Si algo define la obra cinematográfica de Felipe Cazals es su mirada crítica frente a la historia. “Si no conocemos la historia es muy difícil acomodarnos al presente y casi improbable que podamos predecir el futuro, si acaso eso es posible”, expresa el autor de Canoa: memoria de un hecho vergonzoso, la célebre película mexicana que refleja un hecho real ocurrido en San Miguel Canoa, en 1968, caso propio de una historia medieval de violencia, fanatismo y despojo en el México rural.

Durante la proyección de Canoa restaurada, en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, Cazals, recuerda algunos de los episodios vividos junto al escritor Tomás Pérez Turrent, mientras la realización del filme, hace cinco décadas.

Cazals –quien ha dirigido El apando, Las Poquianchis, Los motivos de Luz, Las vueltas del citrillo, Chico grande y El ciudadano Buelna, entre otras–, platica sobre ese encuentro tan imponente con el principal provocador del linchamiento de trabajadores universitarios en esa comunidad poblana, el 14 de septiembre de 1968.

“El cura Enrique Meza Pérez se levanto de su silla y cuando regresó cortó cartucho de una pistola calibre 45 y la colocó sobre la mesa que nos distanciaba… él sentía, sabía que algo estaba pasando”.

El rodaje fue en 1975, siete años después de Tlatelolco, y Cazals admite “pero ni siquiera se pudo rodar la película en Canoa. Tuve que buscar otra locación, en Santa Rita Atahualpa, también en las faldas de la Malinche; y para obtener el permiso del cura del lugar tuvimos que persuadirlo de que se filmaría otra historia”, cuenta el también acreedor del Oso de Plata en Berlín.

Agrega que en los años 70 esta película fue crucial para que se politizara una generación: “pero hay un lapso, desde los 90, en que la película dejó de circular”, apunta el productor galardonado por el Premio Ariel. De igual manera, confiesa algunos problemas que surgieron a partir de que Canoa llego a las salas de cine,  entre ellos la polémica que causo entre los miembros de la iglesia católica.

En los últimos años Felipe Cazals a considerado retirase del cine, pero por fortuna no lo ha cumplido. “Esto responde a una cosa básica: no sé hacer otra cosa más que cine”.