El Comienzo

Olvidemos La Nueva Normalidad. Eso no existe. Es una farsa más de este muy farsante gobierno.

Pero el gobierno farsante tiene gran capacidad de comunicación con un 60 o 70 por ciento del total de la población del país. Olvidemos por favor para efectos de este artículo si son los pobres o muy pobres de México.

Si nos referimos a la pobreza de la comunicación global, si los señalamos como aquellos que no logran entender lo que quiere el siglo XXI para ellos y sus nuevas generaciones, tal vez sí, con esos se logra comunicar López Obrador.

Pero por fiebres españolas o covid–19 no es que cambia el mundo. Es por el conjunto de inventos, de nuevas tecnologías, ideas, estrategias, que logra desarrollar la humanidad, los gobiernos, respaldados por los capitales privados ávidos de ganar más con nuevos productos, servicios. Sí, deseosos por lucrar más. Así surgen los financiamientos que nos han permitido conservar más los alimentos, así se desarrollaron los antibióticos y antivirales, así surgieron las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

Las pestes matan, para algunos corrigen números, para otros es la voluntad de sus dioses respectivos, otros más ni se inmutan y simplemente no piensan. Otros desean avanzar hacia el pasado, en un contradictorio paso inexistente, donde para ellos todo el pasado es mejor, máxime si se destruye riqueza por recrearla en gobiernos poderosos, economías centralmente planificadas, dictaduras que a una voz operen como relojito.

 

El Loco en Palacio

En su ansiedad por inventar, trascender, se le ocurre destruir a los malos, a los riquillos que no están con él. Es incapaz de intercambiar ideas porque él ya se convirtió en verdad.

Lo que a la mayoría de presidentes les ocurre en su segundo trienio, a este le pasó desde el principio: él es la noticia, la ciencia, la alimentación, la salud, el divino, el todo.

Quiere el Loco de Palacio inventar su propio PIB. Su Producto Interno de Felicidad y Alegría. ¡Por favor no lo dejen! Va a acabar con el México que tomó muchos años construir.

 

Ofrézcanle ser el padre del Producto Bruto

Díganle que es idea suya de él.

El Producto Bruto existe en la economía desde hace muchos años, desde el siglo XIX por lo menos. Lo analizaron mucho en la Escuela Austríaca. A diferencia del PIB, el PB incluye no sólo el valor de mercado de todos los bienes y servicios, así como la nueva inversión neta. También incluye el valor total de todas las etapas intermedias en los procesos de producción en la economía. Lo anterior significa que el PB o Producto Bruto incluye los gastos de las cadenas de valor negocio a negocio, a través del tiempo. Por lo tanto el PB captura el valor real de toda la inversión bruta en la economía que se requiere para mantener la producción de bienes y servicios periodo a periodo.

Si bien la mayoría de economistas aceptan que toda producción toma tiempo, y que cualquier proceso invariablemente atraviesa por “etapas” de inversión, de tal manera que al final se llegue al producto o servicio terminado y listo en su presentación final para ser utilizado por el consumidor final de ese producto, ha sido en particular la escuela austriaca la que le ha seguido dando más atención al PB, y las complejidades de los procesos de interdependencia dentro de las economías de mercado, incluyendo economías manipuladas como la china.

Si ya se discutía el PB en 1870, hasta 2001 que yo recuerde se ha escrito con amplitud al respecto. Si bien el keynesianismo dominante durante el periodo pre y de Segunda Guerra Mundial dejó un poco retrasada la escuela austriaca, y que el neoliberalismo o como le llamo el monetarismo siniestro que nos llevó a un necio mercantilismo corrupto retrasó la discusión, es el momento, con el Loco en Palacio, de iniciar entre empresarios y funcionarios del gobierno la discusión de la economía de mercado y la Economía clásica de Austria, modelos que son funcionales en el presente. Además esos modelos no son neoliberales, así es que no creo que provoque que al Loco en Palacio le salga espuma por la boca.

 

México es la gran oportunidad para desarrollar una Nueva Economía del Siglo XXI

Contrario al Socialismo del Siglo XXI, –que es la que quieren plantar en nuestro país desde su fundador, hasta Rocío Nahle, Díaz Polanco, Taibo II, Epigmenio Ibarra, y ahora sí, sospecho que ya el propio Loco en Palacio–, la Nueva Economía del Siglo XXI debe regresar a los modelos austriacos, en colaboración sí con Keynes, siempre y cuando sea para coordinar el funcionamiento limpio de una economía de mercado. Donde se incentive con políticas fiscales nuevas inversiones en investigación, desarrollo e innovación.

La Economía del Siglo XXI tiene que partir de una premisa: la economía que tenemos en México es dual, compleja. Un México muy primitivo, con grandes cualidades culturales, pero que condena a 60 o más millones de mexicanos a niveles de pobreza y miseria que nadie tolera; y un México medio fregado y mal distribuido, pero que conoce los avances del Siglo XXI, está familiarizado con las nuevas tecnologías y es sujeto de nuevos trabajos y sustitución de métodos y técnicas viejas por nuevas, cuando así convenga a los procesos de producción.

La educación y el sistema de salud serán eje centrales del México de la Nueva Economía del Siglo XXI, todo rebozado por una estrategia de Movilidad Social impulsada por la IP, las ONGs y el gobierno mismo. Lejos de la competencia, en coordinación total.

 

Déjenlo creer que la idea es de su mesiánico y genial cerebro

¡Qué más da! ¡Díganle que él es infalible y que es inventor del PB! Se acepta que lo disfracen de PBF o Producto Bruto Feliz, que lo mida el INEGI por supuesto. Claro está que el PB es reconocido y también medido en EEUU por el BEA o Buró de Análisis Económico.

Nos urge una medida seria que nos permita medir con mayor profundidad el daño provocado por el Coronavirus y las puntadas económicas del Loco en Palacio.

 

No se dice Nueva Normalidad. Se llama Siglo XXI

Habremos de entender que el mundo cambió ya. El virus vino a festinar el cambio. Nos daba mucho miedo dejar los usos y costumbres del Siglo XX. Ahora llegó natural, nos obligó a viejos y a jóvenes a adaptarnos a un mundo que ciertamente y por lo menos de aquí al 2050, será más temeroso de lo externo, habremos de redefinir la soberanía alimenticia o alimentaria, ni mandado hacer el nuevo escenario para el desarrollo robusto de economías regionales más compactas (pej. Norteamérica vis–a–vis Latinoamérica, o Asia, o UE) y así sucesivamente. Las Normas cambiarán. Tecnologías norteamericanas, incluyendo las médicas, serán de uso amplio en nuestra región y tendrán que adaptarse a las normas de otras regiones.

Habrá 40 a 60 millones de mexicanos que operen en la Economía del Siglo XXI y la otra mitad en la del Siglo XX. Poco a poco eso cambiará. Las pandemias nos afectarán, las comunicaciones, las redes sociales, las nuevas tecnologías de medición , –como las cuatro mediciones nuevas de Facebook para el Coronavirus–, nuevos modos y costumbres de trabajo, de conferencias en línea, de educación a distancia, las realidades virtuales y su relación con la medicina interna por ejemplo, todo llegó de forma rápida, violenta, gracias o desgraciadamente por el Coronavirus. Lo que pasa es que tenemos que reexpresar con inteligencia los modelos laborales, los económicos y empresariales.

 

La Política y el Siglo XXI

Si el Loco en Palacio sigue con sus giras a pie hasta Quintana Roo o como él quiera, muy bien.

¡Despierten los partidos dizque alternativos! ¡Muévanse! Pero también habrá nuevos partidos que surgirán este mismo año. Su acción tiene que ser la antítesis de las del Loco en Palacio.

Hablar de Progreso, de Siglo XXI para las familias, opciones colegiadas de combate a la corrupción, a la violencia, a la ceguera de la no educación, la no salud de los mexicanos. El progreso material de las sociedades e individuos, que con permiso de los bisoños, a todos los mexicanos, a todos, nos interesa tener para nosotros y nuestros descendientes.

Es un simple y muy breve punto de vista. Deberemos ampliarlo en próximos ejemplares. El tema da mucho para la discusión.

Dejo en mis colegas la función de analizar lo que se va a destruir y cómo se destruyó, así como buscar responsables y hacerles sumariamente un Juicio en Dos Bocotas.

También tenemos que sentarnos a discutir cómo reconstruir lo derribado por el Loco en Palacio. La historia demuestra hasta tiempos recientes, que un Loco en Palacio es capaz de destruir más una nación, que tres pandemias juntas, como el Coronavirus.

Por desgracia nos enfrentamos en México a un Loco en Palacio, con pandemia en pleno esplendor, y los arrastrados de Palacio negándola.

Efrén Flores es licenciado en Economía. Durante más de 35 años se ha dedicado a la comunicación en medios electrónicos impresos, con temas financieros, económicos, empresariales, estratégicos, RSE, PyMEs, y nuevas tecnologías que revolucionan a nuestro mundo. Es conferencista en México y en EEUU. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor.Efrén Flores nunca ha pertenecido a Partido Político alguno.