Nuestro país ha registrado un aumento considerable en sus niveles de violencia y una importante oleada de homicidios y el pasado mes de julio fue catalogado como el más violento en los últimos 21 años, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Cabe resaltar que tan solo de enero a julio se contabilizaron poco más de 16 mil asesinatos. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, a diario mueren asesinadas un promedio de 85 personas, es decir que la tasa de homicidios fue de 25 por cada 100 mil habitantes superando así a países como Colombia. Con base en la Secretaría de Gobernación, entre enero y mayo, se perpetraron 328 feminicidios, 467 secuestros y 2 mil 413 extorsiones.

Asimismo, los últimos años han sido complicados en materia de derechos humanos, de acuerdo con el último informe de la CNDH, en 2017 se recibieron 38,722 escritos de queja, 398 por detenciones arbitrarias, 319 por tratos crueles, 83 por tortura, 25 por privación de la vida y 21 por desapariciones forzadas.

En nuestro país se acrecienta la desigualdad, la violencia, las transgresiones a derechos primordiales y evidentemente la inseguridad, es lógico que se busquen los mecanismos necesarios para proteger a la ciudadanía.

En los últimos días, legisladores de Morena presentaron una iniciativa con proyecto de decreto que pretende reformar y adicionar diversos artículos de la Constitución General a efecto de militarizar el país. Se busca facultar a las Fuerzas Armadas, incluso los expertos apuntan que serían facultades metaconstitucionales, con el riesgo de que se tomen atribuciones que violen la ley y los derechos humanos, además en tal caso se estaría dejando a un lado el fortalecimiento de las fuerzas policiacas, omitiendo su capacitación y adiestramiento.

Considero que la estrategia de seguridad del gobierno anterior le falló a México, sin embargo, militarizar no es la solución.

A pesar de que López Obrador durante la campaña se mostró desinteresado y crítico con la sociedad civil, recién electo intentó mostrarse atento para escuchar a la ciudadanía, incluso llevó a cabo foros para crear estrategias de pacificación, sobre todo en materia de seguridad. Escuchó a víctimas, actores sociales, colectivos, comunidades, entre otras, no obstante, ahora pareciera que los volvió a hacer a un lado.

En días recientes, miembros de la sociedad civil y académicos se han manifestado en contra de la Guardia Nacional, entre ellos organizaciones sociales como Causa en Común, Colectivo #FiscaliaQueSirva, Mexicanos Primero, México Unido Contra la Delincuencia, entre muchas otras, quienes han externado su preocupación por el otorgamiento a la milicia de facultades que le corresponden a los cuerpos de policía y de investigación.

A todos nos sorprende el cambio tan repentino de Andrés Manuel y su equipo, para ellos, los militares debían estar en los cuarteles, lo dijo en sus anteriores campañas, para él era algo extraordinario e imperdonable, ahora resulta que siempre no, que sí es necesario que las Fuerzas Armadas se encarguen de la seguridad nacional, seguridad interior y seguridad pública.

Todo esto ha sido efecto del recién anuncio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde declara la inconstitucionalidad de la Ley de Seguridad Interior, ahora buscan ajustar el marco legal para militarizar el país.

Me preocupa que el presidente López Obrador no tome en cuenta la voz de la sociedad, los mexicanos alzamos la voz por la paz, por el respeto y la protección a los derechos humanos, el debate está próximo, insto a la prudencia. ¡No a un país militarizado!