La Tierra gira alrededor del Sol, es algo que todos sabemos desde Galileo, apoyado en los estudios de Nicolás Copernico, pero muy pocos saben que hoy día los casi 7,500 Millones de personas del planeta giramos alrededor de la fuerza centrífuga de las élites de poder de la banca mundial y del llamado complejo militar industrial de los Estados Unidos. Este núcleo de poder está vinculado al presupuesto del Pentágono por un gasto militar de más de 700,000 millones de dólares al año que, más otro tanto a nivel mundial del resto de países fabricantes de armamento, nos presenta un triste panorama de posible destrucción parcial o total de la especie humana.

Necesitamos una auténtica Revolución copernicana filosófica, económica y social, para invertir los papeles y darnos un mundo mejor de progreso compartido.

Todos los Pueblos tenemos un destino común y la Élite de Poder económico y político debe girar alrededor de los intereses de la humanidad, porque todas las personas gozamos de la dignidad humana y tenemos derecho a la libertad y al bienestar social que, en el Siglo XXI, comprende a los beneficios de la ciencia y la tecnología, pero que el sistema económico de concentración de la riqueza, cada día mayor, ha generado mucha injusticia e iniquidad.

Si no se invierten los papeles con un nuevo paradigma filosófico, ético, social y jurídico, es posible que la élite de poder financiero de varias dinastías y sus más cercanos colaboradores, junto a los millonarios que suman cuando mucho el uno por ciento de la población mundial, absorban los beneficios tecnológicos y simplemente ignoren al 99 por ciento restante e incluso provoquen guerras y ante posibles pandemias, ecocidios o genocidios, los abandonen a su suerte; lo que ha estado sucediendo en Afganistán, Irak, Siria, Gaza, Somalia etc., nos da una clara idea de lo que somos capaces los sapiens todavía en pleno siglo XXI.

 

Es urgente que el 99 por ciento de la población tome conciencia de su responsabilidad para tener acceso a las nuevas tecnologías y a las oportunidades que brinda el lado positivo del progreso científico y tecnológico.

 

Precisamente por eso es urgente que el 99 por ciento de la población tome conciencia de su responsabilidad para tener acceso a las nuevas tecnologías y a las oportunidades que brinda el lado positivo del progreso científico y tecnológico; debe convertirse en factor de cambio a fondo practicando los principios y valores de una ética universal, participando activamente en los procesos electorales de manera consciente y responsable para exigir transparencia y rendición de cuentas a todos los gobiernos, a favor de la democracia y el fortalecimiento del Estado de derecho nacional e internacional.

Hagamos la Revolución copernicana filosófica, social y humanística que sorprenda a los grandes pensadores y líderes de la historia universal. Es algo que necesitamos urgentemente y que debe emanar de las Universidades del mundo porque no lo van a hacer los bien acomodados y las cabezas de los grupos de la élite económica; aunque sin duda hay personas excepcionales que sí podrían ayudar de verdad por amor a la familia humana y el maravilloso planeta azul en que tenemos el privilegio de vivir. Ojalá nos sorprendieran.

Debemos impulsar un sistema parlamentario mundial para crear el futuro derecho global de la mano de la ética universal, que se imponga a los intereses creados de la minoría, a través de la renovación de la ONU y un parlamento mundial ciudadano con la participación social y política de todos los ciudadanos del mundo, con valor y determinación, de manera solidaria y pacífica, que nos dé la posibilidad real de heredar un mundo mejor para nuestros hijos y nietos, que como Greta Thunberg, están esperando nuestra respuesta “efectiva” y verdadera.