, diversos tesoros ocultos, que pertenecieron a la cultura indígena antigua y los cuales fueron rescatados. Gracias a estos, diversas estaciones de la instalación de transporte, albergan un museo que exhibe diversas piezas de la antigua Tenochtitlán.

Como se leía en aquellas páginas de la época, Díaz Ordaz entregó a los citadinos, el 13 de septiembre de 1970, la obra más importante de 1969 y 1970, la línea 2, de color azul, una obra magna “y el pueblo le respondió en el agradecimiento férvido que se manifiesta en la concurrencia masiva al acto, y en las demostraciones de júbilo”.

A continuación una galería de Joaquín Olivares, quien captó el momento solemne y retrató el jubilo que se vivía en aquel día.