Por Wilma Laura Gandoy Vázquez

 

Ante la celebración del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, es pertinente reflexionar sobre el camino andado y redoblar esfuerzos en diversos capítulos sensibles, como ocurre con el de la mujer mexicana migrante en Estados Unidos. En efecto, la singularidad de las condiciones de vida de este grupo de compatriotas requiere una atención focal, que valore las situaciones de riesgo que afronta al carecer de documentos migratorios, ser objeto frecuente de violencia doméstica y no contar con los recursos necesarios para incorporarse a las actividades productivas y a la sociedad en su nuevo país de residencia.

La mujer migrante mexicana en Estados Unidos no es vulnerable por sí misma. No obstante, las agravantes de su condición indocumentada, generan riesgos que el Estado mexicano está obligado a mitigar, con acciones innovadoras que garanticen sus derechos humanos. Con el respaldo de la denominada “Ventanilla de Atención Integral a la Mujer” (VAIM), valiosa herramienta que opera en todas nuestras representaciones consulares, se entrevista a las mujeres en esta situación y, con base en el resultado, se les canaliza a las áreas pertinentes del consulado para que sean atendidas con criterios de género y se beneficien de servicios multidimensionales.

Un caso delicado es el de las mujeres que han sido víctimas de violencia doméstica. A estas personas, que en momentos de crisis abandonan su casa sin documentos, el Consulado las apoya para conseguir su acta de nacimiento y pasaporte, de tal suerte que puedan identificarse y tener acceso a diversos servicios. De igual manera, si la persona está lista, se le dirige con las autoridades correspondientes del país receptor para que reporte el incidente y reciba atención psicológica, alimentación y hospedaje. Cuando procede, se benefician también del remedio migratorio que ofrecen las visas estadounidenses para víctimas de violencia doméstica. De no ser posible, el Consulado de México busca siempre la mejor manera de que la mujer migrante no quede desprotegida.

 

Las agravantes de su condición indocumentada, generan riesgos que el Estado mexicano está obligado a mitigar, con acciones innovadoras que garanticen sus derechos humanos.

 

Un objetivo principal de la VAIM es la protección preventiva. En este rubro, se trabaja con aliados expertos en materia migratoria, laboral, penal, civil, educativa, financiera y de salud, para que las mujeres y sus familias cuenten con información sobre las leyes migratorias en Estados Unidos, así como los servicios bancarios y sociales a los que pueden acceder, de tal forma que se integren con facilidad y su talento y trabajo enriquezcan a la comunidad receptora.

El Estado mexicano brinda a sus nacionales en el extranjero servicios de atención especializada. Es una obligación constitucional y motivo de orgullo de nuestra política exterior. La experiencia de los consulados de México en el caso de las mujeres migrantes es una herramienta inédita y poderosa, que en terreno busca empatar las metas nacionales en temas de género, con aquellas que la ONU fomenta en el ámbito internacional y que nuestro país ha suscrito de manera soberana.

Cónsul de Protección. Consulado

General de México en San Francisco.