No podía ser de otra manera. El efecto de la pandemia del COVID-19 en el mundo es tan catastrófico que la política no podía permanecer al margen. Poco a poco se sentirán las consecuencias del virus en todos los niveles de gobierno, desde el  municipal, al estatal y al federal. Los resultados de las elecciones serán la primera prueba. Unas tras otras. Aunque los ganadores no “agradezcan” nada a la epidemia. Primero ha sido Francia. En cuatro meses, el 3 de noviembre, la Unión Americana sabrá si cuenta con nuevo presidente o continúa con el mismo. En los dominios del Tío Sam, la pandemia ha arrasado literalmente hablando y muchos acusan a Donald Trump de esta catástrofe. Por el momento, las encuestas no le favorecen.

En Francia, el domingo 28 de junio los franceses, con el desastre sanitario y económico todavía encima, en medio de una gran abstención —más o menos el 60%—, asistieron al balotaje de sus comicios municipales. La primera vuelta tuvo lugar en marzo pasado. El partido del presidente Emmanuel Macron, La Republique en Marche: LREM (La República en Marcha), fue la derrotada. No triunfó en ninguna gran ciudad de Francia, excepto Le Havre, donde el primer ministro, Edouard Philippe, ganó la alcaldía del histórico puerto. Nada más. La ganadora resultó la agrupación ambientalista Europa Ecología Los Verdes (EELV), que ganó el gobierno de la ciudad más grande del país, el puerto de Marsella, Lyon, Burdeos y Estrasburgo.

La dominical  jornada electoral del día 28 de junio fue el fin del calvario para Macron. Aproximadamente 16,5 millones de votantes podían elegir a sus alcaldes y consejeros municipales en unos 5,000 municipios. De las casi 35,000 alcaldías francesas, 30,000 ya habían elegido el 15 de marzo a sus autoridades locales, al alcanzar éstos los votos suficientes para ser elegidos en la primera vuelta. Para el balotaje quedaban urbes como París, Burdeos, Lille, Marsella y Niza, entre otras.

De cada diez electores sólo acudieron el domingo cuatro, con sus obligatorias  mascarillas, gel desinfectante y guardando el distanciamiento social en los Colegios electorales, a diferencia de la primera vuelta cuando había falta de cubrebocas y otros implementes sanitarios. Entones todavía no conocían el infierno pandémico.

Estos comicios, que tuvieron lugar en medio de la amenaza de un rebrote de la pandemia —que solo en Francia ya mató a casi 30,000 personas—, sufrieron un esperado abstencionismo, el 60%. “Esta noche sentimos cierta decepción”, admitió la portavoz del gobierno, Sibeth Ndiaye. No podía de ser de otra manera. Macron, que en 2017 ganó las elecciones presidenciales con el 66,1% de los votos frente a Le Pen, no logró que su partido cuajara a nivel local, donde debía enfrentarse con los partidos tradicionales, más anclados en sus feudos, y el alza de los Verdes. Del 15 de marzo a la fecha, las cosas han cambiado mucho en Francia. En aquel momento, in extremis, Macron dispuso el confinamiento nacional, lo que le valió al gobierno severas criticas forzándolo a posponer la segunda vuelta, que inicialmente estaba prevista para el 22 del mismo mes. Ahora, Macron sabe que los muertos por la pandemia cuentan mucho. En su momento lo comprobará Donald Trump, y no dudo que también lo experimente el presidente de la 4T, en México. Ya se verá.

Como siempre, la joya de la corona de los comicios municipales franceses es París, la Ciudad Luz, que en el pasado sexenio ha vivido episodios brutales desde los actos terroristas en 2014 contra la revista Charlie Hebdo, el año pasado el incendio de la catedral de Notre Dame, y en los últimos meses, el tsunami de la pandemia. Todo le ha tocado a la alcaldesa de origen español, Anne Hidalgo, que acaba de renovar su mandato otro sexenio.

“!Gracias París! Han elegido la esperanza, han elegido unirse, han elegido un Paría que respira, un Paris más agradable para vivir, una ciudad más solidaria que no deja a nadie al margen”, fueron las palabras de agradecimiento de Anne Hidalgo después de ser reelegida alcaldesa de París.

La socialista francesa, que nació en España, revalida su cargo como alcaldesa y se mantendrá al frente de la ciudad hasta 2026. “Su confianza me obliga. Con ustedes construiremos el París de mañana. !Vivan los parisienses, viva Paris!”, afirmó. Su triunfo es un batacazo para Emmanuel Macron, que soñaba con recuperar la capital para su partido. La política es muy veleidosa. Los políticos que creen que el pueblo siempre los  apoyará, están muy equivocados.

Ana Hidalgo nació en 1959, cerca de Cádiz (España), en Andalucía, hija de un padre electricista y una madre costurera. En 1961 la familia emigró a Francia en busca de un futuro mejor. La pequeña Ana pasó entonces a llamarse Anne cuando obtuvo la nacionalidad francesa a los 14 años de edad. Nieta de un republicano condenado a muerte por la dictadura franquista, le gusta sacar pecho a sus raíces andaluzas. Comenzó trabajando en la administración pública como inspectora laboral, antes de dar el gran salto a la política. En 2014 se presentó a la alcaldía de París, misma que ganó con el 55% de los votos. Sus simpatizantes le auguran todavía un largo futuro político, semejante al de Jacques Chirac, que primero fue alcalde parisiense y después presidente de la V República. Por el momento, Anne dice que no será candidata presidencial para 2022, porque lo importante para ella es la  alcaldía de Ciudad Luz, una urbe de más de dos millones de habitantes, epicentro del poder en Francia, y una de las ciudades más visitadas del mundo.

La alcaldesa francesa, de profundas raíces españolas, es otro símbolo actual del avance político de las mujeres en el mundo, junto a Claudia López, de Bogotá, de Marianne Borgen de Oslo, y Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Y contando.

Tras esta debacle electoral, todo apunta a que el presidente Macron anuncie en los próximos días una remodelación de su gobierno con miras a mejorar el futuro en los comicios de 2022. ¿Hasta dónde podría llegar este cambio? Macron es pragmático y sabe, como lo advierte el politólogo Gaspard Estrada: “los candidatos del partido gubernamental sufren las consecuencias de la impopularidad del mandatario, desgastado por la revuelta de los “gilets jaunes” (“chalecos amarillos”) y las extensas huelgas contra su reforma de las pensiones”.

De tal forma, al día siguiente de la derrota de su partido, y el avance de los Verdes, Macron prometio 15,000 millones de euros, en dos años, “para la transformación ecológica” de la economía, con el objetivo de “invertir en transportes limpios, renovar inmuebles e inventar las industrias del futuro”, entre otros.

Y, en el terreno diplomático, el mandatario galo buscó inmediatamente el cobijo de su colega, la canciller germana Angela Merkel, al reunirse con ella en los alrededores de Berlín, en el palacio de Meseberg, en vísperas de que la República Alemana asuma la presidencia rotatoria de la Unión Europea (reunión, por cierto, muy importante en la que sus miembros buscarán acuerdos para reactivar la UE debilitada, como todo el mundo, por la pandemia del coronavirus). En el encuentro, la señora Merkel resaltó la cita: “Nos enfrentamos a desafíos económicos que no habíamos vivido desde hace décadas o tal vez en toda la historia”. Sin duda, la pandemia ha propiciado metas inimaginables en todo el planeta.

Tan inimaginables que el presidente Donald Trump vive momentos críticos en plena carrera por lograr su reelección. El ego del magnate que aun vive en la Casa Blanca, ha recibido muchos golpes en los últimos días. Según una encuesta nacional divulgada en la última semana de junio, el aspirante demócrata, el ex vicepresidente de EUA, Joseph Robinette Biden Jr. (Scranton, Pensilvania, 20-11-1942), mejor conocido como Joe Biden, aventaja en 14 puntos al presidente republicano Donald John Trump (Nueva York, 14-6-1946) —casi cuatro años menor que su adversario—.

Hasta el momento, este es uno de los peores sondeos preelectorales para el magnate neoyorquino. Biden recibió 50% de apoyos contra 36% del republicano. La encuesta fue hecha por el periódico The New York Times y Sina College. Otros ejercicios similares le conceden 10 puntos de ventaja al ex vicepresidente Biden, el virtual candidato del Partido Demócrata para las elecciones del próximo 3 de noviembre. El análisis de las encuestas señalan que el aspirante demócrata mantiene una cómoda delantera entre las mujeres, los afroestadounidenses y los latinos. Y casi igual que Trump entre los votantes hombres, blancos y personas de mediana edad o mayores, cuyo apoyo permitió al magnate republicano ganar los comicios de 2016.

De acuerdo al análisis del The New York Times, el presidente Trump ha perdido apoyo popular debida a la respuesta que su gobierno ha dado a la crisis del COVID-19, que repercutió fuertemente en la que era, hasta el momento de su irrupción, una “saludable economía estadounidense”. Asimismo, el magnate paga el precio de su postura de “ley y orden” frente a las manifestaciones contra el racismo y  la brutalidad policiaca, después del asesinato, en Minneapolis, del afroamericano George Floyd a manos de agentes policiacos blancos. Negro episodio que soltó la indignación popular. Trump no lo vio así.

Sin embargo, estas encuestas y otras hay que tomarlas con pinzas. En las elecciones de 2016, la candidata demócrata Hillary Clinton encabezó los sondeos a lo largo de la campaña y, terminó perdiendo la elección.

Faltan poco menos de cuatro meses para la votación. Hasta el cierre de las casillas en la noche del 3 de noviembre uno de los dos candidatos podrá cantar victoria o derrota. VALE.